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"Robles, sólo un árbol en medio del gran incendio", por Paulo Insotroza

El desastre de la Sub 20 puede analizarse desde lo puntual y los errores cometidos en este proceso o desde una perspectiva más amplia, donde el fútbol chileno no ha sabido potenciar el Fútbol Joven y llevarlo de la manera más correcta.

Por: Diario Concepción 30 de Enero 2017
Fotografía: imagenPrincipal-6711.jpg

El desastre de la Sub 20 puede analizarse desde lo puntual y los errores cometidos en este proceso o desde una perspectiva más amplia, donde el fútbol chileno no ha sabido potenciar el Fútbol Joven y llevarlo de la manera más correcta.

Fue la semana de los 44 grados en Quillón y los más de cuarenta focos de incendios forestales en la zona. Terrible. La semana en que más allá prácticamente desapareció Santa Olga y hubo que evacuar Florida.

En hectáreas, la zona afectada es el equivalente a una superficie completa de Santiago más otra mitad. Imagínese. Tan horrible que lo de Asipes y los políticos pauteados pasó casi a segundo plano. La semana donde el gran Federer, a los 35 años, nos regaló una final contra Nadal como si fuera 2006. Un fuera de serie.

Y  también la semana de otro desastre: el de la Sub 20. La de Jeisson Vargas, que es chorizo, metedor y algún día debería reemplazar a Sánchez o “Edu”. La de Dávila, que cuando quiere jugar juega un montón. Pequeño de zurdita talentosa. La de Carreño, Suazo, Gutiérrez y Sierralta, que se juega la vida en cada pelota.

Todo pintaba bien, pero no sé qué pasó en la cancha. Contra Brasil empatamos casi siempre con diez y no los vi mal. El 1-1 con Ecuador no desagradó tanto porque los locales eran buenos. Póngale ojo a esa camada. ¿Y después de eso? Nada. Pero de verdad, nada, salvo que Sierralta se tiraba de cabeza para meterle un gol a Colombia aunque sea por el honor.

Y me pongo a hablar con gente del medio y nos damos cuenta que esta Sub 20 es el reflejo de cómo se maneja hoy nuestro fútbol. Porque si hay clubes que apenas pagan sus planillas y piden plata por aquí y por allá, menos les quedará para invertir en los jóvenes, que siempre quedan al final de la cola de prioridades.

Porque cuando estuvo Sulantay y las cosas se hacían mejor, en la nómina había jugadores incluso del Vial. El viejo José viajaba y viajaba, veía gente, no tenía favoritos por lindos, ni amigos. Ahora, son todos de Santiago, Huachipato o Wanderers porque los demás clubes no pueden competir ni trabajar a ese nivel en Fútbol Joven. Juega Ñublense contra Lota y la otra semana contra Naval.

En provincia, no tienen idea lo que es ir al Monumental. Pero los juveniles de la “U” y Colo Colo rara vez llegan al primer equipo porque hay que comprar figuras caladas y de dos millones para arriba… ¡Cómo no van a jugar! Hay que justificarlos.

Al técnico le va mal y se queda. Porque una cosa es irse en primera ronda -que perfectamente puede pasar- y otra es no ser capaz de plasmar una idea en la cancha y tener cero autocrítica. Y después de ganar la China Cup nos quedamos con la sensación de que sí hay recambio con Opazo, Pinares, Maripán y Sagal. Porque en el fútbol algunos se las arreglan por las suyas y no sé de dónde siempre aparece alguien para suplir a los que se van. Como por azar. Para qué perder el tiempo trabajando.

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