El disco, disponible en las principales plataformas de música y titulado “A pesar de todo”, incluye un total de 6 canciones grabadas en plena pandemia y a la distancia con los músicos Sebastián Rosales (Berlín, Alemania) y Agustín Waldheim (Córdoba, Argentina). Una producción que proyecta lanzar en vivo en el futuro próximo.
Impulsado por hacer algo dentro del periodo pandémico, Rodrigo Álvarez Vidal materializó su tercer álbum, al que le puso por nombre “A pesar de todo” y grabó con músicos foráneos de manera online.
“Lo grabé por pistas con el pianista Agustín Waldheim (Córdoba, Argentina) y el baterista Sebastián Rosales (Berlín, Alemania), contrario a lo que se hace generalmente con los discos de jazz, que se registran en vivo”, contó el bajista.
El trabajo, compuesto por seis temas, recopila canciones nuevas hechas en el confinamiento de las cuarentenas y que el músico penquista venía trabajando desde hace varios meses, configuradas alrededor de una alineación en formato trío. “Tiene la sonoridad del maisntream, o sea, como jazz tradicional estilo Bill Evans u Oscar Peterson. Como un jazz de bar, no es algo tan moderno, es más bien inspirado en los sonidos de los años cincuenta y sesenta, alejado de la incidentalidad de mis últimas composiciones”, detalló Álvarez.
Dentro de todo lo complejo que ha resultado este tiempo normado por el coronavirus y sus diferentes restricciones, el músico le buscó el lado de sacarle un cierto provecho a la distancia social y el acercamiento con el mundo digital, el cual como se recalca al principio, posibilitó la inclusión de músicos radicados en el extranjero, lo cual en tiempos normales habría sido difícil de poder concretar.
“Pese a todo lo difícil e incierto del confinamiento y todo lo que ha surgido con la pandemia, ha abierto posibilidades antes impensadas o más bien no eran viables de utilizar. A partir de ello, poder encontrar una fuerza donde se pudo dar eso, o sea, los otros músicos de cierta forma también necesitaban el contacto con gente, aunque fuera a través de una pantalla, no era solo yo el que encontraba novedoso y entretenido grabar un disco con gente en el extranjero, sino que ellos también lo vieron así”, contó el bajista.
A lo que completó que “quedaron muy satisfechos y felices con el resultado, pese a que no se siente esa sensación del en vivo, igual hay un diálogo y un relato entre nosotros distinto al registro en directo”.
Si bien el álbum ya está disponible vía streaming en plataformas como Spotify, Álvarez proyecta dentro del primer semestre el realizar el respectivo lanzamiento en vivo en algún escenario penquista.
“Pienso que es un buen disco, por lo mismo creo que es necesario el realizar una presentación oficial de ello. Sin duda me gustaría presentarlo en el futuro próximo en vivo, sería ideal con los mismo músicos con quienes grabé el álbum, pero eso igual se ve complejo con todo lo que aún atravesamos, por ende lo haría con músicos de acá. Waldheim y Rosales igual tienen la libertad de poder presentarlo en sus respectivas ciudades con músicos de allá también, no tengo problema en aquello”, expresó Álvarez.
A lo que añadió que “de eso también se trata el repertorio standard de jazz, tocar la música de otros y difundirla lo más posible, ideal que pase ello con este nuevo LP. Sería interesante el poder presentarlo en algún espacio grande en Concepción como en el Teatro Biobío o similar y que no sólo quede en los bares”.
Luego de la época estival, el músico volverá en marzo a su rol de docente en la UdeC y también proyecta el reconectar con la escena musical local, que se vuelve más activa dentro de aquel mes, además de pensar en sus próximos pasos compositivos. “Dentro de este tiempo me encuentro radicado en Coñaripe y también en Valdivia, al regreso a Concepción, cuando me instale a lo tradicional de la rutina volveré a tocar y todo lo que implica ello. Veremos qué sucede”, concluyó.