Son 72 años de una de las orquestas clásicas más importantes del país, trayectoria en que ha forjado una sólida relación con la comunidad penquista ofreciendo programas de calidad en cada una de sus temporadas. Cristóbal Urrutia, director ejecutivo de Corcudec, en conversación con Diario Concepción, se refirió a esa conexión con el público, desafíos y proyecciones de esta agrupación clásica local. Un 3 de julio de 1952 realizó su primer concierto.
El pasado 3 de julio se cumplieron 72 años de una de las orquestas clásicas más importantes del país. Sin duda, la Sinfónica UdeC más que una agrupación musical clásica, es toda una institución dentro de la ciudad -con un gran sentido de pertenencia por parte de la comunidad penquista-como también a lo largo de todo Chile.
“Ese arraigo tiene que ver con esos 72 años, eso no se construye ni en una ni en dos décadas, se requier2e de mucho más tiempo. Y tampoco se destruye fácil, es difícil que esa relación, que se ha establecido entre la Orquesta y la comunidad se rompa. Claramente hay que cuidarla, siempre alimentándola y que nuestro público siga aumentando y diversificándose”, expresó Cristóbal Urrutia, director ejecutivo de Corcudec, institución cultural que tiene a su cargo la Sinfónica UdeC.
Precisamente, ese cuidado y fidelidad tiene que ver con la programación y repertorio que ofrece en cada temporada la agrupación clásica, la cual debe matizar ya sea entre obras clásicas y contemporáneas, al igual que con directores y directoras emergentes y consagradas. Una tarea que si bien es desafiante, sobre todo tras la pandemia que demoró en poder establecer temporadas más extensas y variadas en invitados, no es imposible de sacar adelante. Es más Corcudec en enero pasado, después de muchos años presentó toda la temporada 2024 de la Orquesta Sinfónica UdeC, la cual incluyó variadas figuras debutantes en nuestra ciudad y también en el país.
“Es un desafío importante, pero no sé si tan difícil en realidad, de hecho estamos pensando en el año 2025. Este año era la temporada de la restauración se podría decir, del retorno definitivo luego de la pandemia. Las temporadas después de la emergencia sanitaria fueron tímidas, el 2022 y 2023 se hicieron esfuerzos importantes, pero en general las instituciones culturales se demoraron en retornar a una normalidad absoluta”, señaló Urrutia.
Completando que “esa combinación ha sido buena, la Sinfónica necesita y agradece esa combinación, esa alternancia entre figuras jóvenes, que tienen una energía que les pide mucho a los músicos, en el buen sentido de la palabra;frente a la calma de otros maestros que llevan 30 o 40 años en este oficio, y que por supuesto, su enfoque es distinto. No significa que uno sea mejor que el otro, sino que son ritmos distintos. Se combinan muy bien y el plan nuestro es seguir en esa línea”.
Proyecciones a corto y largo plazo
En este sentido, por el lado de los invitados jóvenes, destaca la participación del colombiano Carlos Ágreda en abril pasado, y dentro de los próximos meses de Luis Toro Araya, Valentina Peleggi y Glass Marcano. “Quisiera al menos tener 2 debut anuales de directores y directoras jóvenes, y al menos tener a dos directoras mujeres participando de nuestras temporadas, lo que es una cruzada con la cual todas las instituciones debemos comprometernos. Me interesa mucho el tener figuras jóvenes, pero no sólo por el hecho de ser jóvenes, que sean buenos y con carreras ascendentes, que ya hayan demostrado que no son sólo una promesa. Que le aporten a la Sinfónica una visión nueva en su desarrollo”, dijo el director ejecutivo de Corcudec
A lo que recalcó que “también sin descartar las figuras históricas y que se han vinculado con los años con la Orquesta UdeC. Los grandes invitados que ha tenido la Sinfónica estos últimos 20 años, nos interesa el mantener esas relaciones. El cambio de administración no significa una transformación drástica, hay que respetar lo más posible los vínculos más afianzados que existen”.
En aniversarios pasados, una de las metas y proyecciones de la Orquesta UdeC era la internacionalización de su trayectoria, la cual se logró con visitas a Brasil, México. Austria e Italia. Una senda que para los próximos años no está descartada del todo, más bien se desarrollará de menos a más y mirando dentro de nuestro continente.
“En cuanto a la internacionalización, me interesa primero que ocupemos ciertos espacios dentro de Chile, es decir, poder tocar en el Teatro del Lago de Frutillar, esperamos también hacerlo en la nueva sala dela Orquesta Sinfónica de Chile que inaugura el próximo año, en la sala de CorpArtes, y también en los espacios hermanos del Teatro Municipal de Temuco y Teatro Regional del Maule. Espacios e instituciones hermanas que tenemos características geográficas similares y que también poseemos orquestas que recibimos aportes de la nación para mantener este camino profesional”, manifestó Urrutia.
Añadiendo que “me interesa partir por ahí, este año era el reforzar la temporada y también nuestra planta artística y profesional. Potenciarnos internamente como equipo y luego de a poco vamos construyendo la ruta hacia la internacionalización, que me parece más interesante la proyección mirando hacia la región, o sea, dentro de Sudamérica. Una planificación que llegaría a concretarse el 2026”.
Otro aspecto importante de señalar, dentro de este contexto de los 72 años y en relación a lo que vendría de aquí en adelante, está el hecho de contar con un director titular, en lo cual ya se está trabajando y que arrojaría resultados antes del anuncio de la temporada 2025 de la Sinfónica, fijada para noviembre próximo.
“Podría haber un anuncio este año, antes de noviembre, lo que no necesariamente se va a concretar en que esa titularidad comience el próximo año, podría empezar el 2026. Es un proceso que está en marcha y sería na persona que dirigiría un cierto porcentaje de la temporada sinfónica, más probablemente los programas especiales como el aniversario UdeC, conciertos de Navidad, conciertos de la Escuela de Verano, entre otros”, confesó el director ejecutivo de Corcudec
Palabras a las que complementó que “no significa que tomará la carga de la temporada completa, será un porcentaje de un 20% como máximo de toda la actividad del año, lo que es lo normal dentro de los directores en el mundo, ya que de lo contrario se genera un desgaste demasiado rápido, y las orquestas necesitan esa rotación de trabajar con figuras distintas, no con una única mano. Esto permite y fortalece el crecimiento artístico de una agrupación orquestal”.