Iquique cortó una racha siderúrgica de 6 meses sin perder en Talcahuano. El cuadro de "Chueco" Ponce descontó cuando ya tenía un hombre menos, pero no le alcanzó.
Iquique cortó una racha siderúrgica de 6 meses sin perder en Talcahuano. El cuadro de "Chueco" Ponce descontó cuando ya tenía un hombre menos, pero no le alcanzó.
Paulo Inostroza
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl
Los últimos quince minutos fueron lo mejor de Huachipato. Con un hombre menos, descontaron en el marcador y se atrevieron a intentar una igualdad que parecía imposible. Fueron buenos quince minutos, pero solo eso. El resto del tiempo, Iquique fue mucho más sin que le sobre demasiado. Apenas un equipo ordenadito Con eso y una salida veloz cada vez que el local perdía la pelota, la visita ganó con total justicia y perdonó varias veces entrando en solitario frente a Lampe. Con un poquito más de fineza, los dragones lo ganaban con mayor comodidad.
Iquique abrió la cuenta tempranamente tomando un remate mordido de Riquero y reaccionado rápido: derechazo rasante de Cubillos, de mediavuelta, y el césped mojado acelerando un disparo que dio en el palo y entró pese a la estirada del meta boliviano. ¿La reacción siderúrgica? Nula. Fueron los momentos donde Lampe sacó un tirazo de Ramos y el árbitro no quiso cobrar un penal sobre el propio "Chanchito".
Huachipato hacía agua defensivamente y al medio le costaba un mundo ser protagonista, hasta que Claudio Sepúlveda tomó las banderas. Ángelo Sagal se cambiaba de sector, pero no podía encontrar los espacios y Carlos González tampoco entró muy conectado. Ofensivamente, el dueño de casa generó muy poco.
Roja y contragolpe
Jugando mal, el partido seguía abierto por la impericia del ataque celeste, pero Huachipato sufrió quince minutos de terror. Primero, debió soportar la expulsión de Sagal, quien entró amenazante, pero apenas tuvo contacto con la pierna de su rival. Tal vez, una tarjeta amarilla era un castigo más justo.
Recién se reponían de eso, cuando el joven Ramón Sáez entregó mal una pelota a la entrada del área rival y el cuadro del "Pillo" Vera mató con una contra de manual. Un par de segundos y ya tenían la pelota en la red contraria gracias a un zurdazo cruzado de Diego Torres, volante que entró de emergencia y terminó siendo una de sus principales figuras.
Huachipato se descontroló, pegó y recibió algunas tarjetas amarillas, pero se encontró con un gol prácticamente de la nada. Mauricio Zeneteno -ex del acero- no pudo despejar bien un balón y Leonardo Povea lo tomó de primera intención para encajar un zapatazo bajo imposible para Naranjo. Fue un espaldarazo a un equipo que perdía la fe.
Povea se animó y comenzó a pedir la pelota, Duma le dio movilidad al ataque con su ingreso y los centrales acereros se adelantaron para buscar el milagro. A matar o morir y la gente se entusiasmó. Era lo único que pedían, aunque ya se había perdido demasiado tiempo.
Ramos y Reynero pudieron cerrar el partido para la visita, pero siguieron erraron frente a Lampe y el pitazo final selló un triunfo que se fue a las manos que más lo merecían. Huachipato perdió un invicto de 6 meses en casa y ahora es uno de los colistas. Lo de ayer no fue para dormir tranquilos.