Campeón nacional Sub-23 de 2009 al 2011 y seleccionado chileno hasta 2014, Pedro Palma ha sabido sobreponerse a la falta de competencia nacional en ruta brillando en el mountainbike, donde aspira a clasificar al Mundial.
Campeón nacional Sub-23 de 2009 al 2011 y seleccionado chileno hasta 2014, Pedro Palma ha sabido sobreponerse a la falta de competencia nacional en ruta brillando en el mountainbike, donde aspira a clasificar al Mundial.
Samuel Esparza M.
samuel.esparza@diarioconcepcion.cl
Para los que conocen de ciclismo, Pedro Palma (27) es seguramente uno de los mayores talentos dados por la Región en el último tiempo.
Salido de la próspera cantera coronelina, donde se formó bajo viento y lluvia en la Ruta 160, el pedalero portó por varios años la pesada jineta del recambio chileno, en la senda de grandes como Marco Arriagada, Luis Sepúlveda y el penquista, Gonzalo Garrido.
Como monarca nacional Sub-23 entre 2009 y 2011, además de vicecampeón Elite en 2012, los ojos de los expertos apuntaban a él. Así lo entendió también la federación, que lo mantuvo como un fijo en la selección chilena desde el 2007 hasta 2014, cuando solo un problema físico pudo frenarlo.
En medio, una convocatoria del equipo PlaceMarkets en Nueva Zelanda; el tercer lugar de la categoría Sub-23 en la Vuelta Chile 2011, y un nuevo viaje al extranjero, esta vez a España, para integrar la escuadra Nova Caixa Galicia (2011), con la que disputaría una temporada competitiva.
Una senda plagada de alegrías para el esforzado deportista, que veía cumplirse cada objetivo planteado. Eso, hasta que una serie de situaciones inesperadas lo dejaron a la vera del camino y, extraviado el rumbo, estuvo a un suspiro de colgar la bicicleta para siempre.
Pasándolo mal
Todo comenzó en 2014, cuando las malas noticias se acumularon para Palma. Primero y quizás la más dolorosa, fue la confirmación de que la Vuelta a Chile, el evento más tradicional del ciclismo criollo, se terminaba.
A eso se sumó otro duro golpe, ahora en el ámbito particular, que fue la pérdida de la beca Proddar, destinada a los deportistas top del país. Para el ciclista, una medida del todo injusta.
"Fui a un Panamericano en México, un torneo importante y muy duro que se realizaba en altura. Pero ocurrió un accidente tremendo que involucró a 40 participantes, entre ellos yo y tuve que regresar a Chile sin podio y con todo mi material destruído. Al llegar me encontré con que perdía la beca, porque no había obtenido un buen lugar. Fue algo fuerte no contar más con un dinero que es fundamental para un deportista joven, además, que a mi juicio también significó una injusticia", recuerda.
La guinda de la torta fue una lesión provocada por una descompensación muscular, que lo alejó definitivamente de las pistas. Sin equipo, sin equipamiento y sin el Proddar, la opción más lógica era el retiro.
Ahí fue cuando sacó a relucir todo su espíritu de lucha para darle una vuelta de tuerca al destino y, aprovechando su profesión (titulado de Educación Física), comenzó un camino que lo pondría en otro nivel. "Pasó por mi mente retirarme, pero decidí mantenerme y aplicar lo aprendido en mis estudios. Siempre me gustó el tema de las formas de entrenamiento, sobre todo para evitar el doping en el alto rendimiento, y profundicé en eso", dice.
Obtuvo un diploma en Fisiología del Ejercicio en Deportes de Resistencia (Iewg) y entró en un terreno poco explorado en el deporte nacional. "Me di cuenta que, en general, en nuestro país se entrena muy mal, y en niveles donde no debiese ser así, como el CER y la selección. Es algo que extraña, habiendo tanto profesional en esos ámbitos", sostiene.
Fue así como comenzó a asesorar a otros deportistas en sus cargas de trabajo. Para ello se capacitó también en Electro Estimulación Global (EMS), siendo reclutado por un gimnasio penquista. "Estoy en FastFit, que trabaja la electro estimulación mejorando parámetros corporales, como la baja de grasa. Algo novedoso, ideal para gente que no hace deporte o está empezando a practicarlo de adulto", señala.
Paralelamente, formó el equipo Amulén, donde entrena a más de 10 deportistas en triatlón y running.
El regreso
Sin proponérselo, Pedro Palma abrió una puerta que lo devolvería al deporte competitivo. "Ayudar a otras personas a conseguir sus objetivos es muy gratificante. Pero quería ver qué ocurría si aplicaba eso en mí".
De esa manera y tras una intensa preparación, el año pasado se unió al equipo Avanti para correr el Nacional de Persecución Individual, en el que obtuvo un notable tercer puesto. "Eso me reavivó la chispa para volver a competir, ya que significaba que estaba haciendo las cosas bien", comenta.
También, fue protagonista de la Vuelta a Costa Rica, donde se ubicó segundo en metas volantes. "Es una de las pruebas más duras en que me tocó intervenir, con mucha subida. Había buenos ciclistas, porque entregaba puntos para el ránking internacional, por eso no pensé que me iría tan bien. Pero me había entrenado excelente, aplicando sistemas de competencia y software. Con eso conseguí bajar mis tiempos de entrenamiento de cuatro a dos horas y con mejores resultados incluso", asevera.
Proyectando triunfos
Con tal precedente, la temporada 2016 no podía partir mal para Pedro Palma. Y así lo demostró en el Campeonato Nacional de Pista realizado en Linares en marzo, donde se ubicó segundo.
Eso le dio la confianza para hacer otro gran quiebre en su carrera: su ingreso al mountainbike. "Quise hacer una transición en mi preparación y opté por esta modalidad, porque tiene un gran requerimiento físico. Me inscribí en un torneo, lo gané y no paré más; he corrido cinco carreras y gané cuatro", dice.
Tan bueno resultó su apronte en la especialidad, que no tardó en recibir la oferta para ser el embajador de la importante marca BMC. "El representante en Chile me vio competir y dijo que querían auspiciarme. Me dieron una bicicleta rutera y una de montaña gracias a la gestión de Sport Expert y ProBike, así es que me proyecto en la especialidad. Este año será el Mundial de Francia y si clasifico, confirmaré que esto es para mí".
Del futuro en Bío Bío y las metas para este 2016
Salido de la cantera coronelina, Pedro Palma tiene claro qué se necesita para volver a sacar talentos. "Coronel se ha quedado, porque el tema de la Ruta 160 limita mucho salir, a diferencia de antes. También, porque el CER no cambia sus políticas desde 2007, cuando yo era juvenil. El Centro de Entrenamiento Regional no puede ser sólo una oficina, falta concretar y dar el siguiente paso", opina.
Sobre las nuevas figuras en la Región, el coronelino destaca a tres ciclistas de Quillón. "Sebastián Rebolledo, Felipe Barriga y Héctor Quintana andan muy bien. Este último tiene 14 años y salió campeón nacional de la nada", asevera.
Sobre sus metas más próximas, Palma dice que complementará la pista y el mountainbike. "Ahora me dedicaré a las dos cosas, una combinación compatible. A nivel de ruta no hay nada por delante, ojalá se haga la Vuelta Internacional de Maule. En MTB hay tres pruebas que dan puntos UCI en el segundo semestre. Ahí veremos si clasificamos al Mundial de Francia".