Cristián Vera fue gran figura del ascenso 2006 y, con tristeza, habla del lamentable presente del club, donde hoy su hermano Juan Pablo es capitán. ¿Qué pasó en estos 10 años? El zurdo que brilló en el mineral hace su análisis.
Cristián Vera fue gran figura del ascenso 2006 y, con tristeza, habla del lamentable presente del club, donde hoy su hermano Juan Pablo es capitán. ¿Qué pasó en estos 10 años? El zurdo que brilló en el mineral hace su análisis.
Paulo Inostroza
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl
"Hombre muerto caminando" se llamaba esa película donde Sean Penn sabía la fecha en que sería ejecutadda su pena de muerte. En los días previos, poco le interesaba ser mejor persona o ganarse el perdón de Dios. Lo malo estaba hecho, la silla eléctrica no se la sacaría nadie. Lo mismo le pasa a Lota Schwager. El tribunal de disciplina de la Anfp ratificó su descenso a Tercera y seguirá jugando solo porque sí. Perdón ya no habrá. De todas formas, su gente -los de verdad- irán hoy a despedir lentamente a un grupo de muchachos que siempre lo dio todo.
Uno de ellos es Juan Pablo Vera, capitán de este equipo. El 2006 compartió cancha con su hermano Cristián y lograron el último ascenso minero a Primera. Fue hace diez años y hoy el zurdo se prepara para jugar Copa de Campeones con la camiseta del "21 de mayo". El volante creativo, muy apesadumbrado, expresó que "a estos jugadores a veces les abonaban apenas cuarenta lucas de sueldo, entrenaban en cancha de tierra cuando llovía y daban la cara igual. No sé cómo, pero entraban a la cancha y ganaban. Es triste que ellos y el hincha sean los que paguen por dirigentes que hicieron todo mal".
¿Qué pasó para caer tantas divisiones en una década y terminar así de mal? Cristián explicó que "esto se veía venir. Lota nunca fue capaz de mantener un plantel y reforzarse, por eso bajaba de una división a otra y volvía a bajar. Trajo muchos jugadores que ya estaban en la última y eso pasaba, en parte, por falta de plata. En la zona hay muchas empresas pero nadie quería aportar y los entiendo. A mí me puede gustar mucho Lota, pero no voy a invertir en un lugar donde no sé qué hacen esas personas con mi plata. Es como botarla. Valdés nunca quiso irse y por eso hacía traspasos y esas cosas, pero nunca se desligaba. Con esa poca claridad nadie iba a invertir".
Le da pena y rabia. Se le nota. "Es que uno se identifica con el club. Imagínate mi hermano, que dejó todo, incluso otras ofertas, por venir para acá. Cuando Lota no tenía nada era de los que le hablaban a los más jóvenes para que se presentaran y se jugaran la vida igual. Eso es Lota para nosotros. Aquí se le hace daño a mucha gente porque en cadetes hay muchos chicos que son de la zona y van a quedar tirados. ¿Sabes qué va a pasar? Algunos intentarán ir a Concepción y Huachipato, pero les queda lejos y no todos tienen para pasajes. Además, son clubes que tienen sus series listas. Algunos tendrán que dejar esto y estudiar o pensar en algún otro trabajo para el futuro. Es súper triste. Hay niños que nunca vieron a Lota en Primera y no sabría cómo explicarles que hace diez años estábamos ahí. Los dirigentes son los grandes responsables, pero son otros los que sufren", afirmó.