La savia nueva parece decidida a seguir impactando el deporte chileno este 2017. Sumándose a la medalla de oro de las hermanas Abraham y al reciente título sudamericano de básquetbol Sub 17, un nuevo logro encabezado por el talento regional volvió a encabezar los titulares de la prensa nacional.
Esta vez fue la selección juvenil de balonmano, que por primera vez clasificó a los octavos de final del mundial de la categoría, en Georgia. El combinado se convirtió en el primer elenco nacional que clasifica a segunda ronda de un certamen planetario, ubicándose en un histórico 16° lugar. Clave en este logro fue el jugador angelino Julio Baumann, quien se alzó como el goleador exclusivo y figura central del equipo dirigido por Claudio Lira.
Ya lo habían anunciado en abril, cuando conquistaron el bronce en el Panamericano Juvenil Sub 19 de Santiago, clasificando por cuarta vez consecutiva al Mundial de la división. La base de ese grupo estuvo en el Mundial Junior Sub 21 de Argelia, donde tuvieron su primer apronte ante los grandes del orbe.
La tarea era confirmar todo en Georgia, donde compartían grupo con Alemania, Islandia, Argelia y Japón, además del dueño de casa. Chile venció a los anfitriones en el último partido de la fase grupal y colocando por primera vez la tricolor en la etapa de los 16 mejores.En ese camino, Baumann fue elegido dos veces como el mejor jugador del partido, luego de anotarle 11 tantos a Argelia y nueve a Georgia.
Formado en el Liceo Alemán del Verbo Divino (bajo las órdenes del destacado técnico Raúl Neira), el lateral derecho es capitán del club Cubla. Y para Neira, su desempeño en Europa es la continuación de lo que ha construido a nivel local.
“Julio siempre se caracterizó por un brazo potente, muy bueno en el uno contra uno. Si bien no es el más rápido, es muy inteligente para las salidas hacia los costados y tiene buena visión de campo. Por eso en nuestro club se destaca como líder anotador, igual que en la selección regional que disputó los Juegos Nacionales 2015 y 2017”.
El DT destaca el camino recorrido por el jugador. “Siempre tuvo condiciones físicas que resaltaban, pero la pasta de líder comienza a mostrarla a raíz de desilusiones, como cuando a los 13 lo citan a una preselección nacional infantil y finalmente no queda, o cuando lo dejaron fuera de un Sudamericano días antes del viaje. Lejos de desanimarse, siguió trabajando con mayor intensidad y abnegación; forjó su temple y, apoyado por su familia, llegó a ser figura”, analiza.
Su homónimo padre, reafirma estas palabras y pone énfasis en la lucha de su hijo para encontrar un lugar en la “Rojita”. “Él es derecho, pero ocupa el puesto de un zurdo, encontró un nicho y lo está aprovechando. Tampoco es tan alto, (mide 1,83), pero lo suple con garra, pasión y buen brazo, al punto que es capaz de hacer jugar al resto, y eso es muy valorado por sus compañeros; es goleador, pero no es egoísta”.
Luego de su paso por el Mundial, Julio Baumann estará un par de semanas en la Región para luego enfilar rumbo a lo que puede ser la gran oportunidad de su vida.
Se trata del viaje que hará al Club Caixas de España, invitado por la Fundación Marco Oneto, que lo llevará junto a otros cuatro seleccionados para probarse hasta fin de año en la institución gallega.
“La idea es que se quede durante cuatro meses allá, en los que podrá mostrar sus condiciones y, si le va bien, lograr un contrato para dar el salto al profesionalismo. Nosotros lo apoyaremos, allá puede estudiar y si lo contratan, trabajar en lo que más le gusta, que es el balonmano”, sentencia su padre.