Dejando atrás el mito de “La cuna del rock”, según entendidos en la materia musical, nuestra ciudad goza en la actualidad de una prolífica y abundante escena musical que se caracteriza por su riqueza de estilos. Miscelánea sonoridad que hacen difícil encasillarla dentro en una sola dirección melódica.
El próximo 21 de junio se celebra a nivel mundial el Día de la Música. Una efeméride que cobra especial resonancia para nuestra ciudad: primero porque se le conoce -erróneamente para muchos como la “Cuna del Rock”; y segundo porque dentro de este mes se cierra la postulación ante Unesco como Ciudad Creativa de la Música, la cual está encabezando el municipio penquista.
Celebración que hace indiscutiblemente hace reflexionar sobre ¿cuál es nuestra identidad musical como ciudad? ¿El rock? ¿El jazz? ¿Lo clásico? ¿La electrónica? ¿El pop? ¿La música urbana? “No hay un sonido que defina a Concepción, es difícil decirlo. Pero ¿por qué no hay uno? Su sonido es plural, diverso, puede ser el rock, jazz, música popular, folclórica, académica o tal vez las músicas urbanas. Lo que sí ocurre es que uno de esos géneros musicales, se hace hegemónico, ya sea por cosas circunstanciales, como un festival, reunión o parrilla programática que a veces le da más importancia a un género en particular. Por ello, la gente cree que esta ciudad es sólo de rock, jazz o música urbana. Lo que es verdad, es que somos una ciudad muy musical”, señaló Rodrigo Pincheira, académico e investigador musical.
A lo que refuerza que “en esa identidad musical de la ciudad, por supuesto que las redes sociales son fundamentales, es decir, en los procesos de creación artística hay una trilogía que es indestructible: creación, producción y circulación -difusiónde estos bienes”.
Para el musicólogo y docente del Departamento de Música de la UdeC, Nicolás Masquiarán, coincidiendo con lo señalado por Pincheira, “no hay un sonido en particular que defina a la ciudad. Su encanto es justamente la diversidad de sus circuitos musicales. En Conce, además, acrisolan muchas culturas musicales, por razones sociohistóricas, geográficas e influencia de los medios. En todos los ámbitos es posible encontrar rasgos interesantes y trazos de innovación. Es una ciudad musicalmente rica, pero poco sinérgica en el sentido de conseguir una orgánica consistente y perdurable que vincule sus diferentes circuitos”.
Sin embargo, el musicólogo hace hincapié en que “las redes digitales no influyen ni más ni menos de lo que influyeron otras tecnologías en su tiempo. Inciden en los modos de escucha, el gusto musical y, desde el punto de vista de los músicos, aparecen como una oportunidad para abrirse hacia otros mundos musicales, crear redes más amplias y tener un contacto más directo con sus audiencias. En el siglo XXI, cuando la gente de a pie gestiona contenidos y las lógicas de la industria cambiaron irreversiblemente, los artistas han tenido que adaptar sus modos de producción, circulación, tendiendo hacia una relación más horizontal con sus seguidores”.
Si bien pareciera que la diversidad sonora primara en los tiempos actuales en Concepción, para el experimentado productor musical Mario Soto, el jazz pareciera ser lo que más define la identidad sonora penquista, “incluso más que en Santiago, hay por lo menos 10 locales dentro de la ciudad que semana a semana se dedican a darle espacio a exponentes locales del jazz. Para mí Concepción es una ciudad más jazzera que rockera, todos los días se escucha jazz , es decir, en la escena local se escucha mucho jazz”.
A lo que añadió que “sucede esto, de lo prolífico de la presencia del jazz en la ciudad, porque es fácil de montar. O sea, son sonidos más acústicos, por lo que no cuesta nada instalar a un baterista con un saxofonista, a diferencia de algo más complejo como la música clásica”.
Por su parte, para Álex Panes, guitarrista clásico y coordinador artístico del Conservatorio Laurencia Contreras de la UBB, desde su experiencia “el hecho de tener una orquesta sinfónica profesional, marca un hito importante dentro del sonido de Concepción, porque hay una cartelera de obras sinfónicas de manera períodica, también hay ópera, hay muchos cantantes líricos, lo cual se debe a que hay una fuerte actividad coral, tanto a nivel escolar como amateur o semi profesional, igual que formadores de canto lírico. Hay una actividad ligada a la música clásica muy pujante, lo mismo que el rock que surgió en los noventa, y que hasta hoy influye”.