Camila Rojas Arcos

A fines de octubre, la Orquesta Sinfónica de UdeC designó como su nuevo Director Titular al chileno Luis Toro Araya, quien finaliza su segundo año como Director Asistente de la Orquesta Nacional de España para asumir el nuevo cargo en la región.

Toro, inició sus primeros estudios musicales orientados al violín en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y en la Escuela Moderna de Música, bajo la tutela de Alberto Dourthé Castrillón, para luego formar parte de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile entre 2014 y 2017. En ese intertanto, en 2015, comenzó su formación en dirección orquestal con maestros de renombre como Jorge Rotter, Leonid Grin, Garrett Keast y Helmuth Reichel Silva.

Actualmente, el Director Orquestal, cuenta con una destacada carrera internacional, ha sido finalista del prestigioso Premio para Jóvenes Directores Herbert von Karajan 2021 y ha obtenido distinciones como el Opera Award y el Audience Award en el Concurso Internacional de Dirección de Róterdam (ICCR). En 2023, fue parte del Dudamel Fellowship de la Filarmónica de Los Ángeles, trabajando estrechamente con Gustavo Dudamel.

Durante su etapa como Director Asistente de la Orquesta Nacional de España entre 2022 y 2024, realizó importantes debuts con destacadas orquestas, entre ellas la Ópera Nacional de Chile, la Orquesta Sinfónica de la RTVE y la Dresdner Philharmonie. En su debut con la Orquesta Sinfónica de Concepción el pasado julio, interpretó el Concierto para Cello de Pedro Humberto Allende y la Sinfonía N°5 de Tchaikovsky.

Esta semana, volvió a Concepción para cerrar la temporada 2024 dirigiendo el Programa Sinfónico, en el marco de la conmemoración de los 60 años del mural Presencia de América Latina.

¿Cómo sentiste el ser considerado para este puesto y cómo recibes el haber sido escogido finalmente como el director titular?

Cuando me plantearon la invitación para la Orquesta, primero fue una alegría porque una Orquesta importantísima a nivel nacional y una vez que estaba todo planeado con temporada, me consultaron si me interesaría el puesto y dije claramente que sí, porque obviamente sería un honor.

Cuando hice mi debut acá en julio, fue una sensación muy linda, de verdad se sintió como estar en casa, muy agradable trabajar acá, con los músicos hay una conexión súper bonita y una vez que ellos tomaron su decisión y decidimos trabajar juntos, fue una alegría. Me pone contento, porque es una orquesta con una gran tradición y con mucho potencial aún para crecer en esta ciudad y a nivel nacional, así que creo que es un lindo desafío.

¿Cómo nació este gusto por la Dirección Orquestal? ¿Fue algo que siempre quiso o antes su carrera apuntaba hacia otra área?

Yo fui violinista antes, estudié violín mucho tiempo, toqué en la Orquesta Nacional en Santiago durante tres años, y la primera vez que se me pasó por la cabeza dirigir fue cuando tenía 15 años, que fue la primera vez que toqué en una orquesta sinfónica grande, donde tocamos la Quinta Sinfonía de Tchaikovsky, precisamente la obra que hice acá para mi debut. Recuerdo que fue una experiencia tan fantástica y emocional, que después del concierto quedé avasallado, con todas esas emociones juntas por estar en ese grupo humano tocando música, que fue la primera vez que pensé ‘quizás podría probar dirigir algún día, porque debe ser increíble estar al medio de todo eso que está pasando’.

Luego, cuando entré a la Orquesta Nacional a los 18 años, me di cuenta de que no era algo que quería hacer algún día, sino que era más urgente en el momento, porque obviamente, allí tenía la oportunidad de ver muchos directores distintos, de tocar muchos repertorios distintos y ahí surgió el interés y me fui dando cuenta que era algo que quería hacer.

¿Cuáles son sus expectativas con la orquesta? ¿Hay algo a lo que quiera dar un énfasis como director?

Creo que cuando trabajo mi prioridad es la calidad de sonido que puede lograr una orquesta, más allá de lo de los efectos, de las dinámicas, si suena muy fuerte, etcétera, creo que la calidad de sonido es lo que emociona, no solo a los músicos, sino que al público. Cuando vas a un concierto y escuchas un sonido especialmente bello, te genera esa sensación de que se te va el aire, creo que eso es lo más lindo.

Hay varias cosas importantes que vamos a realizar con la orquesta, primero mantener el apoyo a la música chilena, sobre todo a los compositores chilenos jóvenes, creo que es muy importante y además, posicionar a la Orquesta, esta es una ciudad muy cariñosa y orgullosa de su orquesta, vamos a seguir en esa dirección y también creo que tiene mucho que ofrecer a nivel nacional.

En su reciente concierto, ¿hubo alguna pieza en especial del repertorio que disfrutó dirigir en particular?

Yo creo que si hay una obra que a mí me emociona particularmente, son los Tres aires chilenos de Enrique Soro, que es uno de mis compositores favoritos y su música siempre me ha parecido que no tiene nada que envidiarle a los grandes compositores de la historia europea, porque es un compositor con una facilidad increíble para escribir melodías muy lindas y que emocionan mucho, con un lenguaje además muy cromático, armónicamente muy personal, así que yo creo que esa podríamos decir que fue mi obra favorita de repertorio.