El llamado estará abierto hasta el 15 de julio, y cuyas bases y postulación se encuentran disponibles en www.manufacturanacional.org.
Con la invitación a crear a los pies de la montaña, conocer productores y técnicas artesanales de Alto Biobío, Manufactura Nacional de Fundación Madrugada abre convocatoria para la Residencia In Situ Vivero de Transferencias para la artesanía contemporánea y el diseño, la cual busca generar un permanente diálogo por parte de los residentes. La convocatoria está abierta hasta el 15 de julio en www.manufacturanacional.org, y es financiada por el Programa de Apoyo a Organizaciones Culturales Colaboradoras del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, convocatoria 2020.
Residencia que está fijada desde el 2 al 8 de agosto en Alto Biobío, en la localidad de Ralco, y busca compartir esta experiencia con personas que trabajen en artesanía contemporánea y diseño, que tengan un trabajo en torno a las materias primas madera y lana, con foco en el patrimonio territorial.
La experiencia busca cuatro residentes con desarrollo de productos en curso, en el ámbito del diseño o manufactura con base artesanal, que cuenten con una trayectoria igual o mayor a dos años en el rubro. Además, dentro de los requerimientos sanitarios que se solicitará a cada residente es su pase de movilidad y PCR al día.
“Las residencias son nuestra principal actividad dedicada a la producción, y responde a una y para salir de la zona de confort en diversificar propuestas desde la creación de piezas. Es nuestro orgullo como organismo, debido a los premios e impacto logrado en la red de las dos áreas” destacó Alejandra Sepúlveda, directora de Fundación Madrugada.
Fundación Madrugada ha trabajado desde 2015 estableciéndose como un polo descentralizado de oferta especializada en el área del diseño al estar fuera de la región Metropolitana, diversificando el acceso e inclusión de públicos fomentando la participación distribuida, poniendo en el centro a las personas que tienen algo en común: cómo mejorar su calidad de vida, ya sea en la ciudad o en el pueblo. Sirviendo como un vivero de transferencias entre generaciones de saberes y prácticas, tomando al patrimonio como algo dinámico y al sujeto como partícipe de su desarrollo cultural.