
La bailarina y coreógrafa se refirió a cómo vive la cuarentena, proceso que en un inicio la angustiaba por el encierro, y de lo difícil que es proyectarse en medio de la pandemia.
Ayer, se conmemoró otra vez el Día Internacional de la Danza. Y a nivel local, sin dudas una de las figuras más relevantes es Juanita Toro. Con una amplia y destacada carrera de intérprete y a nivel pedagógico, se refirió a cómo ha vivido esta cuarentena en lo personal y profesional.
“Es un momento difícil para todos. Es una situación compleja y única. Por ejemplo, en nuestro mundo, la gente del arte y la cultura ha quedado con espacios cerrados y paralizada. Muchos vivimos de esto. El estallido social ya había provocado dificultades para nuestra academia, se fueron muchos alumnos, por las barricadas y lo que pasaba en el centro, y ahora esta pandemia nos deja otra vez muy mal”, dijo.
Al respecto, agregó que “somos siete profesores de danza, en diferentes estilos, que vivimos exclusivamente de esto. En este momento, los más jóvenes y se han adaptado a las clases virtuales. En mi caso, me costó un poco el tema, pues es una nueva metodología. Estamos trabajando, no con muchos alumnos”.
En su caso, dice que realizar clases no solo le ayuda en lo económico. “Tengo 4 cursos, cada uno con pocos alumnos. Pero aparte de que me llega algún ingreso, para los gastos básicos, me hace mucho bien. Estoy sola en mi departamento, que antes lo ocupaba casi de dormitorio, y ahora estar siempre acá, al comienzo sobre todo fue estresante. Pero ahora, mi mente está más ocupada, mi cuerpo más activo. Además, estoy aprendiendo a cocinar, no era tan experta en eso, redecorando. Eso me ha ayudado mucho a mi estado anímico”.
En ese sentido, agregó que “soy una persona súper sociable, y estaba acostumbrada a una comunicación directa con alumnos, profesores, amigos y familia. Ahora, través de videollamadas me mantengo en contacto con mis nietos”.
Sabe que es mejor no proyectarse, pero es difícil no hacerlo. “La situación se viene más compleja. En mi caso, pago un arriendo muy alto en la academia, este mes ya me rebajaron un 50% el costo, pero después no sé qué va a pasar. Es todo tan incierto… Al comienzo, me daba vueltas, no dormía mucho, estaba con crisis de pánico, pero después me dije no, hay que cambiar el switch. Debía no pensar tanto en el futuro, sino en el hoy. Para qué preocuparse del mañana, si no se sabe si estaremos en un momento más. Hay que estar contentos de tener salud, vida. Es lo único que espero”.
Sobre el apoyo que el Estado entregará al arte y la cultura, aseguró que “ojalá haya ayudas. El otro día me comunicaron algo sobre el fondo que se entregará -$15 mil millones desde el Ministerio de las Culturas para todo el país-, pero no sé si el monto alcanzará para todos. En la danza, somos muchas academias, bailarines y grupos independientes. No sé si recibiremos algo las academias, como la mía, que son autogestionadas. Si no es así, lo encontraría súper injusto, pues hacer una labor así, por más de 50 años y sin apoyo institucional. Ha sido a puro ñeque, y ojalá que podemos acceder a algún beneficio. Igual, sé que hay gente en el ámbito de la música, la pintura o el teatro que están en la misma situación”.