Propuesta, desde el ámbito escénico, aborda una temática compleja y dolorosa, pero con la perspectiva de aportar al diálogo y la reflexión. Se estrena mañana en sala de cámara del Teatro Biobío.
¿Cómo se vive la maternidad después del femicidio de una hija? ¿Cómo se sostiene la maternidad después de que un hijo termina con la vida de una mujer? Desde la teatralidad y la performatividad, la obra “Ausencia” busca dar respuesta a esas y otras preguntas relacionadas con temas que pueden ser crudos, dolorosos, pero también importantes de ser visibilizados. Una propuesta que se estrenará mañana, a las 20 horas, en la sala de cámara del Teatro Biobío.
Escrita y dirigida por Ingrid Fierro, “Ausencia” aborda las consecuencias del femicidio desde la perspectiva de las madres, entrecruzando vida y biodrama. Una propuesta que cruza ficción y realidad y que cuenta la participación escénica de Karem Rojas Cabezas, madre de Isidora González Rojas, joven de 23 años asesinada en Melipilla en 2017, con quien la dramaturga ha cultivado una estrecha relación de amistad y complicidad.
En poco menos de una hora, la historia busca reflexionar y abrir diálogos en torno a otros subtemas como la injusticia, la impunidad y la inexistencia de reparación para quienes transitan esta forma específica de duelo. Sin embargo, se refiere igualmente a las otras madres, aquellas que cargan con la culpa de tener un hijo femicida, cuestionando de esta forma la violencia estructural contra las mujeres.
“Todo partió el 2017, cuando estaba estrenando una obra de mi autoría, ‘Hortensia’, que aborda la temática de violencia contra la mujer e intrafamiliar. Ahí vi por redes sociales la terrible noticia sobre la desaparición y descuartizamiento de una joven penquista en Melipilla”, señaló Fierro, directora del montaje. Además, agregó que “recuerdo que en ese momento experimenté algo similar a lo que me sucedió con ‘Hortensia’, sentí como si algo se anudara dentro de mí y luego me asfixiara. Me quedé en silencio, intentando comprender, pero era imposible procesar racionalmente y al mismo tiempo querer entender qué fue lo que pasó y por qué”.
Con el tiempo, y las contingencias del caso, esas sensaciones iniciales pasaron a tomar forma de montaje, hasta derivar en lo que estrenará mañana. “Salió algo muy distinto al borrador de 12 escenas, algo más acotado, con otro ritmo y cercano al thriller, a mi y a Karem nos gustó. Era un buen esqueleto para poner en pie el drama y dejar espacio a que posteriormente se siguiera trabajando desde la puesta en escena”, aseguró Fierro.