Pese a toda la incertidumbre y restricciones desatadas por el coronavirus, para representantes de las letras ha sido el momento propicio y la pausa necesaria para crear nuevas historias y plasmarlas en libros. Textos en que se mezcla la realidad con el sentir propio de los autores.
Esta época pandémica ha dado los espacios, y ciertamente el tiempo, para retomar proyectos pendientes o dejados en el olvido, resultando muy provechoso y fructífero para algunos, siendo un momento de gran inspiración y prolífica producción, por ejemplo, como tópico o temática artística.
En el terreno literario -y en línea con la reciente celebración del Día Internacional del Libro – este tiempo de confinamiento obligatorio, si bien incierto en muchos aspectos, ha sido un período iluminado y de mucho trabajo. “Me ha servido mucho esta época de pandemia para escribir, permitiéndome estar más tiempo conmigo mismo. Los momentos de ocio son mayores y los ocupo escribiendo, o sea, con el encierro y las diferentes cuarentenas escribo en promedio ocho horas diarias, de hecho he producido más que nunca y a un ritmo galopante. En este periodo he escrito cinco novelas, las que están listas para publicarse, algunas de de ellas son historias que tienen como telón de fondo la pandemia y otras, derechamente, los personajes están sumergidos en ella”, comentó César Valdebenito, escritor penquista con un generosa bibliografía a su haber.
A lo que completó que “escribir en tiempos como en el que estamos viviendo, creo que en general ayuda y enriquece. Contar una historia que trate del tema de la pandemia implica la repetición de una serie de lugares comunes, y a la vez nos obliga a los escritores a introducir variantes y matices que otorgan al libro un tono propio, y por lo tanto, crear una historia singular que aporte a lo ya dicho”.
Palabras que van en la misma dirección de lo planteado por Ana María Durruty, periodista y también escritora, quien hizo hincapié en que “la actual pandemia, es un momento prolífico en el área de la creación literaria. Los escritores y escritoras necesitamos momentos de reflexión e introspección para nuestra labor creativa. De manera que el encierro obligatorio nos libera de muchas distracciones internas y, en mi caso al menos, ha sido motivo de una gran actividad creativa. La fuerza terrible de lo sucedido remece nuestra sensibilidad de artistas y provoca emociones profundas, que se suman a los hechos concretos ocurridos el último año. Todo ello es material literario de gran calibre”.
Momento pandémico de gran inspiración que ha dado como gran fruto su primer texto autobiográfico, “ se llama ‘LUX’ y está prácticamente concluido. Ahora estoy trabajando un cuento sobre migración y el Covid-19. También indirectamente ha servido, pues el encierro genera conciencia sobre otros elementos de la realidad y libera tiempo de funciones básicas-desplazamientos y reuniones-, con lo cual he aprovechado de escribir probablemente más que nunca antes en mi vida. A estas alturas estoy puliendo el quinto libro y empezando dos más”.
Para Darwin Rodríguez, escritor tomecino y cabeza de la editorial Al Aire Libros, reconoce el actual escenario como un instante fértil en materia literaria, aunque igual matiza que depende de cada persona, en este caso autor. “Hay una cierta ‘moda’ de publicar cosas relacionadas a la pandemia. Como que el momento te obliga a decir algo, hay literatura contingente súper importante, pero desde mi punto de vista personal, no tomo esa tarea. Puede que la haga, pero no como una obligación artística, como el deber ser del artista, eso no. Los artistas tienen que ser capaces de buscar en lo cotidiano, lo más profundo e importante de la humanidad. Impacta la épica, el hecho, la pandemia, el terremoto, el Golpe de Estado, pero es parte de un proceso general que impacta a la persona, más o menos, en sus historias personales y cotidianas, como un sujeto social, obviamente”.
A lo que añadió que “cualquier situación anormal produce un desasosiego en todas las personas, no solo en los que escribimos. Desasosiego se puede o no manifestar de manera inmediata. En algún momento lo hará y será parte de la escritura o de los intereses de lectura de las personas. Aunque igual depende de las motivaciones personales que cada uno tenga, que son trascendentes, y este tipo de excepciones -pandemia- puede impactarlo, pero no lo apartará de las preocupaciones fundamentales y que se encuentran en cada escritor”.
Motivación o inspiración, en el caso del escritor Oscar Sanzana, que no ha llegado ni tampoco se ha dado. En sus palabras “No ha sido para nada motivador ni tampoco prolífico para mi, aunque hago una distinción. Sin duda alguna, este período va ser prolífico en algún momento en general, porque será un período que después habrá que examinar con otra calma y tiempo. Obviamente, una situación de confinamiento tan extenso y además con un régimen como el que estamos viviendo, la verdad es que no es inspirador sino más bien bastante depresivo. Sobre todo cuando uno analiza esto más allá de lo personal sino que desde lo que vemos día a día. La cotidianidad ha resultado muy abrumadora”.
Haciendo hincapié en que “la pandemia y un confinamiento tan extenso no me ha resultado, en lo personal, muy inspirador. Pero, sostengo que una vez que esto pase, y tomando la distancia necesaria, será propicio para la creación literaria”.
Opinión similar a lo manifestado por el escritor Yerko Strika, quien acotó que “ha sido un período de sequía, la verdad de las cosas, estar vinculado al tema de las pantallas casi todo el día, ha sido algo desgastante. Desde el punto de vista de la pandemia con lo creativo, no me ha sido muy fructífero. Tengo una novela a medias, que partí el 2019, la retomé el año pasado, pero aún está ahí incompleta”.