2 segundos con respecto a su marca de clasificación a los Juegos bajó ayer la canoísta Katherinne Wollermann, en el kayak femenino.

 

Pocos saben que cada competencia es sinónimo de dolor para Katherinne Wollermann. La mielitis transversa -enfermedad degenerativa que la afecta- no sólo le impide caminar, además complica sus conexiones nerviosas, restando fuerza a sus brazos. Cada remada es un tremendo sacrificio.

En Brasil no fue la excepción, donde ayer disputó la final del KL1 de los Juegos Paralímpicos. Enfrentando a las mejores del mundo en su especialidad, pero también a fuertes espasmos, la chiguayantina rozó el bronce, con el cuarto lugar. 

Cruzó la meta de los 200 metros en 1:00.744, siendo apenas superada por la polaca Kamila Kubas (1:00.232), quien por centésimas se quedó con la presea de bronce. La británica Jeanette Chippington, fue oro con 58.760, mientras que la alemana Edina Muller fue plata con un crono de 58.874.

Tras la competencia, y todavía mareada por el esfuerzo, Wollermann habló para los medios apostados en Brasil, mostrándose satisfecha. "Estoy contenta y llena de orgullo de representar a mi país. La meta era estar entre las cinco mejores y finalicé cuarta en una final muy reñida, con espasmos incluidos. Quedé feliz porque entregué todo hasta el último, di lo mejor de mí y me voy tranquila", dijo.

A sus 24 años, Katy estima que lo mejor está por venir. "Llevo un año en el alto rendimiento y me proyecto mucho más. Son mis primeros juegos y me sirvieron mucho como experiencia, así que nos vemos en Tokio 2020".