“Me encanta correr, es mi pasión, lo hago desde chica y moriré con las zapatillas puestas y aplanando calles. Aparte de competir, me libera, me hace bien, en la salud y como persona. Mientras pueda seguiré corriendo”. Las palabras de Claudia Catalán reflejan toda la pasión que siente por el deporte, y en especial por el atletismo, una disciplina a la que ha estado ligada toda su vida.
A lo largo de su trayectoria, Catalán ha tenido varias etapas. Incluso, hubo un periodo en que se retiró del deporte competitivo, pues la dificultad de compatibilizar sus entrenamientos con el trabajo fue un obstáculo difícil de superar. Sin embargo, el amor por el atletismo pudo más, y luego de retornar aseguró que ahora no dejará de correr hasta que su salud diga lo contrario.
“Partí en esto por la motivación de mi papá principalmente, él fue mi motor principal desde que era muy niña. Fue un gran deportista, e incluso hacía competencias, fue director de un club deportivo y ahí me incentivaba para que tomara parte de esas actividades. Como a las 8, 9 años comencé. Siempre fui fondista, pruebas de resistencia, y con el tiempo iba subiendo las distancias, 10 mil metros, 21K, maratón”, comentó sobre sus inicios en el deporte.
El triatlón, una de las pruebas más exigentes que hay en el mundo atlético, también ocupó buena parte de su carrera. “Estuve muchos años, me dediqué harto tiempo profesionalmente. Tenía auspicios y me iba bien, gané en Novicios y fui tercera en la clasificación general en el Ironman de Pucón. Viajé por toda Sudamérica compitiendo en esta disciplina, fueron como 11 años, y luego me retiré un tiempo por el trabajo, no podía entrenar bien. Ahí estuve fuera cerca de 14 años, aunque siempre manteniéndome bien activa, como soy profesora de Educación Física el deporte siempre ha sido parte fundamental de todas mis actividades”, indicó.
Fueron muchos años lejos del deporte competitivo. Un receso que finalizó hace cuatro años, cuando decidió volver a correr en una prueba formal. Allí, tuvo un resultado sorpresivo considerando que no se había preparado, un resultado que fue una motivación más para regresar a la actividad.
“Para la corrida del 1 de mayo de 2013, decidí volver. Fui a competir, me acuerdo que llovía muy fuerte y mi idea era probar nada más. Y gané. Eso me motivó mucho, y por eso me preparé para el Mundial de Atletismo Master, que era ese año en Brasil, de 35 años para arriba. Ahí fui vicecampeona mundial de los 21K, y de ahí no he parado (ríe)”, señaló.
Triunfo del corazón
Luego de esa competencia, la atleta ha participado en varias competencias internacionales, y siempre ha obtenido buenos resultados.
“Aparte del Mundial de Brasil, he participado en sudamericanos, donde siempre he estado en el podio, en 5 mil, 10 mil, en los 8K cross country o en los 21K. Fui al Mundial de Francia… Siempre quedo entre las 10 mejores, y el año pasado también estuve en el Mundial de Australia, donde salí octava”.
Este última competencia tuvo en la deportista un significado muy especial. No solo por haber quedado entre las diez mejores de su categoría, sino porque en el proceso de preparación vivió momentos muy complicados, los que pudo superar para estar nuevamente en la pista.
“Ese fue un gran logro, pues mi padre estuvo muy enfermo y lo tuve que cuidar, lo que me alejó un poco del entrenamiento. Y él falleció un mes, un medio y medio antes de que viajara. Y junto con esto, a mi me dio un infarto, estuve en la UCI. Al final logré salir de eso, el médico me autorizó a competir y salí octava. Fue algo así como un regalo divino, un premio a todo el esfuerzo que había hecho”.
Catalán aseguró que no fue fácil tener el permiso para viajar y ser parte del mundial australiano.“No me querían dejar competir por el tema cardiaco. De hecho igual viajé con las enzimas cardiacas un poco elevadas, pero mi pasión y mi voluntad eran mayores. Era un regalo para mi padre, tenía que hacerlo. Igual por lo que me pasó deseché participar en los 10 mil metros, y me quedé solo con los 21K, que eran el último día y me daba más tiempo para ambientarme a las condiciones climáticas y la adaptación en general. Igual fui la mejor latinoamericana”.
En esta temporada, corrió la Maratón de Santiago, los 5 mil metros del Grand Prix Internacional en Chillán, donde finalizó primera, y también los 21K de la Corrida de Enap. Y para lo que queda del año, tiene un desafío muy importante.
“Correré la Maratón de Buenos Aires en octubre, para lograr la marca y participar en la Maratón de Boston, que es en abril de 2018. 4 horas 15 minutos es la marca que exigen, pero por mi crono de los 21K pienso que puede hacerla en 3 horas 40 minutos. Creo que la haré sin problemas, pero debo cumplir el requisito de hacer una maratón con la marca, e iré a Buenos Aires con un grupo de atletas de Kinetic Runners, que también irán a buscar su registro para Boston”, señaló.
De su preparación, aseguró que “como trabajo en el tema físico, igual hago ejercicio aunque no practique algo específico. También entreno junto a Kinetic Runners, grupo con que siempre participamos en varias competencias”.