El Proddar (Programa de Desarrollo para Deportistas de Alto Rendimiento), es una de las iniciativas pioneras para ir en ayuda de los deportistas de elite en nuestro país. Nació a mediados de los década del ‘90 bajo el nombre de Programa Top, favoreciendo en esa oportunidad a 125 especialistas de 20 federaciones deportivas.
En términos simples, es una asistencia gubernamental (administrada por el IND), que incentiva el cumplimiento de metas para deportistas, basándose en la consecución de logros internacionales, y se concreta mediante la entrega mensual de un estímulo económico a aquellos deportistas beneficiarios y su cuerpo técnico asociado.
Quienes pertenecen a este programa, reciben además soporte médico, evaluaciones funcionales, ayuda psicológica, apoyo en rehabilitación de lesiones, además de becas de alojamiento y alimentación en el hotel del Centro de Alto Rendimiento (CAR).
Sin embargo, y pese a ser uno de los aportes más importantes del alto rendimiento, hace algún tiempo viene siendo centro de polémicas por parte de sus principales beneficiarios: los deportistas.
Retrasos en los pagos; nula claridad de los criterios utilizados a la hora de confirmar, rebajar o quitar la beca; reglamento vago; discutible idoneidad de los metodólogos a cargo, y falta de criterio para enfrentar los casos de lesiones de los deportistas, son parte del cúmulo de reproches puestos en la palestra por los detractores del sistema.
Desde la oficina central del IND en Santiago, lo primero que puntualizan es que, “el Proddar es un decreto, y los decretos no son explicables, sino que aplicables”. Aquello se ve reflejado en el sitio web de la institución, que tiene “abajo” casi toda la información al respecto, así como también la lista de favorecidos de este 2017.
Efectivamente, el Proddar está normado por la Ley del Deporte N° 19.712 (Art. 12 y 79, Decreto Supremo número 4) y, es uno de los mecanismos de financiamiento directo a los deportistas, siendo parte del Programa de Posicionamiento del Deporte de Alto Rendimiento (Ppdar) del IND.
Para acceder a ella, y según estipula el Decreto Supremo N° 4 del 3 de julio de 2015, el deportista debe: “ser chileno; estar afiliado a una organización deportiva asociada a una federación deportiva nacional miembro del Comité Olímpico de Chile (Coch), y cumplir con un logro técnico determinado en la categoría juvenil o adulto en eventos deportivos del ciclo olímpico, o en eventos internacionales específicos en cada disciplina deportiva (Sudamericanos, Panamericanos y Mundiales)”.
Añadido a eso, “ser considerado con proyección deportiva, de acuerdo a la evaluación y análisis del Panel Técnico, y disponer de tiempo acorde a su plan de entrenamiento, para la preparación en el alto rendimiento”.
Quienes cumplan los requerimientos, deben solicitar a su respectiva federación que lo postule o, en su defecto, al Coch. “Las postulaciones son evaluadas por el Panel Técnico, que está constituido por tres miembros: un representante del Coch o su símil paralímpico, el jefe de la División de Actividad Física, y el jefe del Departamento de Alto Rendimiento (ambos del IND)”. Todos son asignados por sus propias entidades.
Este panel sesiona dos veces cada mes, y entre sus funciones están: asesorar al director del IND, aplicando sus criterios de priorización; asesorar técnicamente al IND en toda materia de postulación, ingreso y permanencia en el programa, y ejercer el seguimiento de los deportistas beneficiados, entre otras. Es apoyado por un equipo del Alto Rendimiento del IND.
La decisión final para el ingreso de un deportista al programa, queda en manos del director nacional del IND. El monto de los recursos a entregar, es el que se indica en el presupuesto anual, que para este 2017 comprende un total de $3.099 millones de pesos, según cifras entregadas por el IND. Este dinero se reparte mediante un sistema que divide a los deportistas por categorías (1 al 7) relacionados a sus logros, y que asigna montos a partir de $2 millones 585 mil 712 para el rango más alto (ver tabla informativa). De ahí que cada deportista deba establecer un evento fundamental al año, para que se mida su desempeño.
La nueva polémica surgió luego que el diario La Tercera, diera a conocer la última evaluación del Panel Técnico del Proddar, cuyos resultados perjudicarían a varios deportistas top chilenos, que en algunos casos bajarán de categoría y, en otros, serán excluidos.
Dentro de la lista entregada por La Tercera, medio que tuvo acceso al acta de la última reunión, la balista Natalia Duco fue propuesta para bajarla de categoría 4 a 5 (un descenso de $ 646.428 a $ 517.142 mensuales), misma variación que se sugirió para Karen Gallardo.
Más extremo es el caso de la penquista, Isidora Jiménez, que dados sus magros resultados es candidata a salir del Proddar, misma medida sugerida para los marchistas Edward y Yerko Araya, así como para la maratonista Natalia Romero y el pesista Julio Acosta, pese a que este último fue undécimo en Río 2016.
Pero si de decisiones incomprensibles se trata, lo de Marco y Esteban Grimalt supera todo, pues la dupla más exitosa del vóleibol nacional corre el riesgo de perder la beca, ya que según Alexandro Moraga, uno de los miembros del panel, “no hay dónde encasillarlos de acuerdo a los logros obtenidos”.
Una experiencia particular es la que vivió el campeón panamericano de canotaje, Jean Valdebenito, quien fue rebajado de categoría en la sesión N° 34 del Panel Técnico efectuada el 17 de febrero de 2016. Cuatro meses después, y si explicación alguna, se informó su exclusión del sistema.
“A fines de enero, me llegó una carta donde me informaban que me bajaban de categoría 5 a 6, unos $120 mil. Algo sin lógica, porque en esa fecha aún no competía y el torneo que yo había propuesto para ser medido era en mayo”, recuerda.
“Apelé – sigue- y la medida no se hizo efectiva. Pero en junio, me llega una carta diciéndome que me sacaban de la beca. Llamé a Santiago y me contestó el ex pesista, Cristián Escalante (hoy funcionario del IND), quien me dijo que la decisión era inapelable. Yo no podía creerlo, me dieron ganas de dejar todo botado, pero seguí peleando y al día siguiente me llamó el propio Escalante para decirme que se habían equivocado y que me seguirían pagando la beca. No hubo mayores disculpas, y si no alego hasta el final, hubiese perdido todo”, se queja.
El deportista concuerda con lo que viene planteando últimamente el DAR (Deportistas de Alto Rendimiento), que critica la labor del Panel Técnico y sus metodólogos.
“El primer problema es la cabeza; hoy cualquiera puede ser analista del Proddar. Lo peor es que no tienen criterios técnicos, y lo único que les preocupa es que el deportista no denuncie las cosas malas, porque si lo hace tratan de buscar algo para rebajarlo o sacarlo del Proddar”, asevera.
“Ni hablar de los metodólogos. Yo al mío lo vi dos veces en todos estos dos años, cuando van a alguna competencia lo hacen por el viático. El mío fue kayakista, mi misma modalidad, pero se olvidó de todo lo que se sufre en esto. Ahora no salen de su escritorio, no conocen el desarrollo de los deportistas, no se acuerdan que pasamos frío, que andamos juntando las ‘chauchas’ para salir afuera, arrastrándonos para que nos consideren los proyectos. Lo ideal sería no tener que depender del Proddar. Si no quiero ir a concentrar a Viña del Mar y perder una semana, gastar en pasajes que nunca devuelven, prefiero quedarme en Concepción, tomar mi bote e ir a entrenar tranquilo, sin que me lleguen correos porque desobedezco a la federación”, concluye.
Desde Santiago, el director nacional del IND (S), Christian Droguett, se refirió a la labor del resistido Panel Técnico y la forma cómo tratan cada caso. “Para realizar los análisis, se cuenta con el apoyo técnico-metodológico del equipo de Plan Olímpico. Los metodólogos aportan con el seguimiento técnico que se hace a cada deportista que se evalúa. Se presenta cada caso, abordándose los pros y contras de cada situación.
Para finalizar, los tres miembros votan acerca de cada medida que se defina. En días posteriores, se redacta el acta de lo sucedido y la envía a confirmación a quienes votaron; una vez aprobada por éstos, se da por validada y comienzan a correr los días de apelación, si corresponde”.
Y añade, “los criterios están establecidos en el decreto. Recordemos que el Proddar es una beca por logro deportivo, por tanto el aumento, baja o mantención depende exclusivamente de ello.
En cuanto al supuesto lobby que harían ciertos deportistas top, que permanecerían con la beca pese a no contar con, los merecimientos, Droguett enfatizó que, “no existe criterio por lobby de deportistas, porque todo se basa en el decreto que rige el Proddar. Todas las opciones que puedan tener los atletas están establecidas en el decreto o dependen del nivel de argumentación que tengan en caso de apelación”.
Para la autoridad, la presión de cada deportista por mantener la beca hace que surjan reparos cuando alguno la pierde. “Estamos trabajando para el mejoramiento del decreto que permita entender ciertas situaciones puntuales y que, en el momento de la creación de la ley, no estaban consideradas. De esta discusión obviamente será parte DAR Chile. Para los deportistas existe un presión en torno al logro de medallas, muchas veces un gran esfuerzo y sacrificio, si no se ve compensado con el resultado concreto, no puede entrar a este sistema. Pero esta es la realidad que se vive en todo el mundo en torno a los logros deportivos”, sentenció.
Una interpretación en ese sentido la entrega Mario Moreno, director regional del IND. “En muchas disciplinas, los deportistas vienen de familias modestas, requieren un gran esfuerzo para dedicarse a la disciplina, y el Proddar genera un alivio. Hay muchos deportistas para quienes el Proddar les significa financiar a sus papás y familiares en gastos básicos, por lo que ahí hay un tema social en el que claramente debemos avanzar”.
“Hace más de un año que el IND viene trabajando para generar beneficios, por ejemplo que se les pueda mantener durante un tiempo el tema de la previsión, la salud. Porque todos los deportistas que hoy están bajo el alero del Proddar, o en sus regiones del CER, tienen la cobertura de un seguro de salud, pero una vez que dejan de ser deportistas, ya no. O está el caso de que están en desventaja, porque hay carreras donde los deportistas pueden estar hasta los 30 años y ahí recién empieza su vida laboral convencional. Pero ya a esa altura tienen una buena cantidad de años de desventaja respecto a cualquier trabajador del país, por lo que hay un tema delicado”, agrega.
Y concluye, “en general, yo creo que el Proddar es una herramienta que le ha hecho bien a los deportistas, pero que claramente debemos ir avanzando gradualmente para lograr estándares que tienen otros países, para así poder mejorar la vida de los deportistas, que ya es muy compleja”.