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Julián Piérart y la masificación del squash

Por: Ignacio Abad Parraguez 07 de Agosto 2017
Fotografía: Romilio Pasmiño

Julián Piérart Quitral comenzó su romance con el squash a los diez años, gracias a una casualidad. El deportista fue invitado a celebrar su participación en un torneo de bicicross en dependencias de un antiguo gimnasio, ubicado en el sector de Pedro de Valdivia. En ese lugar fue invitado a probar la cancha del recinto y descubrió que esa disciplina le atraía mucho más que superar obstáculos en su bicicleta.

“La primera vez que tomé una raqueta, jugué como seis horas. Fue con Iván Rojas, un gran amigo, en un asado que se hizo en el Tempo Líbero. Ahí supe que quería dedicarme a esto y nunca más dejé de jugar”, rememora el deportista.

Sus inicios como jugador fueron en el mencionado -y extinto- gimnasio de Pedro de Valdivia. Sin embargo, gracias a su talento y energía, fue becado para defender los colores de un reconocido club de Chiguayante.

“Después de un año jugando con todo tipo de competidores, me invitaron a jugar en el Estadio Español, donde fui becado y sigo vinculado hasta el día de hoy. En este lugar pude perfeccionarme como jugador con entrenadores de renombre, como Rodrigo Paz y José Antonio Ciriza, y tuve la primera oportunidad para dirigir jugadores, algo que valoro mucho”.

Carrera como deportista En su juventud, representado a Estadio Español, Julián tuvo la posibilidad de disputar y ganar varios torneos regionales y nacionales. Es más, su gran rendimiento le permitió estar en la órbita de otros clubes de Chile y ser llamado para participar en selecciones nacionales. Sin embargo, no tuvo la oportunidad de viajar fuera del país para demostrar su talento, ya que en la época que se desempeñaba como jugador activo, no existía el apoyo de la federación u otras entidades. “Cuando yo era juvenil el panorama era diferente. El salir a jugar torneos a otros países como Brasil o Argentina dependía el viaje podía ser costeado por nosotros como deportistas. Lamentablemente, la situación económica de mi familia, en ese entonces no permitió hacerlo, no se dio que yo pudiera viajar. Aunque uno tuviera el nivel, todo dependía de la plata; y si no había, la lista de los seleccionadas corría para alguien que sí podía costear los gastos para una competencia internacional”.

Pese a estas dificultades, el deportista no se desanimó y siguió exigiéndose para resaltar a nivel local. “Hasta el día de hoy sigo jugando a cuanto torneo soy invitado. Pero en mi periodo de jugador activo jugué todos las competencias de la zona y todos los nacionales hasta la Sub 19, cuando decidí dedicarle más tiempo a mis estudios”.

A cargo de nuevas generaciones La posibilidad de ayudar a entrenadores del Estadio Español cuando sólo tenía 16 años ayudó a Julián a tomar la decisión de estudiar Pedagogía en Educación Física en la Universidad de Concepción, carrera que terminó con éxito y que le ha permitido apoyar a los nuevos valores de la disciplina. “Tuve un paso por una ingeniería, pero en realidad preferí estudiar Educación Física, pues estaba en una etapa donde no estaba tan centrado como jugador profesional y donde ya daba mis primeros pasos como entrenador. Afortunadamente, la enseñanza del squash me ayudó a costearme los estudios”. En 2006, Piérart fue contactado por los antiguos encargados de Concepción Squash para que realizara un par de clases particulares en la semana. Así estuvo cuatro años, hasta que se le dio la oportunidad de tener un rol más protagónico en el club.

“Llegué a Concepción Squash como un simple profesor, cuando el proyecto pertenecía a otras personas. Pero, en 2010 , ocurrieron un sinfín de situaciones que me dieron la posibilidad de quedarme a cargo del gimnasio, con el fin administrarlo y sacarlo adelante. Desde ese año me hago cargo de todo, desde las finanzas hasta las clases. Asumo que me gustaría estar jugando más en la cancha, pero así son este tipo de negocios”. Como adiestrador de Concepción Squash, Julián ha apoyado la carrera de destacados representantes de la disciplina. “Uno de mis dirigidos más conocidos es Matías Lacroix, quien es un deportista con mucha proyección.

Él actualmente está en Santiago para tener más roce con los mejores jugadores de Chile. Pero por Concepción Squash también han pasado muchachos que siempre dan que hablar en los torneos, como Cristián Schultz, Lucas Pérez, Benjamín Calvo, Renato Ledermann o Felipe Quezada, quien vino por recomendación de su entrenador, en Chillán, a jugar más minutos a Concepción. Todos estos muchachos están entre los mejores de Chile o han tenido la oportunidad de jugar a nivel de selección adulta. Es algo que me tiene muy contento”. Quizás él no tuvo la oportunidad de disputar un torneo fuera del país como jugador profesional, pero la vida se encargó de darle una revancha una competencia de este tipo como entrenador.

“En 2011 viví mi primera experiencia como técnico de la selección nacional junior de Chile, que viajó a disputar el Campeonato Sudamericano de Squash de Asunción, Paraguay. En esa ocasión viajé solo con 12 niños y tuve que cumplir el papel de entrenador, papá, amigo. Después de ese viaje, acompañé a los jóvenes talentos a competencias en Bogotá, Belo Horizonte, Cuenca, Cartagena de Indias y El Chaco. También he tenido la suerte de viajar con selecciones adulta a Guatemala y El Salvador. Puedo afirmar que desde este gran paso en 2011, he participado en la mayoría de los Sudamericanos y Panamericanos que han disputado las selecciones chilenas”, reconoce.

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