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Historias de esos niños que brillaron en el torneo Sub 17

Iván Campos y Cristián Reynero cuentan su experiencia en el Sudamericano de 1995 y Francisco Viveros recuerda el ‘97, la última vez que Chile clasificó a un Mundial. Tenían 16, estaban en el colegio y todos siguieron un camino distinto.

Por: Diario Concepción 27 de Febrero 2017
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Iván Campos y Cristián Reynero cuentan su experiencia en el Sudamericano de 1995 y Francisco Viveros recuerda el ‘97, la última vez que Chile clasificó a un Mundial. Tenían 16, estaban en el colegio y todos siguieron un camino distinto.

Paulo Inostroza P.
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl

 

Han pasado veinte años y más, y no olvidan ningún detalle. Recuerdan a sus compañeros, los partidos que ganaron y perdieron, y de pronto, vuelven a ser niños. Echando la memoria atrás, regresan al colegio y reviven la emoción de esa primera nómina oficial. Los viajes, goles, rivales que después fueron estrellas. Esta semana comenzó un nuevo Sudamericano Sub 17 y estos tres jugadores de la zona saben bien de qué se trata. Oyen las críticas y los elogios. Alguna vez, todos fueron para ellos.

Siempre amigos

Cristián Reynero es un emblema de Huachipato, donde estuvo hasta 2006. Para el Sudamericano de Perú, tenía solo 15 años y repasa que "fue difícil porque la preparación fue súper larga. Como ocho o diez meses donde tenía que viajar a Santiago, me quedaba de lunes a miércoles y volvía para estar dos días en el colegio y dar las pruebas. Yo estaba en el Insuco. Por eso, la primera citación es tan linda. Cuando me dicen que voy al Sudamericano, pensé: pucha, todo este sacrificio y viajes valió la pena. Te sientes agradecido de tu familia y todos los profesores que creen en ti".

Llegando allá se encontró otra realidad. "Argentina ya tenía vendido a Cambiasso al Real Madrid y a Aimar lo querían un montón de clubes, mientras que nosotros teníamos con suerte a Rodolfo Moya como el único que ya había debutado en Primera, en Everton. La diferencia de preparación es grande. Nosotros, de verdad éramos unos niños", confesó.

Y en la cancha, no fue nada fácil. Reynero, hoy ayudante técnico de Miguel Ramírez, cuenta que "de ese torneo, recuerdo siempre dos partidos. Uno es el 3-2 a Colombia, que era candidato y lo ganamos jugando gran parte del encuentro con uno menos. El otro, fue el 10-1 que nos hizo Brasil en segunda ronda. Es la mayor vergüenza que pasé en una cancha de fútbol. Terrible. El primer tiempo fue 6-0 y me quería morir, Bigorra nos decía que trabajáramos para que no nos hicieran más… Descontó Contreras y yo, cabro chico, me ilusioné. Pensé que hacíamos cinco. Nada de eso, nos metieron diez".

Cuenta que siguen comunicados por whatsapp. "Ahí están Mirosevic, Moya, el ‘Pato’ Neira, Luis Mena y varios más. Esas cosas no se olvidan. Por eso deseo que los chicos que están jugando ahora el Sudamericano les vaya bien. Además, ahí está David Reyes como ayudante, que hizo el curso conmigo".

Locura colegial

Francisco Viveros fue uno de los goleadores del Sudamericano de 1997. "Junto a Mirosevic y Ronaldinho. Imagínate. Siempre cuento eso y que estuve con Cristiano en Lisboa". De esa época, comenta que "el grupo hizo una gira por muchas partes, yo veía los partidos por la tele y decía: qué lata, yo podría estar ahí. Un día, la selección de Bigorra vino a jugar con una selección del Bío Bío y, al principio, no se fijaron en mí. Después empecé a ser nominado y fui a Paraguay".

Y en el Sudamericano, tampoco partió con el pie derecho. "Era reserva de Iván Álvarez y ‘Maravilla’ Guzmán. No jugué los dos primeros partidos, pero entré con Bolivia, metí tres goles y no salí más. Definimos con Colombia, el que ganaba pasaba de ronda y lo conseguimos. En la segunda fase, teníamos que ganar a Paraguay en el último partido y fue 2-1. Todavía recuerdo el pase del ‘Coto’ Ribera y Rodolfo Madrid corriendo con sus patitas cortas y sus gemelos que eran un par de pelotas. Fue zurdazo cruzado. Lo tengo tan grabado", narra el ariete formado en Huachipato.

El regreso a Chile fue a los rockstar. "En Santiago no tanto, pero acá en Carriel Sur había como dos buses de Coronel esperando a Denis Montecinos y todos mis amigos. En el colegio igual fue locura. Me esperaban después de clases, firmaba autógrafos… ¡Nunca había hecho algo así! En el hotel, en Paraguay, me llamaban representantes a la habitación y yo era un cabro de 16 años. El ‘profe’ bloqueó los llamados a las piezas", apuntó.

Se fue temprano a Europa y expresa que "apenas jugué por Huachipato y me fui muy joven. Sporting de Lisboa se preocupa de todo y exigió irme con mi familia y le conseguía trabajo a mi papá. Lo bueno es que siempre fui bien aconsejado porque mi tío Gustavo fue futbolista, en la familia está Ricardo… Y además, estaba el ‘profe’ Pedemonte que es también como un papá. Sus charlas eran como de una hora y siempre para aconsejarte. En Portugal me costó consolidarme, quizás porque los jóvenes que llegaban estaban mejor preparados que uno, física y psicológicamente".

Chile nunca más clasificó a un Mundial. El hoy técnico de la Sub 15 y Sub 16 de Ñublense cree que "hay hartas cosas que no se han hecho bien. En Europa vi que a los niños los trabajaban desde los 4 años y a los 12 ya estaban formados. Acá llegan a un club con 15 y ya tienen un montón de deficiencias. Eso no se corrige rápido. Chile tiene una generación espectacular a nivel adulto, pero tenemos qué preguntarnos ¿qué viene después de ellos? Tendremos que partir de cero y volver a lo de antes".

¿Qué fue de "Campitos"?

Iván Campos marcó 7 tantos en el Sudamericano de 1995 y fue subgoleador del torneo. El oriundo de Hualpén repasa que "hicimos una gira por España, cuando jugaba Zamorano, pasamos por Inglaterra. La preparación fue larga porque veníamos después de la generación de Neira y Rozental, los del tercer lugar en Japón, y la vara estaba alta".

"Campitos" cuenta que "fui nominado por primera vez con 14 años. Recuerdo que estaba en Huachipato y jugaba en la selección de Hualpencillo. Un día viene la asistente social a mi casa y me dice que estoy citado. Le dije ‘qué buena’, pensando que era por el barrio y me respondió ‘no, en Juan Pinto Durán’. No lo podía creer. A mí me asustaba ir, pero Carlos Pedemonte me fue a dejar a Santiago. Allá desayuné y en un momento pasaron Salas y Zamorano. Me sentía en la luna, si a ellos yo los veía por la tele".

Partió siendo reserva. Moya era titularísimo y Pablo Contreras jugaba de "9". El ex Lota narra que "siempre se fijan más en Santiago y a uno le cuesta más. A los del sur los miran poco. Lo bueno es que entré con Paraguay, metí dos goles y no salí más. Con Colombia hice tres y, lamentablemente, me lesioné. Por eso, no estuve en el 10-1 que nos hizo Brasil, pero lo sufrí igual. Era uno tras otro, nos mirábamos y no sabíamos qué hacer. Ellos metían un gol, corrían a buscar la pelota y la ponían en el círculo central para hacernos otro. Fue terrible y todavía se recuerda como la peor goleada de la historia".

¿Y por qué no llegó más arriba? Campos, que hoy tiene 38 años, trabaja en Enap y vive en Coronel, explica que "tenía las condiciones, pero era inmaduro, no me gustaba trabajar mucho y me conformaba con poco. Cuando terminó ese Sudamericano, me llegaron ofertas de Italia y México, me quiso representar Pablo Tallarico y todos se peleaban por mi pase. Cuando ya era Sub 20, fuimos campeones de Chile con Huachipato y salimos de gira a Colombia. Ahí fui al extranjero, allá estaba Elías Escalona. Estuve seis meses y me lesioné, pasé por hartos clubes, como Ñublense, Everton, Lota y jugué en Indonesia. Cuando uno es chico, no es fácil tomar decisiones".

Hoy, dice que su hijo Diego, de 11 años, no le cree que fue goleador de Chile en un Sudamericano. Busca recortes y fotos antiguas, pero encuentra pocas. "Me veo más joven y súper distinto. Parece que no fuera yo". Algún día fueron niños, soñaban con tocar las estrellas.

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