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La Araucanía: más que un simple juego

Está claro que Concepción tiene toda la infraestructura para albergar un evento de categoría sudamericana. Ni más ni menos. Gimnasios, lugares de entrenamiento, canchas sintéticas de fútbol, buen balneario y capacidad hotelera.

Por: Diario Concepción 21 de Noviembre 2016
Fotografía: imagenPrincipal-1122.jpg

Está claro que Concepción tiene toda la infraestructura para albergar un evento de categoría sudamericana. Ni más ni menos. Gimnasios, lugares de entrenamiento, canchas sintéticas de fútbol, buen balneario y capacidad hotelera.
 

Organización y resultados deportivos. Esas son las metas por las que se mide un evento de esta categoría cuando te toca ser organizador. Bío Bío recibió los Juegos de la Araucanía 2016 en un año donde la ciudad demostró ser capaz de recibir una Copa América de lujo, nacional de remo bajo la lluvia y la última fecha del RallyMobil, con nota superlativa.

Está claro que Concepción tiene toda la infraestructura para albergar un evento de categoría sudamericana. Ni más ni menos. Gimnasios, lugares de entrenamiento, canchas sintéticas de fútbol, buen balneario y capacidad hotelera. Una fortaleza comprobada. Solo faltan piscinas y, evidentemente, la natación es por lejos el deporte donde somos más débiles. Argentinos nos apabullan en medallas e instalaciones. 

Pero sabiendo que Concepción lo tiene todo, incluyendo un estadio que vio caminar a Messi en sus pastos, se llevó el atletismo a Chillán. De manera acertada, para no concentrar todo en un solo lugar y ser realmente descentralizadores, cosa que tanto criticamos a Santiago. Por lo demás, esta vez hubo gran cantidad de chillanejos en la delegación de atletismo y bien merecían esta localía. También disfrutaron de la competencia Talcahuano, San Pedro de la Paz, Los Ángeles y un Arauco que vio a los nuestros ponerse oro en sus cuellos.

Fueron los juegos donde el fútbol comenzó arrasando, pero no alcanzó para oro, por esas cosas que tiene la pelotita. De todas formas, se vio que material hay de sobra. Ciclismo y atletismo –especialmente, damas- fueron las disciplinas más exitosas, algo ya habitual. Se nota que hay trabajo para seguir sacando rostros nuevos y consagrar a niñas que vienen destacando desde que eran pequeñitas. Es emotivo verlas pasar de proyectos, de un "esta chica puede dar harto" a lo que son hoy: atletas de nivel. Los profesores no se marearon con Isidora y otros próceres de las generaciones anteriores.

No pasa lo mismo con el vóleibol, donde hace poco disfrutamos de generaciones brillantes, en hombres y damas, y ahora se ve difícil repetir dobletes en el oro. Son generaciones especiales que se dan cada tanto en tanto. El básquetbol, por su parte, mejoró un pasito, aunque es sabido que los argentinos están a nivel mundial bajo los cestos. Ellos quieren ser como Ginóbilli. Están en otra.

Y el judo sigue creciendo, sumando puntitos que, en mejores años, podrían haber marcado la diferencia en el podio. Cumplieron todas sus metas para los juegos. Como sea, cuando se trabaja con jóvenes no todo es ponerse mil oros en el cuello. Lo importante es adonde lleguen en unos años más. A ver si los vemos en instancia mayores y podemos decir "pensar que una vez los vi acá, compitiendo por la Araucanía".

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