La Otra Zapatilla lleva montaje a Festival de Las Condes mirando de reojo a España

La obra "Querido John" buscará quedarse con el gran premio del certamen, consistente en un cupo para el Festival Iberoamericano de Cádiz, España.

Será la oportunidad perfecta para poder catapultar y capitalizar la esperada internacionalización de la compañía, por lo cual las expectativas y las ganas de subir al escenario son más altas de lo normal.

Desde el martes y hasta este sábado, se desarrolla en la capital, la décima versión del Festival de Teatro Joven de Las Condes, certamen en que participará hoy la compañía penquista La Otra Zapatilla, con “Querido John, take a chance on me”, y cuyo premio principal será viajar a participar en el Festival Iberoamericano de Cádiz, España.

“Es la primera vez que vamos a un festival donde haya un premio, y no es cualquier premio. Las expectativas son poder realizar una buena función de la obra, que resulte todo bien y que asista mucha gente, ya que es un escenario -Teatro Las Condes- donde nunca nos hemos presentado”, comentó Carolina Henríquez, directora del montaje.

La obra, estrenada en noviembre del año pasado en la sala de cámara del Teatro Biobío, tuvo una favorable respuesta por parte del público penquista. Esto, debido a la inclusión de algunos elementos en sintonía con la crisis social que atraviesa el país.

“Estuvimos medios dudosos de estrenarla en ese entonces, a poco más de un mes del inicio del estallido social, pero como teníamos claro también que el teatro había cambiado. Al sacar algunos referentes del acontecer e incluirlos en el desarrollo de la obra, tomó otra forma, acaparando la atención del público. Eso también se reflejó en los diálogos desarrollados luego de cada función”, sostuvo Henríquez.

“Querido John” es un texto ganador de la XVIII versión de la Muestra Nacional de Dramaturgia y cuenta la historia de Verónica Dubechot, ejecutiva chilena empleada por un banco transnacional, el cual decide abandonar sus operaciones en Latinoamérica. Frente a esta situación, Verónica se da cuenta que no tiene control sobre su vida y que su aparente comodidad socioeconómica es extremadamente frágil, además de depender de eventos y decisiones que van más allá de su alcance.