"Atacamex: Explorando lo desconocido", hazaña realizada por un grupo de científicos del Instituto Milenio de Oceanografía UdeC a la Fosa de Atacama, fue retratada por el realizador Julián Rosenblatt. Recibió la distinción máxima a Mejor Documental en el prestigioso certamen Unofex.
“Que este trabajo artístico sea reconocido internacionalmente nos llena de orgullo. Es un material hermoso, una bitácora audiovisual que logra transmitir las emociones que se viven durante una expedición científica chilena que va a explorar un lugar desconocido”.
Son las palabras de Osvaldo Ulloa, doctor en Oceanografía y director del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO) de la UdeC, sobre el documental “Atacamex: Explorando lo desconocido”, que este lunes fue premiado como Mejor Documental en el Unofex International Film Fest, certamen que reconoce la excelencia del séptimo arte en todo el mundo.
Ulloa, junto a un grupo de científicos del IMO en una expedición que llevaba por nombre “Atacamex”, consiguieron descender y explorar el punto más profundo de la Fosa de Atacama -8.100 metros-, marcando con ello no sólo un hito en la historia de la oceanografía nacional, sino también continental. Expedición que fue retratada y capturada por el lente de Julián Rosenblatt, director del documental.
“El recibir este reconocimiento nos ayuda a consolidarnos como equipo y respalda las decisiones en cuanto al camino a seguir divulgando la ciencia. Nos demuestra que estos son temas que sí le interesan a la sociedad e incluso a otros países”, manifestó
En detalle, este trabajo audiovisual ofrece una crónica minuciosa de esa proeza realizada el año 2018 a bordo del barco científico AGS-61 “Cabo de Hornos”, cuya misión fue conseguir mediante un Lander (vehículo autónomo sumergible) imágenes, muestras de agua, organismos y mediciones de oxígeno y temperatura en profundidades inexploradas.
“Hubo varios momentos en que se estuvo a punto de fracasar; muchos problemas se tuvieron que solucionar sobre la marcha. El documental capta muy bien la emoción que se vivió tanto durante la preparación y desarrollo de la reunión– expedición”, confesó Ulloa, quien lideró la travesía.
Palabras a las que Rosenblatt añadió que “nos enfrentamos a diversas situaciones, desde mareos, estar confinados en un espacio en el medio del océano con un grupo diverso de personas, cambios de rutinas diarias, hasta adaptarnos a un trabajo audiovisual de dos personas. Fue una experiencia que nos llevó al límite de nuestras capacidades”.
Más allá de los diferentes obstáculos dentro de la investigación, también planteó diversos desafíos. En palabras del director del IMO: “Primero, autoconvencernos y ponernos de acuerdo entre el grupo de investigadores en que valía la pena embarcarse en esta aventura. Otro desafío fue conseguir la tecnología que nos permitiera con recursos modestos poder llegar al lugar más profundo de la Fosa de Atacama. También tuvimos que conseguir el apoyo de las agencias de financiamiento y de la Armada de Chile”.