El nieto del fundador, un campeón de 1974 y otro de 2012 repasan con La Tercera históricos momentos de la institución acerera que hoy festeja un nuevo aniversario. Alcalde, Mendy y Veloso, tres símbolos de Talcahuano.
“Las cenizas de mi abuelo están en la cancha. Era su sueño. Venir al estadio, como familia, nos significa también visitarlo y recordarlo a él”. Las palabras son de Eduardo Alcalde, nieto de Guillermo, quien el 11 de abril de 2015 a los 80 años dejó de existir, aunque su recuerdo permanecen vivo en una placa junto al campo de juego.
Pero, ¿quién fue Guillermo Alcalde? Un hincha de Huachipato que trabajó en la compañía siderúrgica desde 1947 y quien tiene directa relación con el nacimiento del club. “En esos tiempos los trabajadores eran socios y deportistas aficionados. Se realizaban actividades recreativas. Mi abuelo se dedicó al boxeo y fue partícipe de la formación del Club Deportivo. Hoy es una sociedad anónima, pero el inicio de la organización fue de sus trabajadores”, narra su nieto Eduardo, hincha acérrimo de Huachipato y quien, junto a su padre, continúan el legado que les heredó el abuelo. Y agrega: “Somos cuatro generaciones completas de hinchas de Huachipato. Hoy no es fácil encontrar eso, porque a casi todos les gustan los equipos de Santiago. Él contagió a toda la familia”.
Guillermo falleció hace dos años en Viña del Mar y, tras el proceso de incineración, su familia se preguntó “¿qué hacemos con las cenizas?”. Eduardo, su nieto, revela con nostalgia que “mi hermano mayor reveló el secreto. Mi abuelo siempre soñó que sus cenizas estuviesen en la cancha, así es que buscamos cómo realizarlo. Desde su casa caminamos lanzando las cenizas por todo el trayecto que hacía él los sábados y domingos cuando había partido. Llegamos y las dejamos en el centro de la cancha”. Ingresaron escondidos a la cancha y días después recibieron un llamado de la dirigencia del club. Creyeron que era para manifestar molestia. “Ellos, al contrario, se emocionaron con la historia y no quisieron dejarlo ahí. Por lo mismo, se hizo una placa conmemorativa y un minuto de silencio en un partido ante Antofagasta. Lo nombraron socio fundador. Huachipato nos marcó la vida como familia”.
La primera vuelta
Con casi 30 años y tras largos períodos en Segunda División, Huachipato bajó su primera estrella en Primera en 1974. Artífice de tal conquista fue José Luis Mendy, arquero que hoy, con 69 años, vive cerca del estadio, aunque con problemas de salud. “Terminó su carrera como futbolista y trabajó en una empresa de transporte. Ahí se estresó”, dice su entorno, sobre quien hoy padece el mal de Parkinson.
Mendy se emociona al recordar el título, aunque expresa que ese plantel campeón estuvo cerca de desarmarse un año antes. “Fuimos a una gira a Centroamérica en el 1973. El golpe militar nos pilló en Honduras. Hubo clubes de Costa Rica, Guatemala y México que tuvieron interés en nosotros y varios pudimos partir, pero la dirigencia no quiso desprenderse de ninguno. Esa gira fue el inicio del trabajo para lograr el título un año después”, asegura. Lejos de olvidarse de cualquier detalle de ese torneo, el ex arquero que también jugó en U. Católica, comenta de memoria a gran parte de los integrantes de aquella hazaña. “No teníamos un plantel con grandes figuras. Peleamos el título ante un Palestino que tenía a Elías Figueroa. En nuestro equipo estaban Daniel Díaz, Hugo Riveros, Guillermo Azócar, Luis Pérez, Francisco Pinochet, Eddio Inostroza, Moisés Silva, Mario Salinas, Miguel Neira, Carlos Cáceres, Carlos Encinas, Luis Godoy, Pablo Astudillo. Cada uno tenía sus cositas y así logramos el campeonato”, recuerda Mendy.
Fue una definición de infarto. “Llegamos un punto arriba en la última fecha y jugábamos de local contra Aviación. Palestino le hizo como ocho goles a La Calera y nosotros sólo ganamos 1-0, pero nos significó salir campeón. Esos eran campeonatos de verdad. Ahora crearon los torneos cortos y se rotan todos los campeones a cada rato. Nosotros ganamos en 34 fechas”, afirma el ex portero.
Huachipato se inscribió en la historia dorada del fútbol nacional tras ese título, aunque según Mendy, no se celebró tanto. “Para la dirigencia fue un logro planificado que se festejó al día siguiente con una comida, nos regalaron un reloj y eso sería todo. La gente de la compañía siderúrgica, como Francisco San Miguel, Fernando Jiménez y Mario Meza tuvieron paciencia y confiaron en el DT, Pedro Morales, quien fue el gestor de ese logro”, indica. Con nostalgia el ex arquero sentencia que “eran épocas distintas. Ahorra corre mucha plata. En nuestros tiempos lo normal era un contrato, un Peugeot o un Fiat 600 y listo. Antes ir al estadio era una fiesta. Para un partido de nosotros, Deportes Concepción o Lota Schwager, había mínimo 10 mil personas en el estadio. Huachipato para mí lo es todo”.
Épica e inesperada
En el que para muchos sería el semestre del tetracampeonato de la U. de Chile de Sampaoli, Huachipato levantó su segundo título. El 9 de diciembre de 2012 en Talcahuano superaron en una emotiva definición por penales a Unión Española. “Ha sido lo más grande de mi carrera y marcó mi historia en el fútbol. En esta cancha tuve las mejores alegrías de mi vida. El gozo de esa tarde siempre está latente en mis recuerdos”, asegura emocionado el portero Nery Veloso, figura de aquella jornada al tapar tres penales en la serie ante los hispanos.
“Nadie confiaba en nosotros, pero cuando pasamos a la final en Talca dijimos ‘vamos a ser campeones’. Perdimos la final de ida, pero estábamos convencidos en darlo vuelta en casa. A veces cuesta encontrar compañerismo y en esa instancia lo tuvimos, además de una convicción única. Este club es grande y merece estar siempre arriba”, recuerda Veloso.
Se emociona al hablar de Huachipato. “Este club es mi vida. Llegué a los 15 años, me demoraba una hora desde Penco. Fueron seis años en la micro Ruta las Playas, en la que me devolvía a la casa durmiendo y mojado. Le debo toda mi carrera a Huachipato. Es un club al que todos quieren llegar. Antes había una empresa atrás, que nos respaldaba en todo, y ahora hay gente haciendo bien las cosas. De acá nacen jugadores proyectables y de selección, por eso es el único campeón del sur”, cierra quien diera la vuelta olímpica en 2012. Así refleja el espíritu de un club, cuyo himno sostiene que “el progreso futuro de Chile se construye con bases de acero”.