Con funciones en la Plaza de Talcahuano, Balmaceda y Artistas del Acero, el proyecto "ESCUCHA", una pieza experimental que indaga los orígenes rítmicos de la batería el chinchín, será un de los principales espectáculos en las celebraciones patrimoniales del 2024 en nuestra Región.
En cada función, su creadora Daniela Pacheco, de formación artista visual con 20 años de trayectoria en las arte escénicas, se da el tiempo de conversar con la audiencia y explicar la historia del instrumento chinchinero o la batería chilena, pero sobre todo la evolución del oficio mismo “único en el mundo y no lo suficientemente valorada en nuestro país”, dice.
A su lado Felipe Mejía, destacado músico penquista de bandas como Asirnos y Musicaje, y ahora director musical de la propuesta, cuenta los inicios de la batería y las raíces de los ritmos que interpretan, que este año contempla influencias africanas o afrolatinas. “La raíz afro en nuestro país ha sido muy poco visibilizada y considerada como parte de nuestro patrimonio cultural, pero cuando investigamos sobre los ritmos tradicionales es inevitable llegar a ellos”, explica.
De la misma forma Pacheco cuenta que el oficio del chinchinero sólo es considerado patrimonial cuando va junto con el organillero, lo que deja fuera del reconocimiento institucional su aporte en el formato solista que pertenece a nuestra cultura urbana y por supuesto a la música. “Hay una deuda con el oficio del chinchinero en el reconocimiento patrimonial”, señala. A lo que agrega “el chinchinero debiese ser reconocido por sí solo patrimonio inmaterial como se nombran otros oficios o artesanos, cuyo trabajo es único en el mundo”.
Otras de las dificultades que viven los chinchineros es ser multados en las calles o recibir malos tratos cuando están actuando. Un reconocimiento institucional permitiría paliar este problema y el trabajo de Daniela y Felipe sin duda contribuye para cimentar ese camino.
Daniela representa a una nueva tradición, la de las mujeres chinchineras, que además no pertenecen a las históricas familias de chinchineros que solían traspasar la práctica de generación en generación. Tal vez, eso mismo le ha dado la libertad de experimentar, dice. Como en la puesta en escena del proyecto “ESCUCHA, Batería y Chinchín”, ensamble con el que se ha presentado en decenas de escuelas y centros culturales de la Región, gracias a financiamiento de los fondos de cultura.
Este año por primera vez tendrá una función abierta a todo público, el 6 de junio a las 19.00 horas en Artistas del Acero, donde además exhibirá el cortometraje “En la espalda un corazón” realizado durante la pandemia y en el que relata su historia de encuentro y aprendizaje de este instrumento que tanto ama. Las entradas están a la venta a través de ticket plus y tienen un valor general de 4 mil pesos.
Además, continuará con presentaciones en espacios públicos como la plaza de Talcahuano el 26 de mayo a las 14.00 horas y en Balmaceda Arte Joven el 27 de mayo, en una función cerrada para estudiantes, quienes hasta ahora han disfrutado con un entusiasmo exorbitante. “Además expresar interés en la presentación, siempre nos sorprenden con preguntas muy interesantes. Sobre la historia de la música o sobre nuestras carreras como artistas, las dificultades de crear o aprender un instrumento. Esto demuestra que el proyecto realmente impacta positivamente en el público y permite reflexionar sobre muchos temas, incluido por supuesto, nuestra identidad musical chilena”, concluye la artista.