Priscila Osses, presidenta de la institución, aseguró que no cree que responsables se hayan confundido pensando que espacio pertenecía a supermercado. Voces se refieren a ataques a lugares artísticos y cómo protegerlos de cara al futuro.
Cerca de las 21 horas del domingo, un grupo de desconocidos ingresó a la Corporación Sinfónica e inició un incendio. Un siniestro que pudo haber tenido mayores consecuencias, pero gracias a la rápida acción de vecinos, que llamaron a Bomberos e, incluso, llegaron con extintores al lugar, las llamas se controlaron con relativa rapidez.
Sin embargo, el espacio –que tiene 85 años y es uno de los antiguos de la cultura penquista– sufrió daños importantes: se quemó una sala completa, que era usada por el ballet de la corporación, además de un piano y equipamiento técnico (datashow, proyectores). Si bien aún no hay un avalúo completo, las pérdidas serían, como mínimo, cercanas a los tres millones de pesos.
Priscila Osses, presidenta de la Corporación, se refirió a la situación. “Bomberos nos aseguró que fue un incendio intencional, con acelerantes químicos. No fue que se equivocaran pensando que era el Santa Isabel, pues vinieron con caimanes, abrieron las puertas de escape, entraron, se dieron cuenta que no era un supermercado, pues no había acopio de nada, y de todas formas lo incendiaron”.
Al respecto, agregó que “gracias a Dios un vecino de enfrente bajó con extintores y apagó un poco. Además, llamó a bomberos y se demoraron poco en llegar. Esto ocurrió cerca de las 20:50 horas… De hecho, hemos recibido videos de vecinos, donde se ve a unas cinco personas ingresando a las instalaciones”.
Osses también comentó que “tenemos muchas salas al interior que son para estamentos de nuestra institución y la que se quemó totalmente funcionaba el Bafocor, el ballet de danzas latinoamericanas de la corporación. Es una actividad sin fines de lucro y nosotros somos una escuela de música de las mismas características. Nos cuesta mucho reunir dinero para subsistir y esto nos hace un daño tremendo, pues no tenemos quién nos solvente. Somos autónomos”.
De los daños, indicó que “igual se quemó el datashow que teníamos, los telones. También un piano, que quedó con pérdida total. El servicio eléctrico igual se deterioró… Ahora tenemos que ver cómo podemos levantarnos. En el segundo piso, en una sala que colinda con la estructura dañada, hay un piano que pesa cerca de 500 kilos y hay que sacarlo, lo mismo la techumbre. ¿Avalúo de las pérdidas? No lo puedo asegurar, pero el puro datashow, que recién adquirimos este año, costó más de un millón de pesos y el piano un millón 200 mil pesos”.
Osses también hizo un llamado para tener ayuda en el proceso de reconstrucción del espacio. “Nuestro gerente artístico está haciendo contactos para realizar conciertos a beneficio de la Corporación. Igual, no creo que reunamos todo, así que esperamos que las autoridades o alguna empresa particular nos apoye en este momento”.
Lo ocurrido en la Sinfónica se une a la Sala Andes, que también sufrió importantes daños la semana pasada. “En ese caso, yo creo que la relacionaron con la Caja Los Andes, que es un asunto más político. No deben siquiera haber sabido que era un espacio de cultura. En lo de la Corporación… Es un pensamiento mío, pero pienso que hay gente que quiere callar un poco la cultura. Espero equivocarme, de verdad”, dijo Priscila Osses.
Ignacio González, músico, comentó que “estamos tremendamente apenados. La Sala Andes era nuestra casa del jazz para la Big Band Concepción y ahí hace cuatro años veníamos haciendo una temporada gratuita municipal de jazz todos los primeros jueves de cada mes. Y ahora estamos muy complicados para ver cómo recuperamos el espacio. Pienso que es bastante impresentable que hayan habido incendios consecutivos en la Sala Andes. No entiendo cómo no salieron a proteger los militares, que estaban más preocupados de que las personas respetasen un toque de queda, en vez de estar en los lugares, especialmente aquellos que habían sido vulnerados y eran volubles a nuevos ataques”.
Iván Monsalves, director de la Revista Mocha, señaló que “creo que esos lugares necesitan protección y no se les ha dado. Y, segundo, cuando los dañan no son los revolucionarios o descontentos, son grupos infiltrados que saben el dolor que provocan estos hechos en la gente de la cultura y las artes, que en su mayoría son de izquierda”.
Sobre cómo proteger los recintos culturales, Monsalves indicó que “es responsabilidad de los uniformados, la comunidad cultural tiene la difícil responsabilidad de recuperar las confianzas, de pasar por fuera del Teatro UdeC y saber que desde ahí sale arte y no perdigones. Los artistas sólo deben cumplir su rol creativo y cuestionador de la realidad en que vivimos, en ningún caso vestirse de guardias y amanecerse cuidando lugares. Ese no es su rol”.
En ese sentido, Ignacio González destacó que “creo que la comunidad cultural debe condenar el ataque a teatros y escuelas de artes y cultura, por que eso eran la Sala Andes y la Corporación Sinfónica. Estando en las marchas debemos tratar de proteger estos espacios. No soy especialista en el tema, pero se me hace bastante lógico que si hay un espacio vulnerado, los militares y el estado debieron haberlo protegido con mayor presencia disuasiva”.