El español, quien lidera un aplaudido trabajo con la selección, habló con Diario Concepción sobre el papel de los remeros locales en su proceso, así como el futuro de la provincia como polo de desarrollo de la actividad. 
 

Samuel Esparza Muñoz
samuel.esparza@diarioconcepcion.cl

Fue el asistente de lujo al Campeonato Nacional en Llacolén y pese a ello, mantuvo el bajo perfil. Pocos supieron que, cronómetro en mano y atento a la competencia, estaba el hombre que desde hace cuatro años revoluciona el remo chileno.

Desde 2012 que Bienvenido Front está radicado en Chile. Oriundo de la localidad de Amposta (Tarragona), hizo una meteórica carrera que lo llevó al equipo técnico de la selección española, en su base de operaciones del lago de Bañolas.

Antes de asentarse, el español visitó nuestro país para ver cómo funcionaba el deporte, tras lo cual tomó el equipo chileno de remo. Reconocido por ser un entrenador con mano dura, que le gusta controlar todo sin dejar nada al azar (para muchos, un obsesivo), además de ser un defensor del trabajo duro como fórmula para el éxito, la Federación nacional no dudó en ofrecerle el cargo. Y los resultados no han podido ser mejores, posicionando a a la disciplina criolla como potencia sudamericana.

Una de las regiones que ha encabezado este proceso es Bío Bío, con deportistas que han brillado de la mano del hispano. Así, nombres como Josefa Vila, las hermanas Abraham, Felipe Cárdenas y otros, se han convertido en fijos del combinado chileno que ha bajado medallas sudamericanas y panamericanas, con un expectante debut en los JJ.OO.

Creyendo en un país

"Bienve" Front, como le gusta que lo llamen, pisó por primera vez suelo chileno hace cuatro años, para dirigir un concentrado de tres semanas, con vista al Sudamericano de Curauma, en 2012 2012. Y según dice, eso bastó para querer trabajar acá.

"Vi calidad, gente comprometida, ilusión, y una serie de valores que en mi país, ya no los tenía. Lo de venir no era una cuestión económica, sino un reto personal y así se lo dije a mi esposa, con quien regresamos en diciembre para tomar la decisión final".

¿Estaban las condiciones para trabajar bien? 

– Me reuní con el Ministerio del Deporte, el Coch, visité las instalaciones del CAR, y Chile lo tenía todo. Yo llegué sólo con un megáfono, todo lo demás estaba: técnicos, deportistas, clubes, médicos, lugares para entrenar y gente comprometida.

¿Entonces se sub utilizaban los recursos? 

-Peor, no se utilizaba nada y cada uno se preocupaba de su ‘cortijo’ como decimos en España, cada ciudad velaba por sí. Junto al gran equipo de profesionales que hallé, lo único que creé fue un sistema ecuánime y transparente, y todo remero sabe como entrar al equipo nacional. 

¿En qué consiste?

– En largas concentraciones y evaluaciones periódicas a las que están obligados los chicos que están en el equipo. Sobre todo, mucho trabajo en tres centros que me interesa funcionen: Valdivia, Concepción y Curauma. 

Significa un compromiso total del deportista

-Claro, pero acompañado de nuestra gestión para que tenga opciones de desarrollo. En Chile se dice que la universidad es el cementerio del alto rendimiento, pero estamos demostrando lo contrario. Tenemos siete chicos estudiando y entrenando en Valparaíso, gracias a la U. Santa María. Un ejemplo es Josefa Vila, que está aprobando todos sus ramos con nota sobre seis. Son remeros que estudian y no estudiantes que reman, y esa es una matización fundamental.

¿Se puede replicar?

-Por supuesto. Me gustaría que en Concepción, que ha perdido tantos deportistas por esa causa, se tomara conciencia que no es necesario irse. Para mí, Curauma debe ser el tope de la pirámide de la Federación; todo lo demás, se puede hacer aquí o en Valdivia, y es algo que quiero dejar funcionando.

Promesa de medallas

Para Front, fundamental para que Concepción se catapultara a la cima del remo chileno fue el cambio dirigencial. "Esta zona posee un biotipo ideal para un remero. Todavía recuerdo el Ocho que compitió en Los Ángeles 1984, tipos de un físico tremendo. Pero en su momento, las luchas dirigenciales hicieron que muchos se perdieran o fueran a otras ciudades. Ahí Valdivia sacó ventaja, pues tenía claro que su objetivo era aportar el máximo de remeros al equipo nacional. Creo que acá se entendió muy bien ese mensaje; se han puesto de acuerdo, están organizados y ven que cuando el crono manda, pueden sobresalir", sostiene. 

¿Podemos ilusionarnos?

-Sin duda, material sobra. No están sólo las hermanas Abraham, está Felipe Cárdenas, Josefa (Vila) que, ojo, fue clave para ir con el dobles a Río 2016. Y atrás vienen chicas de 13 y 14 años que ya están dando mejores valores que ellas a esa edad.

¿Cuánto les falta a los olímpicos? 

Están evolucionando. En el remo hay una regla: 10 mil horas de entrenamiento para llegar a la elite. Son 10 años, a mil horas por año, y estamos en el 40%; o sea, nos falta aún el 60%. Pero si siguen como van, viviremos cosas grandes.

¿Al punto de lograr una medalla olímpica?

-Le responderé igual que al presidente del Coch y a la Ministra del Deporte. Me preguntaron cuánto necesito para una medalla, y les dije nada, sólo tiempo y trabajo. Si me dan 3 millones de dólares no puedo garantizar una para 2017. Pero si se invierte sostenidamente por seis años más, en 2024 Chile tendrá una medalla olímpica en remo. Y las deportistas de Concepción serán protagonistas.