Luis Monroy y Juan Pablo Vera recuerdan el campañón que dejó a la "Lamparita" en Primera, cómo armó ese equipo "Biogotón" Vinés, los sueldos al día con Temístocles Reyes, el estadio lleno... Una historia que hoy parece lejana e irreal.
Luis Monroy y Juan Pablo Vera recuerdan el campañón que dejó a la "Lamparita" en Primera, cómo armó ese equipo "Biogotón" Vinés, los sueldos al día con Temístocles Reyes, el estadio lleno… Una historia que hoy parece lejana e irreal.
Paulo Inostroza
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl
Luis Monroy está de vacaciones en Coronel, listo para jugar fútbol con el "Pato" Morales. Hoy se juntan a meter goles por el "21 de mayo", hace 10 años era vistiendo la camiseta de Lota Schwager. Un año que ningún hincha minero podría olvidar. "El año más lindo de nuestras vidas, así como 2016 ha sido el peor de todos y todavía no sabemos si saldremos con vida de esta", cuenta Juan Pablo Vera. Hace 10 años, justo en diciembre, las manos de Limenza y la garra minera subieron a Primera.
El "Negro" Monroy, que actualmente trabaja en montajes industriales, recuerda que "con poco, se armó un equipazo. Había hartos cabros, pero no de veinte. Éramos cabros, pero ya con alguna experiencia en Primera. De local, perdimos un solo partido, que fue con Calera. Asustábamos en el Federico Schwager y eso que la barra era brava y no les gustaba terminar 0-0 el primer tiempo. Igual lo ganábamos".
Era otra época. El "9" de esa escuadra repasa que "nos tocaban viajes largos, a Arica, Antofagasta y otras ciudades, pero siempre era en avión, nos quedábamos en hoteles decentes. Estaba Temístocles Reyes como presidente y jamás se atrasó en un sueldo. Y eso que en ese tiempo tampoco nos ayudaban las empresas de la zona. Creo que cuando se fue se produjo el gran quiebre que a la larga dejó a Lota como está hoy. Entraron los Valdés y Lota nunca más se afirmó".
Cuenta que mantiene contacto con gran parte de ese equipo. "Las redes sociales ayudan harto, pero pasa porque el grupo era muy bueno. Pasamos tantas cosas juntos que todo eso te une. Con Roberto Silva, por ejemplo, todavía hablamos del gol contra Rangers (2-1 en la vuelta de la liguilla de ascenso). La agarró de volea, bien arriba después de un rebote y en ese momento dijimos que no podíamos perder. Me acuerdo que me acerqué a Limenza ese día y le dije: ya, weón… ahora te toca a vos. Tengo todo los recuerdos tan claros. También la celebración del título. Hicimos feliz a dos comunas y fue lindo ver saltando a la gente de Lota y Coronel. Me da lástima ver al club ahora. Casi muerto".
Monroy ya no va al estadio. Dice que está sentido, cree que lo olvidaron, pese a que tiene dos ascensos en el cuerpo (también subió el 2001, desde Tercera). Como sea, sigue escuchando los partidos por radio y sufriendo por Lotita. "Soy de la zona y acá no se habla de otra cosa. Todos dicen que la culpa es de los dirigentes y que con esta gente es imposible que llegue alguien y nos salvemos. Ojalá esto se arregle. Hay mucha gente y familias detrás de Lota", sentenció.
El sobreviviente
Juan Pablo Vera llegó a Lota el 2005, con su hermano Cristián, zurdo que la dejaba chiquitita en el medio. Era cabrito, pero no se le ha olvidado un detalle de esa época dorada. "Había una base que nos habíamos salvado por poco del descenso. También llegaron piezas claves como Limenza, que era extraordinario, y ‘Pato’ Morales que te podía ganar partidos con sus goles. Más allá de eso, era un plantel parejo y de mucha garra", analizó.
Recuerda detalles como que "Leonardo Vinés tuvo mucho mérito armando ese equipo con poquita plata (subirían con Jaime Nova en el banco). Una de las grandes diferencias con el Lota de ahora, aparte de los sueldos al día, es que siempre nos prestaban el Federico Schwager para entrenar en la semana. Lo conocíamos de memoria, con su cancha que era súper mala, pero sacábamos ventaja. Esas cosas marcan la diferencia".
La pelea por el ascenso fue terrible. Vera narró que "la pelea era, entre otros, con Vial y Ñublense, así que jugamos clásicos lindos, a estadio lleno, porque los tres estábamos cerca uno de l otro y movíamos mucha gente. Todavía recuerdo la tribuna de Coronel llena, no solo el día del ascenso, fue casi todo el año. Creo que cuando los resultados se dan, todo anda mejor. En las platas, en todo sentido. Ese año, también había aporte de la Anfp y mejor gestión directiva. Si, al final, la clave aquí es la gestión."
También mantiene amistad con varios de ese plantel. Nombra a Sáez, Rivera, Castillo, Becerra y casi un equipo completo. "Cuesta creer que caímos donde estamos ahora. Fueron tiempos lindos, los penales, el viaje en bus con los hinchas en la calle… Y hoy no hay nadie. Nadie quiere apoyar económicamente al club… Ojalá volvamos en enero", clamó.