Universidad Católica volvió a fallar, como ha sido su característica durante este año. Igualó 1-1 con Huachipato, por los octavos de final de la Copa Chile. Lo hizo, como ante Wanderers, permitiendo un gol en el epílogo del partido, aunque esta vez con el agravante de hacerlo como local.

Yaunque mantiene sus esperanzas de recuperarse en el Transición, las mayores opciones de la UC están indudablemente restringidas a su destino en el segundo torneo chileno.

Lo malo para los cruzados es que, independientemente de la competencia que enfrenten, siempre parecen un grupo tenso, apretado por las urgencias provocadas por el mal semestre anterior y por el inicio igualmente nefasto del presente. Esa angustia se hizo evidente en los primeros cinco minutos, cuando los errores en la salida de Franco Costanzo yGermán Lanaro produjeron al menos tres ocasiones de gol para los acereros, quienes no aprovecharon tal oferta sólo por imperecia en el último paso.

Pareció un error, además, que el equipo de Mario Salas intentará salir jugando desde el fondo, dejando tal responsabilidad en un defensor y un arquero que no se caracterizan, sin duda, por la precisión con los pies.

Más allá de ese detalle, Huachipato era más insinuante que eficiente, sobre todo en el caso de Yeferson Soteldo, cuyas evidentes habilidades carecen, por lo general, de un cierre adecuado; siempre parece que va camino al gol o a la habilitación letal, pero eso al final rara vez sucede.

El juego, quizás por lo mismo, se hizo entretenido a partir de los errores, con la UC casi jugando al contragolpe para aprovechar la velocidad de José Pedro Fuenzalida y Jeisson Vargas, porque la tercera pieza es algo más lenta. Bueno, quizás por eso le dicen Tanque.

De esta manera, hubo mucha ocasiones, aunque siempre el atacante llegó tarde a conectar o el pase fue desmedido. O bien, se erró en las clásicas opciones de pasar, tocar o disparar.

Por eso se fueron 0-0 al descanso.

El segundo tiempo fue bastante menos atractivo, pero al menos trajo el relativo vértido de Diego Buonanotte, quien ingresó en lugar de un opaco Diego Vallejos.
De los pies del argentino vino el único tanto, cuando desbordó por la izquierda y obligó a un mal despeje. El balón le quedó servido a Vargas, quien liquidó con un tiro junto un poste.

La etapa, sin embargo, sería algo mezquina en emociones. Dos o tres más para el local y casi ninguna para los sureños, tal y como les pasó ante la U, el domingo último.

Eso, hasta que en el minuto 89 un centro de Leonardo Povea fue pivoteado por Joaquín Verdugo para que el paraguayo Jorge Ortega resolviera en el área chica y sin marca.

La llave, así, quedó muy abierta. En dos semanas más se sabrá si la UC sigue aferrada a su única tabla de salvación o bien, en el más optimista de los escenarios, logra, además, recuperar terreno en el Transición. Huachipato, en tanto, deberá buscar como mantener la intensidad en los segundos tiempos, pues con su actual nivel, tiene más dudas que poder real.