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Balance: Uno en el podio, dos que cumplen y otro muy al debe

Por: Paulo Inostroza 23 de Mayo 2017
Fotografía: Raphael Sierra P.

UdeC se metió entre los tres mejores del torneo, mientras Huachipato se situó en la parte baja. En Segunda, Naval y Lota cumplieron dentro de lo que tenían.

Fueron 15 partidos en Primera División y 32 en Segunda. Todo cerró este fin de semana y es tiempo se poner sobre la mesa los números y algo más de nuestros equipos, todos con diferente presupuesto y distintas expectativas antes de empezar la temporada. ¿Cumplieron? ¿Les faltó algo? ¿Quién fue la decepción? Hora de responder a todas esas preguntas.

Medalla de bronce. La UdeC empezó el año con el miedo a bajar por segunda vez en su historia. Último en el Apertura, con apenas 14 puntos, la dirigencia apostó por tres refuerzos con cartel: Gustavo Mencia, Gonzalo Barreto y Jorge Luna. El primero fue puntal de la zaga, formando una dupla solidísima al lado de Francisco Alarcón. Barreto, en tanto, marcó solo un gol, aunque fue aporte, todo lo contrario al “Semilla” Luna, que hizo más noticia por un escupitajo a un rival que por su rendimiento.

El equipo de Bozán, bien armado desde atrás hacia adelante y con “Tigre” Muñoz como figura, comenzó a trepar en un torneo muy irregular, donde Colo Colo y la “U” fueron los mejores mostrando muy poquito. Justo detrás de ellos quedó esta UdeC con claros problemas para marcar goles, pero siempre bien parada y con Camargo y Manríquez nuevamente como puntales en la zona media.

Solo faltó haber ganado a la Unión o Everton -ambos partidos con un hombre más- para haberse de metido de lleno a pelear un título. Ese paso que también estuvo a la mano con Ronald Fuentes.

Teniendo tanto… Es raro lo de Huachipato. Ofensivamente, debe tener uno de los equipos con mayor potencial: Ángelo Sagal se ganó un lugar en la “Roja”, Carlos González marcó 6 tantos, Yeferson Soteldo la está rompiendo en el Mundial Sub 20 y César Valenzuela es uno de los armadores más talentosos del medio local. Pero algo no funciona o, al menos, a ratos. El acero superó a solo 3 equipos en la tabla y eso, claramente, es un desastre.

Y es curioso que hayan ganado al campeón U. de Chile (2-1), la UC (2-1) y hayan empatado con Colo Colo (0-0), pero pierdan con un Cobresal que no le ganaba prácticamente a nadie (2-3) y caigan goleados en casa frente a Wanderers (1-4). ¿Jugaba a algo el cuadro siderúrgico? La verdad es que sí, pero algunos días más que otros. Por un gol, no fueron la ofensiva menos anotadora del campeonato teniendo gente que promete tanto

Ha aparecido gente joven, como Sáez, Bizama, Hidalgo, González, Molini y otros, pero habrá que replantearse muchas cosas en un equipo donde vender para sobrevivir es parte de su política de acción. Nombres como Lampe, Sagal, Merlo, Valenzuela y Soteldo ya suenan en otros equipos, lo que obligaría a rearmarse. Así, no es nada fácil lograr resultados.

Cabritos del puerto. Cuando se fue Óscar Correa parecía que Naval se iba a pique. El técnico se vio obligado a partir cuando la dirigencia dejó ir jugadores importantísimos porque no había plata. Tampoco quisieron sumar refuerzos a mitad de torneo y el equipo que partió peleando codo a codo con los punteros, tuvo que replantear sus objetivos. Tampoco era seguro que se pudieran pagar los sueldos mes a mes y así fue hasta el último pago de mayo. Siempre sufriendo.

Pero los muchachos, dirigidos posteriormente por Patricio Almendra, no se echaron a morir. Naval se llenó de caras nuevas, hizo debutar a chicos que tuvieron que hacerse titulares casi a la fuerza (Parra, Aguilera, Toro) y consiguió un dignísimo quinto puesto. Destacaron José Tiznado, Mario Salgado, “Torito”, Sanhueza y en los últimos partidos se destapó Mauricio Martínez. Hay buena base, para pensar en un futuro mejor.

Hombres de carbón. Lota partió con muchos problemas y con Víctor González en el banco. El equipo que casi no participa del torneo empezó a tomar forma lentamente, cuando justo llegó el cambio de mando: Jairo Castro en lugar de Jorge del Campo. La banca también se movió, ahora el buzo era de Jaime Pacheco y más tarde tuvo que ponérselo Jorge Torres.

Antes de Castro, se supone que el año ya estaba perdido: la Anfp los castigó con el descenso por incumplimientos económicos. Pero el plantel igual dio la pelea y cumplió su promesa de no terminar en zona de descenso (fue antepen{ultimo) para pedir un último perdonazo en Santiago. En eso están. En la cancha, Vera, el portero Jordan, Farías, Durán, Valencia y el último tramo de Calderón fueron rendimientos para tener en cuenta.

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