Pese a que tuvieron por más de año y medio cerradas sus puertas, los espacios poco a poco retoman un ritmo similar a épocas previas a la pandemia. En este proceso destaca la respuesta y comportamiento del público, que ha acatado las normas sanitarias establecidas con el aforo limitado.
Hace poco más de dos mes, de manera incipiente y con todos los resguardos sanitarios pertinentes, los espacios culturales y artísticos de la ciudad comenzaron a abrir sus puertas para recibir nuevamente al público. Un ansiado y anhelado retorno a los escenarios que se debió aplazar por más de un año y medio, debido al lento avance en las etapas del Plan Paso a Paso y los cuidados previos al proceso de vacunación.
Una vez superada esta crítica etapa, y sumando ahora una fase de apertura más avanzada, la actividad artística penquista poco a poco ha ido tomando ritmo, armando así nuevamente una variada cartelera fuera de la virtualidad de las pantallas, formato que ha predominado durante esta época pandémica. La Pinacoteca UdeC fue uno de los primeros espacios culturales en reiniciar sus actividades con visitas guiadas -con aforo acotado- por sus distintas salas.
“Cuando recién partimos con las visitas guiadas tuvimos una gran cantidad de personas interesadas, las cuales han ido disminuyendo con el tiempo. Pese a ello, he percibido que la gente está más ávida de la presencialidad, o sea, con ganas de actividades presenciales, en comparación con lo virtual, lo cual ha ido perdido audiencia. Fenómeno que compartimos entre las distintas organizaciones culturales locales”, dijo Rodrigo Piracés, director de Extensión y Pinacoteca UdeC.
Palabras a las que sumó que “la gente, claramente, está prefiriendo venir más, si bien, en nuestro caso, al principio hubo mucho interés, se ha normalizado y mantenido el flujo de personas, las que proyectamos aumente con los meses cuando vayamos programando inauguraciones y apertura de muestras nuevas”.
Reactivación que para Corcudec igualmente ha sido provechosa y de gran interés por parte de los y las seguidoras de la Sinfónica UdeC, la cual a fines de julio volvió a la presencialidad con un concierto de cámara cuyas entradas se agotaron en un par de horas.
“De a poco hemos ido ampliando nuestra capacidad de aforo en la medida en que se ha ido avanzando de fase, y en cada una de ellas el público ha respondido de gran manera, agotando en diferentes oportunidades las butacas disponibles. Era algo que el público esperaba y necesitaba con ansias, sobre todo quienes estaban acostumbrados antes de la pandemia a venir semanalmente o de forma regular al Teatro UdeC. Presencialidad que semana a semana ha ido en aumento y creemos será algo sostenido para el resto del año”, enfatizó Mario Cabrera, gerente de Corcudec.
Entidad que esta época pandémica ha desarrollado una sólida y constante programación online, la que nutre cada semana el catálogo musical de las redes sociales de Corcudec y que no dejarán de lado con la reapertura de la sala. “Estamos preparando la sala para las transmisiones vía streaming y es algo que se quedará en la difusión de nuestros espectáculos. Tanto como la gente que necesita de volver a los conciertos, es lo mismo para los músicos de la Sinfónica, que si bien no hemos alcanzado el aforo permitido para que todos juntos estén sobre el escenario. Ellos están felices con el retorno gradual y que los ha tenido rotando en cada uno de los conciertos de cámara que hemos ofrecido, muy entusiasmados de verse entre ellos y también de presentarse con público”, dijo.
Añadiendo que “volver abrir el Teatro UdeC con poca capacidad no es algo rentable, pero más allá de eso lo medimos por el campo simbólico en que se mueve las artes y la cultura, ya que finalmente entregarle nuestro arte a la gente es lo que importa ahora, el resto se irá viendo con el avance del tiempo”.
En esta misma senda de retorno, y con todas las medidas sanitarias en regla, el Teatro Biobío ha transitado de una variedad de espectáculos virtuales -que igual mantiene- a la anhela presencialidad en que destaca la concurrencia y comportamiento de la audiencia.
“Estamos muy contentos con el retorno de la actividad presencial. Creemos que si bien llegó tarde, fue en el momento en que se puede ir al teatro y a otros espacios culturales de la ciudad. Nuestras medidas sanitarias son estrictas y el público las ha acogido bien, las respetan y todos acceden con su pase de movilidad en el caso de actividades de mayor aforo, y en las que no se exige igual ha funcionado bien”, expresó Francisca Peró, directora ejecutiva del Teatro Biobío.
Además, hizo hincapié en que “en cuanto a la rentabilidad, creo que debemos poner mayor énfasis en la social del acceso a las artes y la cultura más que lo económico. Ahí hay una responsabilidad súper importante y que ojalá se traduzca en el presupuesto 2022 en que se amplíen los financiamientos a los espacios culturales, ya sea privadas como públicas. Los espacios culturales no se financian con la venta de tickets, cuando se depende de ello, las entradas se vuelven muy difíciles de pagar y el acceso no se torna democrático. Estamos en tiempos en que la cultura es más importante que nunca”.
Con un poco menos de tiempo de reinicio presencial, pero con el mismo entusiasmo y ganas ha sido la reapertura de Artistas del Acero ofreciendo espectáculos de aforo acotado y reconectándose con el quehacer de los cultores locales. “Estamos muy felices de haber retornado a nuestra sede junto a todo nuestro equipo y con ello logramos retomar el contacto con los artistas y creadores de nuestra Región, y es por ello que realizamos variadas funciones abiertas a la comunidad en estas semanas”, dijo Arnoldo Weber, gerente de Artistas del Acero.
Completando que “hoy nuestra sala de exposiciones tiene un aforo de 15 personas y la sala de espectáculos de 40 personas y estamos muy optimistas respecto de las proyecciones futuras y nos iremos acondicionando a las fases y etapas que decrete la autoridad sanitaria”.