Cuadro dirigido por Musso intentó remontar el partido y la serie cuando parecía casi imposible, pero el buen juego de Español de Talca y el acierto en momentos decisivos terminó eliminando al elenco universitario.
Cuadro dirigido por Musso intentó remontar el partido y la serie cuando parecía casi imposible, pero el buen juego de Español de Talca y el acierto en momentos decisivos terminó eliminando al elenco universitario.
Paulo Inostroza P.
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl
Se acercaron y sólo sirvió para que la daga doliera más. UdeC peleó siempre desde abajo en el gimnasio de Español de Talca, pero un triple de Pablo Barraza definió la serie faltando cerca de medio minuto. El cuadro del Campanil cayó finalmente por 87-80 y perdió la serie de semifinales por un batallado 2-4. Los talquinos jugarán la final contra Leones de Quilpué.
El inicio fue a favor del local gracias al poderío de Dwight McCombs en la zona pintada. El norteamericano logró 12 puntos en el primer cuarto, uno menos que todo el equipo de la UdeC. La otra diferencia era defensiva, porque el cuadro rojo ponía un muro hecho de hombres altos y obligaba al Campanil a salir en vez de entrar. A intentar desde fuera.
Tres triples consecutivos (Cisternas, Sáez y Briones) emparejaron de pronto el marcador en 25-25, pero aunque los tiros de tres seguían cayendo adentro (Silva y otra vez Briones), el local movía bien la pelota y aprovechaba que McCombs se alejaba del cesto para llevarse su marca y siempre entraba alguien más en solitario, cortando al aro.
El primer tiempo terminó con Español aventajando a su rival por 9 puntos y un dato no menor: la UdeC intentó 20 triples contra sólo 8 de su rival, que fue más efectivo, que lanzó menos forzado encontrando siempre al jugador libre.
Pero Musso alzó la voz y les dijo "no tanto desde afuera, intentemos entrar". Y fue Anthony Danridge quien mejor entendió la orden y logró doce puntos en el tercer cuarto. El norteamericano junto a un Sebastián Sáez que se encendía lentamente y la consistencia de Briones, mantenían con vida a un equipo universitario que se notaba incómodo con la rapidez del local para mover el balón, la intensidad en la marca y la fuerza debajo de los tableros.
Pero el final fue mucho más emnotivo de lo que se pensaba. Los de Musso extrañaban a Akeem Scott, quien se enchufó demasiado tarde. Faltando cinco minutos para el final del partido, apenas había intentado ocho tiros y acertado uno. Al final, apareció en toda su magnitud, pero la pelea estaba demasiado cuesta arriba.
Del otro lado, Barraza empezaba a calibrar y conseguía tres lanzamientos de larga distancia en la etapa definitiva del partido. El más importante, ese que sirvió para sacar ventaja cuando laUdeC se había acercado a sólo dos unidades. Fue un golpe doloroso. Pelear y pelear para nada. De todas formas, la serie se perdió antes.