En las últimas semanas, Chile logró dos de su mayores hitos en lo que a deportes colectivos -fuera del fútbol- se refiere. Primero, con lo hecho por la selección Sub 17 de básquetbol, que se tituló campeona del Sudamericano de la categoría. Y la semana pasada, con el combinado nacional juvenil de balonmano, que clasificó a octavos de final del Campeonato Mundial de Georgia, actuación inédita para la disciplina criolla.
A la cabeza de esos logros destacaron dos jóvenes técnicos chilenos: Galo Lara, en el cesto, y Claudio Lira, en el hándbol, quienes vienen desarrollando brillantes procesos en sus respectivas especialidades.
Ejemplos de procesos exitosos con profesionales chilenos que, sin embargo, no son una constante, dada la supremacía de expertos “importados” liderando unidades técnicas y selecciones en variadas disciplinas.
¿Mayor calidad de los técnicos extranjeros; falta de experiencia de sus pares nacionales, o deslumbramiento de la dirigencia criolla frente a la mano de obra extranjera?
Visita grata
De las 55 federaciones reconocidas actualmente por el Comité Olímpico de Chile (www.coch.cl), la mayoría cuenta con un head coach o un entrenador foráneo y, en ciertos casos, con ambos. Es el caso del balonmano, que tiene a dos españoles al mando de sus procesos, Mateo Garralda en el equipo masculino, e Iñaki Aniz, en damas.
Con Garralda, Chile está obteniendo los mayores éxitos en la historia de la selección, como la medalla de plata en el Panamericano 2016, o la primera victoria en un Mundial adulto (este año ante Bielorrusia en Francia), mejorando la mejor clasificación histórica en un torneo de este tipo (21°).
Mientras que Aniz, ya estuvo al entre 2013 y 2014, año en que logró el bronce en los Juegos Suramericanos de Santiago y ahora retornó tras incluso entrenar en la primera división de la liga hispana.
Lo propio sucede en disciplinas como el badminton con el técnico guatemalteco, Daniel Humblers; el biatlhon, con el serbio Aleksandar Milenkovic; bochas, donde milita el venezolano, Gustavo Rodríguez; la equitación, en que aparece la figura del jinete olímpico canadiense, Jay Hayes; esgrima, con el head coach español, Raúl Peinador, y el esquí náutico, especialidad donde el estadounidense, Tanneguy Benet, lleva años junto al campeón mundial, Felipe Miranda.
Conocido también es lo que hace el español Francisco Madera en el judo, así como lo del head coach marroquí, Driss El Mannani, en el karate, y de los entrenadores cubanos Néstor Almanza y Eugenio Montero, en la lucha, y Evidio González y Pablo Yera, en el canotaje.
En el patinaje sobre hielo, destaca la figura de la trasandina, Silvina Tolomeo, así como la del mexicano, David Vara, en la pelota vasca; del búlgaro, Giorgi Panchev, en la pesas; del cubano, Ramón Arias Pérez en el taekwondo; del francés, Bruno Gubellini, en el tiro al vuelo; del alemán, Martin Frederick, en el tiro con arco, y de los argentinos Daniel Nejamkin y Eduardo Guillaume, en el vóleibol.
Importando éxitos
Uno de los casos más notorios de profesionales foráneos, es el de Bienvenido Front, head coach del remo. De nacionalidad española, “Bienve” arribó a Chile en 2013 para implementar un modelo de gestión basado en el patrón europeo, luego de años en la federación de su país.
Apuesta que no tardó en rendir frutos, con cuatro medallas en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, y que recientemente se coronó con el oro de las hermanas Abraham en el Campeonato Mundial Sub 23, triunfo inédito en la historia del remo femenino nacional.
“Cuando llegué vi calidad, gente comprometida y otros valores. Me di cuenta que Chile lo tenía todo: entrenadores, deportistas, clubes, médicos y lugares dónde entrenar”, sostiene el entrenador que ha equilibrado la selección chilena, levantando valores de Puerto Montt, Valdivia, Concepción y Valparaíso. “Los clubes y centros regionales trabajan bien, y ese el camino para tener un buen equipo en los Panamericanos de 2019”, apunta el DT.
Similar es lo que acontece en el hockey césped, que tiene una “armada” argentina liderada por el head coach, Alfredo Castro, y sus compatriotas Ariel Mairata y Alejandro Gómez apoyándolo en las selecciones nacionales, además de Sergio Vigil a la cabeza del combinado femenino.
Este último llegó a Chile precedido de una vasta trayectoria al mando de las “Leonas” de Argentina, con quienes consiguió oro en los Panamericanos de Winnipeg 1999, plata en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, título en el Mundial de Perth 2002 y bronce en los JJOO de Atenas 2004.
Rendimiento que pretende alcanzar con las chilenas, a quienes viene de sacar vicecampeonas del Panamericano de Estados Unidos, clasificándolas a la Copa Panamericana 2021 y a un paso de llevarlas al Mundial de Londres 2018.
Dueño de una pasión y conocimiento que le valieron el rótulo del “Bielsa” del hockey, Vigil tiene claro sus objetivos a largo plazo. “Queremos contribuir para que, de aquí a cuatro años, tengamos una base de selección de más de 60 jugadoras. Esa será el principio para llegar a ser olímpicos, para lo que es clave contar con una estructura de alta competencia”, acota.
Éxitos desde veredas distintas
Con la puesta en marcha del plan olímpico, la mayoría de las federaciones tiene un head coach, función que está estipulada en la Ley del Deporte, y donde predominan profesionales de otros países.
El director de la Federación de Rugby de Chile, Álvaro Quezada, sostiene que aquello se debe a criterios del Comité Olímpico de Chile (Coch). “Los head coach son pagados por el Coch que, al menos en el caso del rugby, se pide sean extranjeros, seguramente porque no tenemos entrenadores de ningún deporte con experiencia en resultados olímpicos”, sostiene.
Con relación a la labor del head coach francés, Bernard Charreyre, el dirigente manifiesta que, “ha contribuido con su experiencia, enfocándose fuerte en la M20. Además, tiene que hacer los planes para todos los entrenadores, evaluarlos y estar atento a sus procesos. Hoy tenemos una muy buena selección de seven a side, que está dentro de las 16 mejores en el mundo, y un quince que se ubica 33°”, expresa sobre el experimentado francés, que tiene pasos por Irlanda, Bélgica, Madagascar, Rumania (a la que llevó a su primer Mundial), Sudáfrica, Argentina y Estados Unidos, tras 20 años en puestos estratégicos de la federación francesa.
Por su parte, en el caso del básquetbol, pese a contar con el sobresaliente head coach trasandino Daniel Frola en las selecciones masculinas, y el costarricense Warren Espinoza en las femeninas, además del norteamericano Ernie Thurning, en la gerencia, se optó por nacionales en el trabajo fino con los combinados de cada categoría.
Una apuesta que ya rinde frutos, con el histórico título sudamericano conseguido por Galo Lara junto a la Sub 17 y que espera imitar con el combinado adulto, el técnico del Colegio Los Leones, Claudio Jorquera, quien se sentará en la banca cada vez que la Roja juegue duelos eliminatorios.
“Creemos que los profesionales chilenos, han demostrado por años tener capacidad para tomar el desafío de la selección chilena. Elegimos a Claudio porque es alguien muy preparado, ahora mismo está en Salta viendo a Brasil y Colombia, rivales en la Eliminatoria de China 2019. Así como apostamos por Galo en la Sub 17, en este caso también estamos confiados en que andaremos bien”, señala al respecto el presidente de la Federación de Básquetbol de Chile, Irán Arcos.
El mandamás va más allá y adelanta que pretenden darle un valor agregado a los profesionales criollos. “Estamos firmando un convenio con el Coch y la U. Santo Tomás, para certificar a nuestros entrenadores con una carrera técnico-superior, una escuela nacional de entrenadores. Dignificaremos la profesión y los capacitaremos en todas las áreas para que formen de la mejor manera a los basquetbolistas del país”, adelanta.
El rector del cesto nacional, resalta asimismo la labor de Frola en la coordinación de todos los estamentos. “Su función es mantener las selecciones permanentes, porque creemos que no se deben conformar selecciones sólo para eventos determinados. La idea con él es desarrollar un plan de trabajo a largo plazo y así llegar preparados a cada torneo internacional”, precisa.
¿Manda el currículo?
Uno de los deportes colectivos con resultados más relevantes en Chile, es sin duda el hockey patín, campeón del mundo femenino en 2006. Aún así, es una de las pocas disciplinas que aún no cuentan con head coach, lo que a juicio del presidente de la Comisión Nacional de Roller Hockey , Armando Quintanilla, se debe a la poca claridad desde el Coch.
“No hay una política establecida, nosotros como federación hemos solicitado conocer cuáles son los pergaminos para ser head coach, el procedimiento para nombrarlo, porque esto es financiado por el Estado”, advierte.
En ese sentido, el directivo critica los criterios utilizados desde el Plan Olímpico, específicamente de su secretario ejecutivo, Marcelo Ubal. “Tienen una política equivocada. El mejor ejemplo es lo que sucede con nuestro entrenador chileno Rodrigo Quintanilla, campeón del mundo como jugador, que sacó campeón mundial a Sudáfrica, dirigió en Francia y España, es profesor y tiene todos los cursos. Nadie tiene ese currículo, sin embargo Marcelo Ubal nunca ha querido reconocer que puede ser head coach. En cambio sí ha nombrado en otras disciplinas a técnicos extranjeros que no tienen ni la mitad de sus pergaminos, que nunca fueron campeones en nada; tipos que ganan 5 o 7 millones de pesos y nadie sabe cómo los eligen”, acusa.
Y añade, “nosotros no tenemos head coach, siendo que somos la federación más exitosa del país con las “Marcianitas”, la “Pepa” Moya y Emanuelle Silva, medallistas mundiales de patín carrera. Y eso ocurre porque nunca nos han sabido explicar cuál es el método para escogerlo. Parece que en Chile hay deportes A y B”, sentencia.
Desde el Coch, su vicepresidente y representante en el Plan Olímpico, Miguel Ángel Mujica, aclara conceptos, partiendo por el supuesto imperativo de que los head coach deban ser de otra nacionalidad.
“No es tan así. Lo que pasa es que las federaciones generalmente postulan tres nombres, que deben tener logros internacionales. Y es difícil encontrar entrenadores chilenos que los tengan, hablando de los últimos seis años desde que está el Plan Olímpico”, afirma.
“Cuando nos presentan la terna, puede haber dos chilenos y un extranjero, y es este último quien tiene resultados internacionales, pero no es algo fijo. Si ve el remo, hay un español; si ve a Fernanda Valdés (pesas), es un búlgaro. Pero si hubiese un entrenador con los pergaminos de (Bienvenido) Front del remo, no le quepa la menor duda que lo vamos a contratar; no pasa por ser chileno o extranjero, sino por currículo”, agrega.
Sobre las especialidades que aún no cuentan con un head coach, como el patinaje, Mujica responsabiliza a las propias federaciones. “Todos los deportes deben tener head coach, ese es el plan. A veces se confunde el head coach con el entrenador nacional; el primero se encarga del plan de desarrollo de una federación, y después vienen los entrenadores nacionales en cada una de las disciplinas, a nivel adulto, juvenil o intermedio. Los que no tienen head coach es porque no lo han presentado, nos deben enviar tres currículos, y la unidad técnica- metodológica del Plan Olímpico, los estudia. Ahí tenemos especialistas de deportes colectivos, de contacto, individuales y un jefe, Leonardo Viana, colombiano que llegó a Chile hace muchos años, porque este modelo se hace en Colombia. Es con su informe que el directorio del Plan Olímpico toma la decisión”, concluye Mujica.
¿Y qué ocurre Bío Bío?
Si bien es cierto en la Región predominan los profesionales chilenos, hay un par de extranjeros que desarrollan aplaudidos trabajos en sus respectivas áreas. Es el caso del argentino, Jorge Fachinni en el vóleibol femenino, y del cubano Gualberto Mesa, en el canotaje, este último incluso con éxitos internacionales. A estos técnicos del Centro de Entrenamiento Regional (CER), se agrega lo que desde el sector privado realiza el Club Deportivo Alemán, con la contratación de varios argentinos en el hockey césped.
Para el seremi del Deporte, Leonardo Baño, lo anterior representa en primer término, el aporte que los inmigrantes hacen al país. “Cuando se tiende a asociar la inmigración con temas negativos, casos como este demuestran lo contrario. En nuestra Región tenemos muchos ejemplos, basta con decir que Gualberto es un continuador de lo que hizo Rolando Reid en su momento, quien junto a su compatriota Pablo Yera, partieron con el canotaje en lugares como Laja o San Pedro de la Paz. Por tanto, para nosotros el aporte foráneo ha sido importante y nunca cuestionado desde la instancia deportiva regional, porque en nuestros CER tenemos técnicos chilenos que conviven sin mayores dificultades con los extranjeros; una postura valorable frente a la integración de sus pares de otros países”, destaca.
Sobre el criterio para traer entrenadores forasteros, Baño enfatiza en que debe ser por méritos. “No se pueden traer extranjeros sólo por traerlos, porque aquí hay técnicos chilenos que han llevado a deportistas a niveles importantes, como Jorge Grosser en el atletismo, quien está al nivel de cualquier extranjero que pueda venir. Porque los top a nivel mundial llegan a Santiago para conducir procesos nacionales, mientras que a regiones aterrizan otros de características distintas, y de esos ya tenemos acá: Rodolfo Cáceres, en el básquetbol; Julio Orellana, en el vóleibol masculino; Eric Saavedra, en la gimnasia, o Daniel Camousseigt, en las pesas, por nombrar algunos. Por lo que el extranjero que llegue debe ser, al menos de su mismo nivel”, analiza.
En ese aspecto, el seremi reconoce que posiblemente sea necesario sumar técnicos foráneos en aquellas disciplinas sin tantos resultados. “Hay varios deportes donde, pese al trabajo hecho, falta dar el salto, como el básquetbol femenino, judo, taekwondo o la gimnasia rítmica. Es probable que ahí sea necesario traer ayuda de afuera, porque si no han despegado es seguramente porque a sus técnicos les ha faltado la expertiz para hacerlos competir de igual a igual en el ámbito nacional”.
Con todo, Baño deja claro que para ello, es necesario un sistema presupuestario acorde. “Debe haber disponibilidad de técnicos extranjeros y la capacidad de contratarlos, porque la mayoría de los que están en la zona, han adoptado ellos la iniciativa de venir a Chile y presentarse como opción. Es muy difícil como Región tener capacidad económica para ir a otro país y traer un técnico, pues son costos asociados que hoy no están. Es algo que deberemos trabajar a partir de la política nueva y del plan estratégico, ver con qué recursos permanentes podemos contar en el Gore y otros servicios, y por supuesto lo que el mundo privado a través de las universidades, por ejemplo, puede aportar”, cierra.