En su primera visita a Bío Bío como nuevo ministro del Deporte, Pablo Squella recibió a Diario Concepción para conversar sobre su visión de la actividad en la Región así como sus planes de desarrollo. Asimismo, dejó claro el sello que tendrá su administración, donde el trabajo en terreno y la búsqueda de consensos tendrán un lugar preponderante. 

 

Samuel Esparza Muñoz
samuel.esparza@diarioconcepcion.cl

Transmite esa seguridad carente de aspavientos, del que no siente la necesidad de convencer a nadie por la fuerza, sino simplemente por el conocimiento y la capacidad. 

Igual que en la pista, donde la serenidad era su sello y sus rivales no se daban cuenta de su velocidad hasta el sprint final, momento en que siempre sacaba la ventaja suficiente para ganar.

Y es que si hay algo que Pablo Squella generó tras su nombramiento como nuevo ministro del Deporte, fue un respeto casi transversal por sobre los intereses políticos.

El hecho de ser el primer deportista a la cabeza de la cartera, lo distinguió de inmediato de sus antecesores: Natalia Riffo, psicóloga y Gabriel Ruiz-Tagle, empresario. Además de su trabajo como presidente de la Comisión Nacional del Control del Dopaje en Chile (organismo dependiente del Ministerio) y como ex director del CAR.

Pero también trajo consigo un elevado nivel de expectativas de lo que pueda ser su gestión. Algo que reconoce con apenas un mes y medio en el cargo, pero de lo que no reniega. Se sabe conocedor de la tarea para la que fue llamado y pretende colocar toda su experiencia en ella. 

Buscando consensos

Algo de aquello dejó en evidencia la semana que recién pasó, cuando hizo su primera visita a la Región como secretario de Estado. Un periplo que partió en el Estadio Ester Roa de Concepción y luego extendió a otras comunas, donde demostró que será un ministro de contacto con las distintas asociaciones y clubes.

En medio de esa nutrida agenda, recibió a Diario Concepción, medio con el cual delineó lo que será un trabajo cercano a las regiones, incluyendo la de Bío Bío, con la cual reconoció tener un especial vínculo. Pablo Squella ya se puso el overol.

¿Cómo toma la esperanza que hay en su gestión ?

-Con mucho entusiasmo. Sé que están puestas muchas expectativas en mí y espero poder cumplirlas, siempre y cuando sean alcanzables. Deseo poder concretar algunas demandas que se tienen de años, pero entendiendo que la gente que tiene expectativas deberá participar necesariamente de ellas. No porque una persona del deporte acceda a este importante cargo, significará que cambien radicalmente las cosas como se han hecho hasta ahora.

¿Le preocupa no cumplirlas?

– Me gustaría dialogar con todos los actores sociales y deportivos de manera de ver cuál es la realidad y cómo podemos mejorarla. Obviamente, las demandas serán mucho más grandes que las soluciones, pero para eso hay voluntad. Somos personas del deporte y por tanto, tenemos un espíritu muy especial para afrontar las dificultades y sacarlas adelante con inteligencia y diálogo.

¿Qué lo diferenciará respecto de sus predecesores?

-Al porvenir del mundo deportivo, quizás podré tener una mirada más amplia al momento que se planteen las demandas. Creo que mi marca principal es que soy una persona que gusta de dialogar, de llegar a consensos. Además, me agrada visitar, soy de mucho terreno. 

¿Cómo recibió la casa?

– Esto es lo mismo que una casa normal. A veces las cosas están en orden y otras no. Somos seres humanos, tenemos diferencias de opinión, pero si somos capaces de poner la actividad física y el deporte como nuestro foco central, que así debería ser, las cosas se pueden arreglar. 

Una de las grandes críticas que recibió Natalia Riffo, fue la resta del erario deportivo 2017 debido a la casi nula ejecución del presupuesto de infraestructura en 2016 ¿Cómo abordará el tema?

– Yo también tenía críticas muy fuertes al respecto desde mi función anterior. Me doy cuenta que si bien hay responsabilidades de nuestra parte como institución, también hubo procesos que no se hicieron de manera óptima, se pusieron plazos quizás demasiado exigentes y no cumplibles. Por eso es que desde mi punto de vista, cada uno de los proyectos que nos propongamos van a tener un análisis muy profundo, de manera de evitar cualquier posibilidad de no poder ejecutar los presupuestos como sucedió anteriormente.

Panorama regional 

Un entendimiento bastante detallado de la actualidad regional reveló tener Pablo Squella. Como tal, no rehuyó ninguno de los temas que hoy interesan al ambiente deportivo y, lo que es mejor, comprometió su apoyo a varias de sus aspiraciones.

Una de las ideas que ha tomado fuerza es la necesidad de un CAR en Bío Bío ¿Qué apoyo habrá de su parte para este objetivo?

-Esta es una de las regiones que más deportistas de alto rendimiento provee a las selecciones nacionales. Muchos han debido emigrar a Santiago porque allá se concentran las mejores instalaciones. Por lo tanto, es un proyecto que me identifica como ministro y deportista. Si aspiramos al desarrollo que tiene el alto rendimiento en el mundo, necesitamos mejorar la infraestructura y tener espacios para que todos estos deportistas puedan desarrollarse. Por tanto, esta Región merece un Car de las mismas características o mejores que la Región Metropolitana, así que seguiremos evaluando la posibilidad de instalar uno acá. Esto, en el entendido que eso será parte de lo que surgirá de la política regional, donde se verán plasmadas las necesidades de cada zona.

¿Lo apoyará entonces?

-Desde lo particular, de mi parte de todas maneras tendrán un apoyo. Institucionalmente tenemos que analizarlo muy bien, pero creo que ya hay algunos avances respecto al tema. Me gustaría sí, observar otros posibles lugares para su instalación, con el propósito de no desconcentrar sino agrupar; propender a grandes centros deportivos en vez de disgregar. Veremos la disponibilidad de los terrenos y los emplazamientos que se requiere.

Un viejo anhelo del deporte regional es recuperar el Estadio Atlético Militar ¿Cuál es su posición al respecto?

– Mi posición es que un recinto de tal envergadura, debiese contar con una administración que permita abarcar la mayor cantidad de actividad física y deportiva. La cuestión es que hay un decreto del Gobierno Militar que indica que en su momento se traspasó al Ejército.

¿Entonces qué pasos concretos hay que dar?

-Tengo entendido que la asociación se entrevistó con el ministro de Defensa. Junto a ello, paralelamente me reuní con el comandante en jefe del Ejército y con el propio ministro, y pudimos conversar los tres sobre el asunto. Lo que tenemos que hacer ahora con la asociación, es consensuar una idea diferente de hacerse dueños del espacio. Mi postura es que, en una primera instancia, debiera compartirse, construir infraestructura adecuada para el atletismo y poder compartir, tanto con el Ejército como con la comunidad toda, porque ahí también participan universidades. Por tanto, abrir ese espacio para que pueda ser usado lo más masivamente dentro de sus especificaciones técnicas.

¿Y que pase a manos de la asociación atlética? 

– Si vamos a habilitarlo para la asociación, deben haber deportistas que estén en un club, que sean parte de una organización. No puede ser abierto para cualquier persona, aunque quizás también puede haber un espacio diferente para hacerlo. Por ahora hay que llamar al diálogo, poner paños fríos y ver qué es lo que quiero conseguir de ese espacio y cómo voy a explotarlo de la mejor manera posible.

¿Las comunicaciones están abiertas entonces?

-Totalmente abiertas, y hay mucha disposición de parte del Ejército y del Ministerio de Defensa. Aparte, tenemos acuerdos con las Fuerzas Armadas, los espacios abiertos a la comunidad ya están absolutamente zanjados, ellos abrirán sus regimientos y espacios deportivos para la comunidad haga actividad física. También hay otros proyectos que tenemos en mente, como por ejemplo que algunos deportistas de alto rendimiento puedan entrar a las filas de las FFAA y hacer su preparación como deportista de alto rendimiento contratados por alguna rama castrense. Con todo eso, creo que llegaremos a buen puerto.