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Manifiesto de un apasionado: el paso de peón a rey de Víctor

Víctor Fuentes se despidió de la categoría juvenil con el título de vicecampeón de ajedrez nacional. Un camino que partió a los ocho años y que no solo culmina con una pieza llena de trofeos, sino que con un joven realizado gracias al deporte.

Por: Diario Concepción 06 de Marzo 2017
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Víctor Fuentes se despidió de la categoría juvenil con el título de vicecampeón de ajedrez nacional. Un camino que partió a los ocho años y que no solo culmina con una pieza llena de trofeos, sino que con un joven realizado gracias al deporte.

 

Parece que fue ayer cuando en estas mismas páginas, aparecía por primera vez un pequeño que no superaba los 10 años, pero que era capaz de hacer maravillas en el tablero. Víctor Fuentes se llama, y pese a su corta edad, contagiaba con una animada personalidad y una pasión inusual por el ajedrez.

Hoy, a los 20 años, de ese niño "rellenito" que no se sacaba el jockey ni para jugar, sólo queda su amor por el deporte ciencia y una alegría que pareciera no extinguirse nunca. Ah, y por cierto su calidad única moviendo piezas entre los casilleros. 

Porque recientemente, una de las grandes figuras que ha dado el ajedrez regional en el último tiempo, despidió una etapa; quizás la más bella de su vida, esa que no se olvida nunca. 

Y lo hizo en grande, erigiéndose como vicecampeón chileno juvenil en el Nacional Sub 20 llevado a cabo en Santiago. Un nuevo logro que sumó a un sinnúmero de trofeos, medallas y diplomas, prueba de su posición de elite en el ajedrez joven de la Región y el país.

Con el bañador en la mano

La comuna de Maipú fue la anfitriona del certamen -uno de los tres más importantes organizados por la federación chilena-, que convocó a los campeones y mejores jugadores del país, en todas las categorías menores de 20 años.

Víctor reconoce que se pasó directo de sus vacaciones en Pucón al torneo, y sin estudiar nada, lo que a la postre terminó primando a su favor. "Viajé solo, me quedé en un hostal y no preparé ninguna partida. Previo a un torneo, uno siempre planifica de acuerdo al rival, investiga qué líneas y variantes juega. Pero yo también sabía que mis rivales harían eso conmigo, que se meterían a la base de datos con sus entrenadores y prepararían algo contra lo que yo jugaba siempre. Pero el tema es que yo no jugué lo que jugaba siempre", dice.

Y se explaya. "Habitualmente, con negras yo juego una apertura que se llama Francesa, y con blancas juego un sistema Londres. Eso hice en las primeras dos rondas que, entre comillas, eran las más fáciles. Sin embargo, después jugué lo que se llama ajedrez puro. Osea, salir de la teoría, de los libros y utilizar estrategia, jugar paso a paso", señala.

Así fue como a partir del tercer partido, cambió completamente, para sorpresa total de sus rivales. "Ahí es cuando empieza la lucha de quién sabe más ajedrez, cuando pesa el conocimiento y la experiencia", asegura Fuentes.

De esa manera fue como se impuso por ejemplo al máximo favorito, Felipe Vergara (quien días después estaba jugando la final absoluta de Chile) , en una partida que se extendió por más de cuatro horas. En la séptima ronda, sumaba cuatro y medio puntos de seis, perdiendo sólo con su amigo, Sebastián Donoso, a la postre campeón. "Esa partida la debí ganar, llegué un punto donde, de elegir el camino correcto, vencía fácil. Pero es parte del juego", reconoce.

Luego de ganar las rondas siguientes, en la última ofreció tablas ante la imposibilidad de alcanzar a Donoso, quedándose así con el vicecampeonato chileno.

Fin de una etapa
 

A la hora del balance, el oriundo de Penco dice sacar cuentas alegres luego de finalizar su etapa juvenil en el ajedrez chileno.

"Para mí es una mezcla de sentimientos, porque en total fueron cinco títulos nacionales que conseguí: el 2009 en la categoría Sub 12, y ese mismo año, por equipos en el Nacional Bicentenario, además de monarca en duplas junto a Carlos Squella, de Los Ángeles. En 2010, campeón sudamericano en Sucre, Bolivia; campeón nacional Sub 14 en 2011, y campeón de Chile Sub 18 en 2015. Y si agrego este vicecampeonato, significa un cierre de etapa genial, un premio a todo lo que le he entregado al ajedrez", comenta.

En este punto, Víctor repasa sus años frente al tablero y no oculta su emoción. "En lo personal, le he entregado mucho tiempo de mi vida, cientos de fines de semana para jugar torneos en todos lados. Y ahí mis papás siempre apoyándome, no sé cuanta plata habrán gastado en mí y eso siempre se los voy a agradecer; gracias a ellos hoy puedo contar estos logros", asegura.

Por eso cree que todo valió la pena, sobre todo por las enseñanzas guardadas. "Lo que más aprendí, es que si uno no disfruta lo que va a hacer, no puede tener éxito, es imposible. Recuerdo que habían amigos que entrenaban todo el año pero disfrutaban ganar, no jugar. Creo que eso es lo importante, que siempre me he dedicado a disfrutar del juego, especialmente en esta última etapa: los viajes, los amigos, los buenos momentos y los malos también. Porque de esos aprendí cosas, y no sólo para el deporte, sino que para la vida", añade.

Comienzo de otra
 

Víctor dice estar consciente de la nueva fase que se abre en su vida, para la cual asegura estar preparado. "Es nostálgico, porque siento que este es mi último año de juventud, ya paso a ser adulto. Pero yo veo el ajedrez más allá, lo veo como una herramienta que creo es necesaria en todos los colegios de Chile, porque ayuda a formar un pensamiento crítico, fundamental en una enseñanza que se centra en lo mecanizado. Entonces, sentarme en el tablero ha sido como una enseñanza de vida", afirma.

"Yo siempre le he dicho a mis amigos -continúa-, que todas las decisiones que tomo las pienso bien. Elegir los caminos correctos y cuando uno se equivoca, enfrentar ese error y poder pedir perdón. Creo que eso lo debo al ajedrez, porque desde chico me enseñó que debo saludar a mi rival y cuando termina la partida, despedirme de él, gane o pierda, esté enojado o no. Saber ganar o perder en la vida".

¿Qué esperas de esta etapa que se inicia?

-Seguir disfrutando, pero además traspasar mis conocimientos, formar a un par de chicos talentosos y entregarles todo lo que sé. Junto a ello, terminar mi carrera (Ingeniería Civil Industrial en la UdeC), de a poco se viene el profesionalismo y de ahí, lo que Dios quiera nomás. Lo único que estoy seguro, es que llego bien a esta etapa, preparado. Me siento maduro, capaz de pensar bien y solucionar problemas. Eso también se lo debo al ajedrez ¿Cómo no voy a estar agradecido de todo lo que me ha dado?

 

Su veta como profesor y el sueño de ser campeón absoluto del ajedrez chileno

Actualmente, Víctor Fuentes compatibiliza sus estudios en tercer año de Ingeniería Civil Industrial en la U. de Concepción, con un taller de ajedrez en el Instituto de Humanidades de Chiguayante, que comenzó el año pasado. Una experiencia que califica de enriquecedora. 

“Lo he pasado muy bien, me gusta enseñar lo que he aprendido durante casi toda mi vida. Son 20 niños y valoro cuando aplican las enseñanzas. Tengo una alumna que ya fue podio en dos torneos, se llama Martina Figueroa y tiene ocho años, la misma edad en que yo partí.  Tiene mucho futuro y ojalá podamos llevarla alto”, dice entusiasmado.

Tanta actividad, sin embargo, no lo aleja del deseo de seguir jugando y del sueño que le queda por cumplir: ser campeón absoluto de Chile. “Siempre digo que si me pongo a estudiar ajedrez, podría ser campeón adulto. Hoy lo tengo bien metido en la cabeza, estoy seguro que si estudio todo este año a conciencia, estaré en la final de Chile sí o sí. Si me lo propongo, lo puedo lograr”, cierra Víctor.     

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