Trabajo de Francisca García y Mario Navarro, que se inauguró ayer en sala Federico Ramírez, toma como punto de partida la película “Morir un poco” de Álvaro Covacevich. Además, antes de la apertura hubo una actividad de los artistas con estudiantes del Liceo Leopoldo Lucero.
Un trabajo que se define como una creación bipersonal de los artistas visuales Francisca García y Mario Navarro es “Morir un poco”, muestra que se inauguró ayer en la sala Federico Ramírez de Concepción.
En las últimas décadas, ambos artistas han desarrollado un profundo trabajo artístico enfocado en una reflexión sobre la historia, la política, la sociedad y el paisaje chileno. Para este proyecto de exhibición, unieron sus prácticas y pensamientos personales a través de una referencia a la historia social y política de Chile, tomando como punto de partida la película chilena “Morir un poco” (1966) de Álvaro Covacevich.
Este film ha sido abordado como un sujeto de análisis a propósito del lenguaje cinematográfico, poniendo a la imagen como centro de la obra. Asimismo, la película de Covacevich, y la obra de García junto a Navarro releva explícitamente la figura del personaje errante que vagabundea por la ciudad observando su devenir, el que se articula como una transición narrativa, tanto en el lenguaje de las visuales como en el cinematográfico.
Por lo mismo, el deambular también es parte de la video instalación, entregando parte de la responsabilidad narrativa al “montaje mental” que cada espectador pueda realizar al momento de presenciar la obra.
Desde la perspectiva visual, la muestra pretende articular esencialmente tres problemas: la simultaneidad como problemática contemporánea, la intervención del espacio (la obra como instalación) y, enlazado a estos elementos, el recorrido y la percepción del uso del espacio-tiempo por parte del público, es decir, el carácter experiencial de la obra. Asimismo, García y Navarro instalan con su obra una discusión en torno al relato original de Covacevich, superponiendo al carácter anodino del personaje de 1966 una posición crítica sobre la observación de la contemporaneidad que ocurre en Chile.
En el caso de la exposición, se apropia de aquella mirada distanciada y amoral del personaje de Covacevich, precisamente para insistir en el modo de percibir y protagonizar la realidad por parte de la sociedad chilena en general.
El proyecto, que permanecerá hasta el 26 de agosto en la sala, es financiado por la convocatoria 2019 del Fondart, ya se exhibió previamente en espacios de Chiloé, Castro y Santiago.