
25 agrupaciones y cerca de 800 músicos, de tres provincias de Biobío, serán parte de la iniciativa, que recibirá más de $1.750 millones del gobierno regional y será ejecutada por Artistas del Acero. Propuesta durará tres años, y tendrá como ejes la formación artística, el intercambio de experiencia, la circulación y la difusión.
El trabajo formativo de orquestas en Biobío tiene varios hitos interesantes, entre ellos las Jornadas Musicales de Invierno que se hacían antaño, o la labor de la Orquesta Bicentenario de Curanilahue, que traspasó las fronteras regionales como un ejemplo de superación y sacrificio. Y hace poco, se aprobó un proyecto que sin dudas generará un tremendo impacto en este ámbito, potenciando a agrupaciones de diferentes localidades.
El gobierno regional aprobó $1.750.348.793 para el proyecto “Jornadas Musicales: Formación Artística, Intercambio y Circulación de las Orquestas Juveniles e Infantiles de la Región del Biobío”, que fue presentado y será ejecutado por Artistas del Acero. El plan es a tres años, de 2023 a 2025, y contempla trabajar con 25 agrupaciones de tres provincias, beneficiando a cerca de 800 músicos.
Simón Acuña, jefe de la División de Desarrollo Social y Humano del Gore, comentó que “el programa permitirá fortalecer la identidad artística regional, así como también abordar la inequidad en relación a la formación integral y artística de los niños, niñas y jóvenes integrantes de las Orquestas de la Región. Además, busca disminuir la inequidad en el acceso a la educación artística de niñas, niños y jóvenes de la Región, que permita un desarrollo integral a partir de la formación musical especializada, la participación en intercambio de experiencias artísticas y la circulación del trabajo musical de las orquestas juveniles e infantiles”.
Arnoldo Weber, gerente de Artistas del Acero, señaló que “se trabajará con los directores, con sus integrantes y además tiene que ver con las Jornadas Musicales de Invierno. Ahí, estarán una semana reunidos, las chicas y chicos, en Concepción para el mejoramiento y aplicación de los conocimientos. Se tendrá un concierto igual en el Teatro Biobío la primera semana de julio, y luego se hará uno de Navidad, en un escenario al aire libre. Además, estamos pensando en invitar a emblemáticos directores de orquesta a nivel mundial que vengan a esta presentación”.
Miguel Galdames es trompetista hace 25 años en la Orquesta Sinfónica UdeC y será el coordinador musical del proyecto. En primer término, afirmó que “lo que está haciendo el Gore es algo impensable. Generalmente las autoridades no hacen mucho por la actividad artística, y quienes están hoy se la han jugado por aprobar un proyecto que realmente va a tener un impacto muy grande en toda la Región. Al área artística por lo general no se le da mucha importancia, ni siquiera en los colegios, entonces esta iniciativa va a generar un impacto a nivel regional y nacional”.
Del proyecto, enfatizó en que “tenemos muchos chicos que les gusta la música, que están en orquestas, y ahora contarán con una oportunidad de fortalecer la labor que desarrollan en este minuto. Además, hay muchos proyectos que solamente lo trabajan el director o uno o dos profesores, y la idea es ayudar a todas esas orquestas que no tienen quizás la especialización adecuada para cada instrumento”.
En ese sentido, Galdames agregó que “lo primero que se va a hacer será llevar especialistas a las diferentes orquestas para que trabajen con los alumnos. Por ejemplo, una orquesta tiene cuerdas y cuenta con un solo profesor que hace violín y enseña eso, viola, violonchelo, contrabajo. Lo que se va a hacer es que le van a ‘inyectar’ otros profesores para que los chicos tengan clases con especialistas. Así, inmediatamente logras que su nivel artístico vaya mejorando. Ahora, creo que la Región es una de las que saca más chicos que terminan dedicándose a la música. Hoy hay mucha gente que está estudiando en Santiago, Talca, incluso en Argentina, y la idea es crear un movimiento donde los chicos de los colegios se interesen en la música y, más allá que se dediquen a eso, claramente cuando alguien estudia algún instrumento pasa algo mentalmente, tiene otra visión de las cosas”.
Además, señaló que “funcionará con master class los primeros tres meses en el año, será de abril a junio. Igual habrá clínicas, irán profesores a las diferentes provincias a hacerle clases a las orquestas. Luego, habrá una jornada musical de invierno, principalmente focalizada en las orquestas juveniles que durará una semana completa. Ahí, las agrupaciones de las diferentes provincias van a venir a Concepción a trabajar con maestros chilenos e internacionales que vamos a traer. Se harán ensayos y terminará con un concierto. Luego, se hará una labor de difusión: por ejemplo, una orquesta de la provincia de Concepción irá a tocar a la provincia de Biobío, se harán intercambios. Y finalmente se terminará con conciertos de Navidad”.
Sobre la elección de las orquestas (ver recuadro), contó que “el año pasado se hizo un encuentro, en octubre, y trabajamos los meses previos en ver qué orquestas existían en la Región y cuáles eran sus características. Ahí se hizo un levantamiento en Arauco, Concepción y Biobío, y hoy tenemos 25 orquestas catastradas que están funcionando, en diferentes ámbitos y niveles. Algunas lo hacen a medias, otras como Curanilahue o Lebu cuentan con más recursos y pueden tener especialistas en todos los instrumentos, y varias funcionan con el director y un profesor de violín que enseña todo”.
Otro punto que destacó es que “se va a generar algo que es súper importante para las orquestas juveniles, que es un archivo musical. Generalmente no tienen los materiales ni recursos para poder comprar música de todos los niveles: iniciación, medio y avanzado. Ya se está haciendo un archivo digital para que todos los directores de las orquestas tengan acceso y puedan sacar el material que necesiten de acuerdo al nivel de la agrupación. Eso es muy importante, que cuenten con eso. Igual se traerán luthiers en madera, cuerdas, que irán a terreno a hacer mantención a los instrumentos. En cada encuentro nos damos cuenta que la mayoría no lo tiene, lo que limita el estudio”.
Alejandra Rivas, quien será la coordinadora pedagógica, comentó sobre su impacto que “los niños, niñas y adolescentes que participan en orquestas juveniles necesariamente tienen una visión distinta de la vida, más allá de lo habitual. Forman parte de elencos y aprenden cosas donde aprenden, por ejemplo, el respeto de los tiempos de los demás, el trabajo en equipo, la tolerancia a la frustración. Esos valores los cultivas en la formación de una orquesta clásica, más allá que se interprete todo tipo de repertorio. Ese trabajo implica disciplina, colaboración, que la labor de todos y todas es importante. Eso queremos profundizar. Si a eso le agregamos el impacto que tiene en las familias, es gigante. Para una familia, que un niño, niña o adolescente participe de estas agrupaciones es muy bueno, se hacen parte de este movimiento de transformación social”.
Además, afirmó que “Llevo cerca de 25 años trabajando en orquestas juveniles. Siempre he estado convencida que la música es un arma de revolución social, porque detrás de una partitura no hay diferencias sociales, raciales, de género o de otro tipo. Todos estamos detrás de un mismo idioma, de una idea. La música es un lenguaje universal que produce una transformación social”.
En cuanto a los ejes de la propuesta, detalló que “uno se relaciona con la difusión del quehacer de las orquestas juveniles en la Región, pero también la profundización y nivelación de los conocimientos técnicos-musicales de las niñas y los niños que están a veces en lugares más alejados. Por distintas razones, las orquestas no tienen equipos de profesores y profesoras trabajando con ellas. Pasa mucho que la gente, en especial los sostenedores, que la orquesta puede ocuparse una sola persona, y eso es un error grave. Hay un nivel de especificidad técnica que debe ser abordado de esa manera. Un proceso de violín no puede enseñar trompeta, y uno de trompeta no puede enseñar cuerdas. No al nivel que se requiere, más allá que uno pueda tener conocimiento”.
En esa línea, agregó que “el aprendizaje de los instrumentos de orquesta es muy específico, y para eso se necesitan especialistas, lo que no ocurre en todos los lugares. Muchas veces hay un profesor de música o de instrumento que se encarga de todo, a veces por recursos y en otras por un tema que no se considera como algo necesario. Por eso, en el proyecto se apunta a llegar a lugares que tiene algún déficit técnico y colaborar con ellos, para que cuando lleguen a los grandes encuentros de orquestas vengan lo mejor preparado y disfruten de estar con otros compañeros de otras agrupaciones. Por otra parte, hay orquestas donde funcionan bandas de solo vientos o solo cuerdas, sin experiencia de tocar en una orquesta sinfónica, o no han sido dirigidos por gente de más experiencia. Todas esas oportunidades se tendrán como parte de la propuesta”.
Arthur Barbosa, director, violinista y compositor, será uno de los invitados internacionales. El proyecto marcará su regreso a la zona, pues ya estuvo en una actividad realizada el año pasado.
“Fui a Concepción por lo que ahora se va a llamar Jornadas Musicales de Invierno, que reúne a orquestas infantiles y juveniles de la Región. Fue una experiencia muy interesante para mí. Viví en Chile en los años noventa, cerca de un año y medio, pero en Santiago, no conocía Concepción, no sabía de su trabajo. He visto que existe una labor intensa de formación, y me encantó saberlo. Soy un director, violinista y compositor pero trabajo mucho con los jóvenes, tanto en Brasil como en Europa y Estados Unidos, voy a festivales. Conozco esa área, que es un trabajo distinto al que se hace con músicos profesionales. Me gustó mucho la experiencia en Concepción, me encantó la gente, los profesores, los directores que estuvieron, con un trabajo muy comprometido, lo que es muy importante para el futuro”, dijo.
Sobre estar en este proyecto, aseguró que “significa una consolidación, primero de intercambios culturales, que es muy importante para los jóvenes. Tener directores, gente con más experiencia. Estamos también tratando de llevar algún profesor de Brasil. Para nosotros es importante tener este contacto con Chile, que a veces no es tan usual para intercambiar experiencias, formas de trabajo, lo que es relevante para sobrevivencia de la educación musical”.
De la relevancia de la iniciativa, afirmó que “es muy grande. Acciones como esta hablan muy bien de la sociedad de Biobío, porque trabajar con los jóvenes es hacerlo con el futuro. Además, todos saben que la música es primordial para el desarrollo mental de los jóvenes, está científicamente comprobado que la educación musical agrega muchísimos valores a todo el tipo de educación. Un joven músico, que comienza temprano, se desarrolla muy bien en las ciencias exactas, tiene buenas notas en esas materias. Aporta a la formación global de un joven, pues ser parte de una orquesta también les enseña a convivir, a respetar al otro, a trabajar de forma conjunta por un objetivo común, intercambiar sentimientos, emociones. Soy un entusiasta de las orquestas juveniles, y me es grato saber lo que se hace en Concepción, y será muy bonito estar ahí de nuevo”.