
El célebre violinista se presentó en el Teatro UdeC, desplegando un repertorio cargado de grandes clásicos del rock progresivo.
Siendo un pionero en incorporar el violín al rock progresivo, David Cross es parte fundamental de este estilo y es, precisamente, su historia con King Crimson la que el músico desplegó la tarde noche del domingo con canciones de los los célebres discos “Lark”s Tongues in Aspic” (1974), “Starless and the Bible Black” (1974) y “Red” (1974).
A temas de su carrera solista como “Tonk”, “The Pool” y “Calamity”, el músico sumó clásicos de la banda británica como “Larks” Tongues in Aspic, Part I”, “Red”, “Book of Saturday”, “Easy Money”, “Starless” y “The Great Deceiver”.
Todo en casi una hora y media de concierto, junto a una banda que tenía a Jeremy Stacey, el actual baterista de King Crimson; y a John Mitchel, en la guitarra y voz; a Sheila Maloney, en los teclados; y a Mick Paul, en el bajo.
Según señaló Cross, “nunca he pensado en su importancia comparativa, pero King Crimson es parte de un tapiz de estilos e ideas en la música rock que sugieren innovación y múltiples influencias”.
Al finalizar el concierto, David Cross y su banda compartieron con las fanáticas y fanáticos que llegaron al teatro haciéndose fotos y firmando autógrafos.
El británico centró su show casi completamente en “Lark’s Tongue In Aspic”, quinto álbum en la historia de King Crimson que marcó un antes y un después dentro de la evolución del rock progresivo de los 70, y es -ciertamente- uno de los discos emblemáticos del estilo.
“Hubo una discusión breve pero significativa sobre si usar King Crimson como el nombre de la banda para el grupo Bruford/Cross/Fripp/Muir/Wetton. El material anterior de King Crimson no fue mencionado ni discutido en el proceso musical y solo se convirtió en un problema cuando pensamos en un bis para shows en vivo”, aseguró el violinista sobre el proceso del álbum.
El período de tres años que Cross permaneció en la banda es considerado uno de los más trascendentales dentro del rock progresivo por su incursión con el violín. El impacto de su uso fue tal que impulsó que otras bandas también lo incorporaran en sus shows.
Tras abandonar King Crimson en 1974, el músico se mantuvo siempre cercano a la música, convirtiéndose en profesor de la London Metropolitan University y siendo parte de diversos proyectos, incluyendo una travesía solista que mantuvo con vida hasta 1994 después de lanzar 10 discos de estudio.
Con el proyecto Stick Men, Cross llegó a Concepción en 2019 junto a los también ex King Crimson, Tony Levin y Pat Mastelotto.