Fue el lunes cuando se dio a conocer el sensible y sorpresivo fallecimiento del tenor oriundo de la comuna puerto, lo cual provocó un gran impacto dentro de la comunidad artística. Gran parte de los espacios donde estuvo, colegas y amigos lo despidieron y destacaron su sencillez, humildad y talento que siempre estuvo dispuesto a compartir y entregar.
A principios de esta semana, se dio a conocer el fallecimiento del cantante lírico, oriundo de Talcahuano, Leonardo Navarro. Deceso a los 39 años de edad, producto de un cáncer gástrico, que sorprendió y caló hondo dentro del mundo de la ópera y de la comunidad lírica tanto regional como nacional.
Así lo manifestó su esposa y pianista, también de la Región del Biobío, Sabrina Pérez-Mayorga a través de sus redes sociales. “Hicimos tantos viajes juntos, muchos países, tantos más ensayos, conversaciones, fuimos papás. Solo me queda agradecerte por tu legado, por acercarme a Dios y por nuestra adorada hija”, expresó en su cuenta de Instagram.
A través de la misma plataforma, Claudia Sepúlveda, cantante, música penquista e integrante del Coro UdeC, cercana y amiga de Leonardo, se explayó sobre su partida. “Sólo quiero que el mundo sepa que tuve un hermano de la música que se llamó Leonardo Navarro, con un corazón gigante, intenso, determinado, cascarrabias, más porfiado que nadie y con un amor indescriptible por la música. Que tuve el privilegio de verle crecer, verle elegir su vida y crear el camino que lo llevó a cantar en los más diversos y hermosos escenarios y a materializar sus sueños”.
También fueron diversos los espacios que dejaron de manifiesto lo lamentable de esta noticia, entre ellos y donde tuvo la oportunidad de presentarse en diversas oportunidades, el Teatro UdeC, por medio de su corporación cultural (Corcudec) señaló que “fue parte de numerosas producciones nuestras como las óperas ‘Pagliacci’ y ‘Madama Butterfly’ e inició su camino musical en el Coro Sinfónico de la Universidad de Concepción. Como equipo valoramos y agradecemos su inmensa entrega artística y enviamos nuestras más sinceras condolencias a sus familiares y amigos”.
En la misma línea fue lo expresado por el Teatro Biobío, en donde el tenor también marcó presencia en diferentes espectáculos. “Como equipo, lo recordamos con cariño y siempre con una hermosa sonrisa. Te recordamos Leo, sobre todo haciendo lo que amabas:cantar”, acotaron.
Leonardo Navarro nació el 1 de julio de 1985 en Talcahuano, ciudad en que vivió hasta los 19 años junto a sus padres y dos hermanos. El primer acercamiento con el canto fue en el taller lírico del Liceo Enrique Molina y tras terminar su escolaridad, emigró a la capital para estudiar interpretación superior en canto lírico.
A los 25 años debutó en el Teatro Municipal de Santiago, donde cantó roles de solista por un período de 5 años, para luego en el año 2017 trasladarse a Austria, donde se convirtió en el primer chileno en ser parte del elenco de la prestigiosa Ópera Estatal de Viena.
Su regreso a nuestro país, y a su ciudad, se dio hace cerca de un año. Esto debido a la oportunidad de desempeñar su profesión de cantante lírico de manera freelance y así poder compartir su experiencia en cualquier parte del mundo, sin estar sujeto a algún contrato.
Esto último, lo corroboró Leandro Botto, músico argentino, director de la Orquesta Ciudadana de Cámara de Concepción y amigo de Navarro. “Por eso mismo estuvo este último tiempo acá, para entregarle a su ciudad todo lo que absorbió y aprendió en Europa. Él se dedicó a ser freelance desde hace varios años, no renovó su contrato porque, justamente, sentía que si bien fue un súper aprendizaje el haber estado en Viena, se perdía de muchas otras cosas por tener un horario fijo. Entonces estuvo este último período cantando en toda Europa antes de regresar a Chile”, dijo Botto.
En cuanto al legado que deja el cantante lírico de Talcahuano, el trasandino afirmó que “deja lo decía él mismo, que era de fuerza y de ánimo para las nuevas generaciones, de que si se quiere se puede. Él empezó desde abajo en el coro del Liceo Enrique Molina, en una familia que no está involucrada en el mundo de la música y de a poco, con mucho esfuerzo y mucho estudio, logró llegar a los mejores escenarios del mundo. Le habría gustado servir de ejemplo e inspiración para los jóvenes, para quienes que se lo propongan, puedan lograrlo”.
Simón Morgado, músico y pianista penquista, también amigo de Navarro, y en la línea de lo dicho por el argentino, confesó que “era muy humilde, teniendo en cuenta que había alcanzado uno de los escenarios más importantes de la lírica mundial, pero orgullo de ese logro. No se vanagloriaba, esa humildad se demostraba en compartir su experiencia y técnica con quien lo necesitara. Era capaz de encontrar ‘diamantes en bruto’ en personas que no parecían ser cantantes, por ejemplo, cuando llegaba gente que decía ‘no sé si mi voz da para cantar ópera’ y él decía si yo pude, cualquiera puede. El Leo demostró mucho esfuerzo en su camino como cantante”.
Palabras a las que completó que “y sobre su legado, y es algo que he conversado con distintas personas estos últimos días, y todos me han dicho lo mismo, era capaz de sacar adelante anímicamente a muchos cantantes de acá que estaban por ‘tirar la esponja’ o dedicarse al teatro en cosas pequeñas, como que les dio las energías o ese impulso del ‘si yo pude, tú también puedes’”.