Fome o la importancia del disco ícono de Los Tres y la generación de los ‘90

10 de Agosto 2019 | Publicado por: Ángel Rogel
Fotografía: Los Tres

En el particular revival de la banda, tras los problemas de salud que afrontó su vocalista, este trabajo ha sido reeditado en vinilo y la edición de un libro cuenta el proceso y el contexto en que fue lanzado al mercado.

En junio de 2008, luego del retorno de Los Tres con el disco “Hágalo usted mismo” (2006) y tras años de experimentar en solitario y con Pettinellis, Álvaro Henríquez habló por primera vez de sus discos. Lo hizo en la revista “Rolling Stone, Chile”. En esa oportunidad, dijo sobre “Fome”: “Creo es que el epítome de Los Tres. No es el jugo, es el extracto de nuestra música. Creo que es un disco muy coherente y bien fuerte también en términos de letras y de contenidos. Es bastante más oscuro que los otros. Lo veo como que corrió sangre, es un disco fuerte. Debe ser el favorito no solamente mío, sino de varios”.

El mismo magazine, en su edición de abril de 2008, eligió los 50 mejores discos de la música chilena y ubicó al cuarto trabajo de estudio de los penquistas en el puesto 29. Otros dos discos de la banda fueron parte del compilado: La Espada & La Pared (1995), en el puesto 10, y Los Tres (1991), en el lugar 20 (¿Los editores de la revista se habrán arrepentido de la posición entregada al álbum?).

Estos dos simples hechos podrían bastar para explicar la importancia de un disco que no fue el éxito de su predecesor (“Unplugged”, 1996), que en menos de tres meses superó la venta de 65 mil copias, pero definitivamente se instaló en el corazón de los fanáticos y obtuvo la venia y reconocimiento de los más entendidos… Y Los Tres lo saben.

Concierto íntegro

Después de un fracasado intento por reunir a la banda original para celebrar los 20 años de su edición (se publicó en 1997) y la intervención quirúrgica a la que tuvo ser sometido Henríquez, lo que ha dado un insospechado nuevo aire a la banda y a su vocalista, la banda ícono de los noventa se lanzó a la idea volver a la presentar la totalidad de las canciones del disco rojo, en un espectáculo que, por fin, aterrizará en Concepción este sábado 17 de agosto.

La banda presentó un pequeño adelante en su paso por el sideshow de REC, efectuado en La Tortuga de Talcahuano, en junio pasado. En la oportunidad, sonaron potentes versiones de “Jarabe para la tos” y “Antes”, además, de “Olor a Gas” y “La Torre de Babel”, que son números puestos en sus presentaciones.

El concierto íntegro, sin embargo, aún no se ha presentado en la ciudad que vio nacer al ahora quinteto (completan la formación “Titae” Lindl, Cuti Aste, Boris Ramírez y Sebastián Cabib), pero ha sido éxito en Santiago (con dos fechas en el Teatro Coliseo) y en Temuco. Una tendencia que esperan que siga el sábado 17, a partir de las 21 horas, en el Teatro de la Universidad de Concepción.

“El álbum ha madurado bien, pasa por varios estados de ánimo que se reflejan en las composiciones e instrumentación (…). El disco ha traspasado varias generaciones, los noventa fueron muy tumultuosos debido a las nuevas libertades de la época. Era una generación ávida de contenidos y había mucha movida artística y musical, las nuevas generaciones lo escuchan más procesado que las de aquella época”, comentó Henríquez sobre el trabajo, en una reciente entrevista al sitio Rata.cl.

Pero este revival ha traído también la reedición del disco en vinilo y la edición de un libro escrito por el periodista David Ponce y editado por el músico y periodista, Gonzalo Planet, disponible, por ahora, sólo en los conciertos de la gira. En él se incluye material de archivo, de prensa y fotográfico, así como una extensa entrevista al productor del disco, Joe Blaney.

Ya en el libro “ConcEnOff: Relatos de Rock Penquista”, el productor norteamericano adelantaba que “sentí que hicimos un gran disco de estudio con Fome. Lo grabamos y mezclamos en 22 días. He recibido muchos elogios por este disco, incluso, hasta el día de hoy”.

Y, en el trabajo editorial que homenajea al disco de la tapa roja, agrega: “no sé cómo es la escena de Sudamérica, pero sí sé que Los Tres no sonaban similares a ninguna otra música hecha en Chile o en otra parte. Mostré Fome a distintos amigos y siempre les gustaba. Es un sonido novedoso, que no es el sonido de ningún disco previo de los setenta o los ochenta o nada. Fome tiene un sonido propio”.

Quizás en lo último está la clave: la importancia de un trabajo que, tras 22 años de su edición, sigue sonando fresco, moderno y compuesto por músicos de la ciudad. Los mismos que vuelven con más años, más experiencias, pero con la misma solidez musical que durante años los ha caracterizado.