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¿Por qué aparecen tantos cesantes en el fútbol chileno?

El campeonato de la B sin descenso y, en general, el cuestionable sistema de torneo aprobado por la Anfp es una de las grandes causas, pero no la única. En algún momento, el mercado disparó los precios y las cifras pagadas explotaron.

Por: Diario Concepción 01 de Agosto 2016
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El campeonato de la B sin descenso y, en general, el cuestionable sistema de torneo aprobado por la Anfp es una de las grandes causas, pero no la única. En algún momento, el mercado disparó los precios y las cifras pagadas explotaron.

 

Paulo Inostroza P.
paulo.inostroza@diarioconcepcion.cl

 

Se peleó mediáticamente, pero la pelea no tuvo tan buenos resultados. En algún momento, se habló de 452 futbolistas cesantes en Chile, lo que significa una cifra récord. La cifra siempre ha sido alta, sobre todo, antes de que cierren los libros de pases, pero esta era escandalosa. 

El polémico sistema de campeonato adoptado se mencionó como una de las grandes causas y no es para menos: un año y medio sin descenso en Primera B es cerrar muchas billeteras de golpe.

Las pocas variaciones entre Primera B y Primera División también afectan el presente lleno de cesantía. La "U", Colo Colo y la UC gastan cifras millonarias, al igual que los tres o cuatro clubes de la B que apuestan de frentón al ascenso. Los demás, con lo mínimo. Pero no es la única causa para explicar tanto futbolista sin equipo y tan poca demanda. O demanda de mala calidad. 

Los altos precios y sueldos que se pagaban a través de movidas truculentas, préstamos que nunca pudieron devolverse y otras prácticas ahora tendrán su punto final. Eso dicen. Los escándalos en la Anfp y el castigo a Deportes Concepción hicieron chapotear el vaso y lo quebraron. Ahora se pagará lo que se pueda pagar.

El defensor lotino, Juan Pablo Vera, comentó que "te ofrecen plata que no te alcanza para nada, pero los más jóvenes la aceptan igual. Los que están empezando y no tienen familia. Creen que les sirve para mostrarse y es su opción. A uno no le sirve con tan poco, pero hay gente que sí acepta esa cantidad y los equipos se arman con ellos y con juveniles".

Durante años, los jugadores de la zona se regodeaban por una oferta aquí mismo y quedarse en su ciudad, acompañados por sus familias y no sacar a los hijos del colegio. "Ahora no quedan ni clubes acá. Unos desaparecen, con otros no se sabe qué pasa. Está difícil", asegura Vera.

No gastemos, total ninguno baja 

"Hay hartos motivos para tanto jugador cesante, pero el principal es el malísimo sistema de torneo actual. Hay harto jugador que perfectamente podría tener equipo, pero ¿sabes cuánto te están ofreciendo? Te llaman para que juegues por 250 lucas. Esa es la realidad y con esa misma plata quieren que salgas de tu ciudad, pero no alcanza", comentó Jonatan Almendra.

El delantero que el semestre pasado brilló en Naval no tiene equipo, entrena en Nonguén y cuenta una durísima realidad. El "Jona" advierte que "un año y medio sin descenso en la B significa que nadie quiera invertir, ningún equipo lo hará. Nadie gasta, porque no hay nada que perder y los cupos para subir también son pocos. Todos apuestan a quedarse tranquilos en la mitad de tabla".

Además, la Anfp y el Sifup recién la semana pasada llegaron a un "acuerdo" –que no convenció a los jugadores- y muchos clubes han esperado hasta última hora para completar sus planteles. 

En ese panorama, Valdivia y Magallanes, por ejemplo, ya comentaron oficialmente que no gastarán, que apostarán por gente joven y que su objetivo es "una temporada tranquila".

Siguen existiendo cerca de 400 jugadores cesantes. "La liga chilena es una de las peores del continente. Nos engañamos con la selección, que es otra cosa, pero acá hay tres clubes que se llevan toda la plata del CDF y desde la Anfp, pagan 15 ó 20 millones a sus jugadores y después no pueden ni ganarle a Wanderers", afirmó Almendra.

No juego por menos de tantos palos

En algún momento, el mercado se disparó con sueldos ficticios. Deportes Concepción compraba jugadores por más de 3 millones de pesos mensuales y Naval renovaba a los que pelearon el ascenso por cifras millonarias, que al final terminaron endeudando al club. Jaime Valdés y "Chupete" Suazo, juntos, cobraban 76 millones de pesos por defender a Colo Colo y los 4 jugadores mejor pagados de la "U" sumaban 110 millones de pesos de gasto. Una locura.

Y pasó que algunos jugadores comenzaron a pedir cifras altísimas y, si los clubes no se endeudaban por ellos, tenían menos opciones de subir. Cobreloa, por ejemplo, el semestre pasado tenía 4 jugadores cobrando más de 6 millones de pesos mensuales y ni siquiera pelearon el ascenso. El mercado se disparó y los que no valían tanto también subieron sus tarifas. Todo se infló, pero los clubes no estaban generando tanto dinero.

El ex dirigente de Naval, Carlos Montes, explicó una vez al Diario que "en la B, todos deberíamos poder parar una planilla solo con la plata del CDF, pero hoy no puedes traer un goleador o un buen ‘10’ si no tiras cifras millonarias. Y la gran mayoría no vale esa plata".

Milovan Mirosevic, Juan Lorca, Marco Estrada y Hugo Droguett son jugadores que piden cifras altísimasas y por eso les ha costado encontrar equipo. El "Milo" volvió a la UC, pero bajando sus pretensiones. Droguett, en tanto, pide cerca de 12 millones de pesos y ofertas no le han faltado. Solo que nadie quiere pagar una suma tan elevada. Cuando se bajen, seguro encontrarán equipo.

Hora de dedicarme a otra actividad

El sistema de campeonato es el principal motivo de cesantía, pero antes de esta idea de una temporada sin descenso en Primera B y con un solo ascenso a la A, siempre hubo un número importante de futbolistas sin club. Un grupo que, año a año, busca espacio en Segunda, Tercera y, cuando se acaban las puertas, simplemente deja la actividad para dedicarse a otra cosa.

En algunos casos, es opción personal porque la carrera ya se terminó y el ciclo está cumplido. Esos son los menos. En muchas ocasiones, asumes que la suerte no estuvo de tu lado o quizás había otros mejores que tú. Es el momento que te sientas y dices: tal vez me iría mejor en otra cosa. Un momento doloroso y que a todos les cuesta asumir. Unos retoman los estudios, otros trabajan en algo que les de dinero inmediato. Hay que salvarse.

El ex defensor Jorge Torres entrena a los futbolistas cesantes en el Sifup, y declaró que "uno siempre les dice que luchen hasta el último por algo que es su sueño, que trabajen duro y que acá no siempre llegan arriba los mejores. Llegan los que se esforzaron más y trabajaron más duro para hacer su carrera. Ejemplos hay muchísimos".

Algunos no lo dieron todo y se la farrearon siendo talentosísimos. Otros no tenían talento y se quedaron en el camino siendo muy jóvenes. Es parte del ciclo natural. Torres agrega que "es difícil prepararlos sicológicamente en el tema. Muchos no saben qué hacer después. Un entrenador debe preparar al futbolista para la vida, porque uno no sabe cuánto durará su carrera".

Los resabios de la desafiliación lila

El caso lila tiene tres aristas de cesantía, que en la Anfp no contemplaron al desafiliarlo. Una tiene que ver con los jugadores que estuvieron peleando el ascenso y, curiosamente, hoy se encuentran sin pega. Casos como Camilo Gaínza, Felipe Elgueta, Luciano Gaete, Matías Muñoz, Ángelo Giolito o Gamadiel García, capitán y figura de ese "León".

El segundo punto involucra a trabajadores de la institución y profesores de cadetes, además de una gran cantidad de jóvenes y niños que soñaban con ser futbolistas y querían que fuera con la camiseta lila. Algunos, de 17 y 18 años, estaban cerca de subir al primer equipo y se quedaron sin nada. Algunos clubes de la zona fueron a buscarlos a Nonguén, pero muchos no quieren irse. Confían en que el club morado tiene que volver luego.

Pero existe un tercer punto, de carácter legal. El "caso lila" derivó en que, al menos en el papel, desde ahora se fiscalizará con lupa que los clubes respondan a su presupuesto y no se prometan cifras ficticias que después no se puedan pagar y signifiquen endeudamientos. Ese orden complica a varios, porque nunca se actuó en esa línea y muchas instituciones bajaron el presupuesto a lo real, a lo que siempre debió haber sido porque no tenían más.

Eso significa bajar las planillas a lo que de verdad genera un club y ofrecer sueldos más bajos. Eso, sumado al sistema sin descenso hacen que la plata a ofrecer sea cada vez más poca. En Primera B y en Segunda, los jugadores se escandalizan, pero hay clubes incapaces de pagar más de 250 lucas.

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