Se llamaba Copa Polla Lan y el equipo del "Pelao" Acosta hizo un campañón llegando a la final contra el Cobreloa de Merello, Puebla y Letelier. Algo raro pasó. La "Maquinita" mereció más y nunca volvió a estar tan cerca.
Se llamaba Copa Polla Lan y el equipo del "Pelao" Acosta hizo un campañón llegando a la final contra el Cobreloa de Merello, Puebla y Letelier. Algo raro pasó. La "Maquinita" mereció más y nunca volvió a estar tan cerca.
Eran los tiempos en que la Región del Bío Bío tenía cuatro equipos en Primera, Cobreloa figuraba como potencia sudamericana y la Copa Chile se llamaba "Polla Lan". Por entonces, Fernández Vial era presidido por Juan Ignacio Ugarte y el "Pelao" Acosta dirigía su segunda campaña tras retirarse del fútbol. Fue hace 30 años y la "Maquinita" jugaba una final tan inesperada como extraña.
El defensor Hardy Pérez recuerda que "el sistema de torneo nos dividía en dos grupos y para jugar la final solo servía ser campeón. En nuestro grupo estaban Colo Colo y Unión Española, pero fuimos agarrando confianza y costaba mucho marcarnos goles. Es que Acosta siempre armó los equipos de atrás para adelante y nos hacía meter pierna fuerte y no dar pelota por perdida".
Fueron el mejor de los 10, con 2 puntos sobre el Cacique, cuando ganar otorgaba 2 unidades. Les marcaron solo 9 tantos. Otro pilar de la zaga, Jorge Carrasco, repasa que "ese equipo no paraba de correr. En defensa, todos teníamos 24 o 25 años, no éramos cabros nuevos ni viejos. Arriba teníamos un tipo rapidísimo, como Rodrigo Santander, y un goleador como el "Pelao" Zambrano. Uno centraba y el otro estaba siempre ahí".
Contra el monstruo
El 8 de junio del ’86 llovía sobre Concepción y más de 15 mil personas llegaron a Collao. Pérez narra que "Cobreloa tenía a Merello, Puebla, Tabilo, Gómez, Letelier… Eran tipos de selección. Nosotros hicimos el partido que había que hacer, atacamos mucho y nos desgastamos. Ellos nos ganaron, porque tenían tipos que finiquitaban, tenían una y no fallaban. Esta final fue el empeño nuestro contra la calidad de ellos".
El "Negro" Arriaza marcó el único gol. "Piolín" Carrasco cuenta que "ellos llevaban años jugando juntos. Perdimos jugando bien y no nos echamos a morir. Pensamos que en la revancha en Calama los encontraríamos confiados y así fue. Ir a Calama en ese tiempo era comerse una goleada fija. Si perdías por uno o dos goles era bueno. Fuimos con esta mentalidad: si perdemos, nadie dirá nada, pero si ganamos, todos hablarán de nosotros".
Y fue 2-0 para el Vial. Impensado. Épico. "Fue un partidazo. Ellos tenían hasta la champaña lista en el camarín y los sorprendimos", rememora Hardy. Su compañero y amigo, Carrasco, apunta que "después hablé con Covarrubias y me dijo que tenían hasta los pasajes comprados porque allá era ganarnos caminando y salir de vacaciones. Los dejamos con las maletas en la mano".
Cancha "neutral"
No pasaron ni 48 horas para que se jugara el partido extra en cancha supuestamente neutral. Pérez advierte que "se jugó dos días después y en Antofagasta, que a ellos les quedaba al lado. Nada de neutral. Ellos tenían dirigentes de peso, como Sergio Stoppel, y se favoreció a Cobreloa".
Pasan los años y parece que la indignación no estuviera sanada. Carrasco agrega que "no sé por qué se jugó ahí, pero cuando supimos no nos cayó bien la noticia. Dijeron que era para que los clubes tuvieran menos gastos, pero eso no era lo más importante. Bueno, las reglas eran esas y, al menos, ya no jugaríamos en la altura. Había que jugar y punto".
Pasaron 90 minutos y seguía el cero en el norte. Santander pudo marcar en los últimos minutos y Vial casi fue campeón. En el alargue, Cobreloa marcó tres goles y se acabó el sueño.
"Piolín" explica que "el desgaste de los tres partidos nos pasó la cuenta. Nosotros teníamos un plantel cortito y Cobreloa una banca de puras figuras. Llegamos cansados". Pérez añade que "le peleamos a un grande y estuvimos tan cerca. Como sea, esa campaña nos marcó a todos. Ahí se hizo famoso Nelson Acosta, por ejemplo, y llegó muy arriba".
Ese 1986 se compraron los campos deportivos de Manquimávida, mientras que Pérez y Carrasco terminaron años más tarde siendo compañeros en el colegio Santa Sabina. "Piolín" acaba de ser operado. Le destaparon dos arterias y el corazón ya está mejor, pero esa espinita sigue ahí. Han pasado treinta años y siguen creyendo que Vial debió ser campeón.