Tras una semana de funciones y actividades en distintos espacios de la ciudad, la directora del certamen, Muriel Miranda, hizo un balance positivo del evento y anunció su continuidad para el 2025.
Nueve obras de teatro, actividades familiares al aire libre, el lanzamiento de un libro de dramaturgas, un concierto de música en vivo, exploración de nuevos medios, exposiciones y cuatro radioteatros en emisoras regionales fueron algunas de las actividades realizadas por el Festival Internacional de Teatro del Biobío desde el 5 al 12 de noviembre en distintos espacios de la ciudad.
Fue una semana intensa que comenzó en el histórico foro de la Universidad de Concepción con el debut de la recién creada Escuela de Teatro homenajeando al TUC, lo que fue seguido del concierto de la banda Friolento. En los días siguientes fue el turno de las obras argentinas “Una” y “Las medidas”, el espectáculo francés “Fatiga: la memoria de los objetos”, los montajes nacionales “Navegar por el Neva”, “Animales de trabajo” y la trilogía lambe lambe “Oani”; así como la obra regional “El mejor truco de magia jamás visto”; la instalación de vestuarios “Memorias de Taller” del grupo Nessagara, el lanzamiento del libro “Escribir desde el borde” y la alianza con el festival “Eureka!” de nuevos medios, el cual presentó los espectáculos “Awareness” de Chile y “Macroscopio” de Colombia.
Tras la realización del festival el balance fue positivo, en especial por el aporte innegable que el ciclo de actividades brindó tanto a la comunidad artística como al público que buscaba calidad internacional, lo cual derivó en una alta asistencia a las funciones. “Tengo una percepción y una impresión muy positiva de lo que fue el FTB este año. El público ya está cautivo y fue muy partícipe de las actividades diversas que tuvo el festival. En todas las funciones en la Sala de Cámara quedó gente afuera y en la sala principal hubo cifras contundentes, lo mismo sucedió en el Parque Pedro del Río, donde durante más de dos horas hubo filas para disfrutar del teatro lambe lambe”, contó la directora del evento escénico, Muriel Miranda.
Otro aspecto positivo se dio en el trabajo colaborativo con el equipo del Teatro Biobío. “Ellos tuvieron una participación activa y fueron claves en el éxito del festival, siempre con excelencia técnica y un apoyo de profesionales de primer nivel”, dijo Muriel, aunque destacando también el uso de otros espacios de la ciudad como el foro de la Udec y el Parque Pedro del Río Zañartu. “Fue un gusto y un honor, que en el marco de nuestros 15 años estuviéramos presentes en lugares tan relevantes en la historia de la Región y del país. Nos recibieron con los brazos abiertos y estamos muy agradecidos”, afirmó.
“La variedad de las obras nos permitió llegar a distintos públicos y explorar diferentes lenguajes. Algunas funciones fueron un verdadero regalo para la escena local, como Navegar por el Neva, otros permitieron conocer las posibilidades tecnológicas como la muestra de Eureka o poner en valor a las dramaturgas regionales como el caso de Leyla Selman”, agregó Miranda.
“La gente respondió, los medios de comunicación de la zona también nos apoyaron mucho y se podría decir que el único punto negativo fue cuando debimos trasladar la función de Fatiga desde el Parque Ecuador al Teatro Biobío por pronóstico de lluvia, aunque a pocas horas de anunciarse el cambio ya se habían agotados los cupos y esa función también estuvo llena”, dijo la actriz y directora de la compañía Maleza, quien agregó que el positivo balance la llena de energía a ella y a su equipo para seguir con otra versión y continuar potenciando las artes escénicas en nuestra zona.
Vale destacar que el XV Festival Internacional de Teatro del Biobío es posible gracias al Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras, PAOCC, del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.