Francisco Bozán asumió hace cinco días como nuevo entrenador de la Universidad de Concepción. En su segunda oportunidad en Primera División, el técnico de 30 años quiere destacar más allá de su juventud.
Francisco Bozán asumió hace cinco días como nuevo entrenador de la Universidad de Concepción. En su segunda oportunidad en Primera División, el técnico de 30 años quiere destacar más allá de su juventud.
La semana más agitada del último año y medio vivió el plantel de fútbol profesional de la Universidad de Concepción.
Días complejos, pero que fueron sólo el punto cúlmine del bajón futbolístico que traía el cuadro del Campanil en el último semestre, y que terminó con la salida del ahora ex técnico estudiantil, Ronald Fuentes.
El pasado martes 1 de noviembre dejó de ser feriado para cualquiera que estuviese ligado a la tienda estudiantil, porque tras la confirmación durante la mañana de la salida de Fuentes, la decisión del nuevo entrenador circuló por varios nombres, hasta que a eso de las 21:30 horas se llegó a puerto con el joven Francisco Bozán.
El adiestrador de 30 años se hizo conocido cuando valientemente tomó la dirección técnica de Barnechea en su breve paso por Primera División, esto cuando sólo tenía 27. En esa oportunidad reemplazó a Hugo Vilches, y ahora llegó al mediodía del miércoles hasta Concepción para iniciar su segunda experiencia como entrenador.
Calculador y metódico, demostró inmediatamente un conocimiento acabado de cada uno de los detalles de su nuevo equipo, desde las características de cada jugador hasta los errores que a su parecer se cometieron en cancha. Justamente, este fue uno de los factores que inclinaron la balanza a su favor en desmedro de Héctor Adomaitis en la entrevista final con la dirigencia.
"Es un desafío nuevo. No tiene nada comparable con lo que viví en Barnechea, un club del que tengo muy buenos recuerdos. Todos los proyectos son distintos, y este es un club diferente desde los jugadores hasta la institución", expresó Bozán a su arribo a la UdeC, evidenciando la forma correcta con la que se ha desenvuelto.
– ¿Cómo puede influir esto en tu carrera como DT tomando en cuenta que siempre se habla de lo joven que eres?
– Es un tema eso de la juventud. Yo creo que esta no tiene que estar relacionada a la experiencia. Por ejemplo, un futbolista recién retirado no tiene experiencia como entrenador y puede tener mucho más años que yo. Creo que la experiencia tiene que ver con vivir momentos de aprendizaje para poder desarrollarse, y en ese sentido esta es una segunda experiencia en el fútbol profesional con una autocrítica de lo que fue la primera en Barnechea.
– ¿Qué recuerdo tienes de ese tiempo dirigiendo en Primera División?
– Tengo la certeza de que pese a los resultados se realizaron cosas muy buenas, aunque finalmente no se logró el objetivo. De todas maneras, es un aprendizaje adquirido desde esos 27 años que tenía cuando tomé el club, a hoy que tengo 30, y en que la visión de juego y las ganas no están afectadas.
– ¿Y cómo visualizas el trabajo en la UdeC?
– Aquí hay un colectivo que tiene que sacar esto adelante. El objetivo individual de cada jugador debe ser el colectivo, más allá de que cada ser humano tiene alguna pretensión. La institución aquí tiene una fuerza mayor, porque hay que representar a una universidad, una casa docente.
– ¿El objetivo va más allá de lo deportivo?
– El fútbol es la gran oportunidad que tenemos para educar al mundo. A todos nos gusta jugar al fútbol, desde niños, y podemos ocupar la motivación que genera para construir un cambio social muy grande.
– ¿De ahí viene la motivación cuando te ofrecen la Universidad de Concepción?
– El nombre ya seduce por lo que hay detrás, una institución que es conocida por lo seria, como una que respeta procesos y permite el desarrollo de todos los integrantes que la conforman.
– ¿Tuviste oportunidad de hablar con Ronald Fuentes?
– Sí, aquí no hay que esconderle nada a nadie, es todo muy transparente. Sabemos que el fútbol es de resultados y Ronald me deseó que me fuera muy bien y que ojalá se obtengan todos los resultados.
– ¿Cómo tomas sus palabras?
– Las recibí de manera honesta, de corazón, porque viene de una persona muy correcta, educada, como es él.
– En el momento actual de la UdeC ¿es un pro o un contra venir desde fuera a dirigir el camarín?
– Son todas oportunidades para realizar cosas nuevas. Probablemente, el no conseguir los objetivos, los resultados, hace que se tome la decisión de optar por aires nuevos. Mi objetivo es ese, generarlos despreocupándome de lo que se hizo anteriormente, y poniendo el foco en lo que comenzamos, en lo que me gustaría que el equipo representase en cancha.
– ¿Cuál es la diferencia al plantarte ahora frente a futbolistas experimentados en relación a tres años atrás cuando lo hiciste en Barnechea?
– Claramente es distinto. Tuve un grupo espectacular en Barnechea y creo que el jugador valora mucho el respeto y la transparencia, la lealtad. Aquí no habrán dobles discursos y todas estas cosas el jugador las valora por sobre la edad. Cuando se trabaja no hay más cuestionamientos.
– Con este campeonato apretado ¿Cuál es el objetivo de la UdeC?
– El primer objetivo es que la UdeC juegue de acuerdo al modelo que quiero implementar. Nos vamos a parar frente a cualquier rival con la clara intención de salir a ganar el partido.
– ¿Cuánto ayuda el ser sicólogo a ello?
– Es una herramienta más, como lo es la estrategia, el curso que hice en España. Todas ellas van enriqueciendo, pero lo más importante es el grupo, que todos nos convenzamos en salir adelante.
– ¿Sentiste una buena recepción en el plantel?
– El primer día avanzamos mucho en identidad. Llegar y encontrarse con la entrega que tienen los jugadores es muy gratificante.