Jugó 60 minutos frente a Colchagua y sintió que volvía a ser el Kevin Martínez de siempre. Lo suyo es la pelota en los pies, correr por ella, celebrar goles. Brilló a los 17 años en D. Concepción y pasó a la “U”, donde Beccacece lo incluyó varias veces en su equipo. Se fue el “profe” y no apareció más. Estuvo dos meses lesionado y volvió a la zona para firmar por Naval.
“Tuve ofertas para jugar en Primera B, pero no pude por el problema que tenía en el tendón de Aquiles. Conocía al profe ‘Pato’ y me dijo que viniera a Talcahuano y que hiciera mi recuperación acá. Terminé con eso, fui citado y al fin entré a la cancha, que era lo que más esperaba. Ese día fue toda mi familia a verme y escuchaba sus gritos. Me decían que echara para adelante, y eso para mí es muy importante”, expresó.
Ha confesado que no la pasó bien en sus últimos meses en la “U”. Que vio cosas sucias que no le gustaron y prefirió salir. Hoy, con el aroma del puerto de fondo, advierte que “vine a Naval para renacer como jugador. Quiero hacer el juego que hice siempre y recuperar la alegría en la cancha. De la ‘U’ me quedo con lo bueno, porque aprendí mucho y compartí con jugadores de gran trayectoria, como Beausejour y Jara, que se portaron muy bien conmigo. Soy joven y siento que esto comienza de nuevo. Desde ahora, partimos de cero”.
Y por eso, pese a bajar abruptamente de división se siente motivado. Ayer, por ejemplo, no pudieron practicar en el estadio, por la lluvia, y tuvieron que trabajar en La Tortuga. Martínez cuenta que “lo hacemos con ganas, se nota un grupo que quiere lograr cosas y que sabe que cada fin de semana juega una nueva final. Llegaron jugadores importantes, como Boris Sandoval, Luis Pacheco y un plantel joven que veo muy bien. De verdad, siento que hay buen equipo más allá de que no arrancamos bien en la tabla. Ahora visitaremos a Osorno, que está último, pero en un campeonato que recién comienza y no será fácil. Vamos con ganas. Yo tengo muchas ganas”.