A poco de realizarse el lanzamiento del cartel de artistas, expertos y voces ligadas al ámbito musical ya comienzan a especular sobre quiénes serán los protagonistas en esta icónica edición, que se llevará cabo en marzo próximo, y si los nombres elegidos estarán a la altura de la conmemoración de una década del evento gratuito más grande de nuestro país en su tipo.
Mauricio Maldonado y Camila Rojas
A través de los años, Rock en Conce (REC) se ha consolidado como uno de los eventos más esperados del país, además de convertirse en una de las principales vitrinas para diversos géneros musicales, pese al inicial enfoque rockero. Ahora establecido como un festival de público masivo, recibe a personas que viajan de diversas zonas del país exclusivamente para el evento. “Hay una cosa que es obvia, o más bien evidente, que es cómo ha ido subiendo cada vez más la cantidad de gente y toda la energía positiva que esto produce”, comenta el académico e investigador musical, Rodrigo Pincheira. A pesar de su masividad, el festival se ha mantenido fiel a su característica gratuita y abierto a toda la comunidad.
El académico, destaca además, la voluntad de la institucionalidad y de las autoridades por comprender y valorar el significado de la música popular en un festival. “La realización del REC es un logro mayor, me parece formidable que exista esta iniciativa en una ciudad como Concepción, creo que ha sido fundamental que las autoridades del gobierno y el municipio hayan entendido, comprendido y valorado el significado de la música popular en un festival”.
En la misma línea, Paulina Barrales, periodista de Concepción y editora Radio Sonar, indica que estos 10 años son motivo de una tremenda celebración. “El festival -sin duda- ha ido creciendo, convocando, y lo mejor de todo, descentralizando los grandes shows. Para todo penquista, o habitante de la Región del Biobío, es un tremendo orgullo que cada año puedan reunirse miles de personas en torno a la música”.
Tras la confirmación del evento para el 15 y 16 de marzo de 2025 en el Parque Bicentenario, se espera que esta edición sorprenda a su fiel audiencia con una propuesta diferente y novedosa respecto a los años anteriores. “Obviamente para una celebración de un número redondo -como son 10 años- uno esperaría un espectáculo que sobresaliera”, comenta el musicólogo, Nelson Rodríguez.
“Podría ser algo especial una jornada dedicada a la música penquista, porque aquí tenemos esta identidad rockera, musical. Han surgido bastantes bandas exitosas y quizás en un cierre del festival podrían compartir escenario bandas como Los Tres, Los Búnkers, Emociones Clandestinas, me parece que sería como un como la guinda de la torta y algo que tributa más a lo que ha sido el espíritu del festival, que obviamente es la música en Conce”, apuntó el experto.
En la misma línea, Marcelo Bustamante, escritor del libro recopilatorio de álbumes penquistas “Códigos que conocemos”, comenta que “me gustaría algo más representativo de todo Concepción en esta edición número 10, y ya yendo a un número que me gustaría, pero complicado que pueda suceder, sería bonita la idea de invitar a Jorge González -el cual estuvo considerado para la primera edición- por todo el enlace que tiene, por ejemplo, la icónica canción ‘Concepción’ de Los Prisioneros”.
Pincheira, por su parte, propone a la banda oriunda de Temuco, Asia Menor. “Este grupo lanzó su disco que se llama Enola Gay (2023) y digamos que fue unos discos más esperados del año. Aparecieron con ese disco el año pasado y ganaron el pulsar de inmediato”, refiriéndose al galardón a “Mejor Artista Nuevo” que obtuvo la banda post punk en los Premios Pulsar en junio de este año.
Cambiando de género, sugiere que “podría venir La Conmoción, no estoy tan seguro si ha venido alguna vez, Santa feria y La Brígida Orquesta, creo que serían como tres agrupaciones pensando en una estética parecida, pero no igual, a la de Chico Trujillo que tiene que ver con la cosa de la fiesta, la cumbia, la música andina, a excepción de la Brígida Orquesta, ya que ellos hacen una mezcla entre jazz y rap”.
“Pensaría también, en traer a Mon Laferte, creo que sería interesantísimo y nunca ha venido”, plantea el académico. Al respecto, Paulina Barrales considera que “Mon Laferte sería un éxito rotundo. Es transversal, mujer, chilena, con un éxito arrollador en toda Latinoamérica, y que este año se ha presentado en los mejores escenarios de Europa y EE.UU. con su disco ‘Autopoiética’ el cual fue nominado esta semana a los Premios Grammy 2025 en la categoría de ‘Mejor Disco Latino de Rock o Alternativo’”.
La periodista además indica que “en otros números nacionales y femeninos, considero que Cancamusa sería una gran apuesta. Fue la revelación de este año junto a Los Bunkers, pero ha demostrado que es mucho más que la baterista reemplazante de Mauro Basualto” y agrega que “a propósito de Los Bunkers, que el año pasado marcaron el peak en el REC, este año debería ser el turno para el regreso en gloria y majestad de Los Tres. ¿Qué más penquista?”.
En cuanto a bandas sudamericanas, Pincheira sugiere dos números. “Ojalá que ahora venga Divididos, que no podía venir no es cierto, creo que es un grupo de larga trayectoria en el rock argentino y también, el grupo argentino Catriel y Paco Amoroso, que digamos que una de las bandas más populares en Argentina en este momento y tienen una propuesta bastante interesante”.
Moviéndonos a otro continente, Barrales apunta a bandas como Blondie y/o Supregrass. “Serían clásicos valorados transversalmente por el público que llega a REC, entiendo que sonaron para algunas versiones anteriores, y es que ambas son bandas del ‘core’ penquista”.
Apuntando un poco más alto, agrega que, “como en pedir no hay engaño ¿qué tal sonaría The Offspring en el Parque Bicentenario?”, a lo que se suma Pincheira: “Soñar no cuesta nada, podría ser Blur u Oasis, dos grupos que han vuelto y que sería tremendo tenerlos acá, si se puede inventar una parrilla, pensando en los que vienen al Primavera Fauna, como Franz Ferdinand o Earth”.
Por su parte, Rodríguez alude a que “uno siempre sueña o tiene la expectativa de que venga un artista rimbombante ¿no?, un nombre como U2, que obviamente es probable que esté fuera del alcance tanto económico como logístico”.
Tras la designación como Ciudad Creativa de la Música por la Unesco, se espera que se generen instancias tanto para materializar las iniciativas y compromisos descritos en la postulación, como también nuevas instancias de colaboración que posibiliten optar a extender este reconocimiento por más años.
El festival REC, que ya cuenta con un sello inédito en el país, es visto por expertos del área musical como una oportunidad de extender hitos y actividades culturales en relación al festival tanto en esta conmemoración, como a lo largo del año. “Yo esperaría que surgiera algo conmemorativo a nivel audiovisual, algún tipo de documental o una película que pudiese recoger estos 10 años, algo que fuese recopilatorio de este evento, difundido por redes sociales o proyectado a través de un teatro”, sugiere Rodríguez. Esto último, coincide con la idea de Pincheira de hacer dialogar los espacios físicos en función del Festival. “El Teatro Biobío se sumó a esta instancia, entonces ya hay un territorio integrado entre el Parque Bicentenario, el TBB y la explanada, ojalá que continúe el desafío en cómo hacer dialogar esto con el Mall Costanera, que por ejemplo, tiene una sala de cine”.
“Woodstock en su tiempo, que emergiera un documental que recogió todas las presentaciones y que narró lo que aconteció aquel día, fue gatillante de que dicho festival se convirtiera en una leyenda en la historia de la música”, agrega Pincheira. “También hacer alguna exposición con fotografías o quizás hacer conversatorios en los diferentes teatros aquí en Concepción, donde podrían acudir algunas de las bandas y artistas para conversar con la comunidad penquista en instancias más íntimas”.
En el mismo sentido, Bustamante expone que “en general está ese problema de que el culmine y único hito sea el festival en sí, cuando es una marca súper potente que se podría potenciar por todo el año y podría conversar con cosas tan básicas como la locomoción colectiva”, señala. “El horario nocturno mata la vida nocturna, que es donde vive la música”, apuntando a que esto no solamente tendría un impacto positivo en la escena musical, sino que también en el buen vivir de la de la ciudad, haciendo la ciudad propia.