Cultura y Espectáculos

Valentina Durán, actriz y dramaturga: “El desafío es la equidad no sólo de género”

Fotografía: Isidoro Valenzuela M.

La posibilidad de configurar otra realidad, ilusión y magia que crea el teatro, fue lo que hizo que Valentina Durán se enamorara de esta disciplina artística. Más aún cuando estaba en el colegio quedó impresionada cuando otra alumna interpretaba de memoria las líneas de una obra de Juan Radrigán, posteriormente, entró a formar parte del grupo de teatro, con la posibilidad de hacer montajes propios. “Fue una experiencia hermosa, sin saber hicimos un montaje con realismo mágico, en que aparecía la Tierra hablando, y también de teatro político, pues la obra transcurría en Ralco”.

Amante de la naturaleza, la música, leer, pasear en bicicleta, el yoga e incansable observadora del entorno, ya en su época de desarrollo profesional no dudó en escoger la carrera de teatro, que en ese entonces aún existía en la ciudad, titulándose como actriz y aparte estudiando un par de año más pedagogía teatral, aparte de involucrarse en diferentes colectivos teatrales, gestando así el 2005 Teatrhoy, compañía en que “he desarrollado mi trabajo en creaciones colectivas y actuando, y ahora último pudiendo escribir y dirigir”.

Desde su perspectiva e inmersa en este mundo escénico, “el sistema patriarcal y machista nos atraviesa a todos. Siempre hay casos en donde con pequeñas acciones alguien se trata de imponer o, peor aún, existen abusos. Aun así pienso que el trabajar con la observación, emociones, relaciones y, precisamente, con la toma de conciencia, nos permiten ir identificando y modificando las prácticas patriarcales en nuestro sector, y estamos en eso”.

Un buen ejemplo de la valorización del rol de la mujer en el ámbito teatral, es lo que ocurre en Sidarte (Sindicato de actores y actrices de Chile), en cuya filial penquista “se está configurando una comisión de género, así como también en la directiva participan tres mujeres, y en el directorio y asociadas también somos un número importante”.

Completando que “en la última obra que estrenamos, ‘Campo de Batalla. Las Ruinas de Estocolmo’, tocamos precisamente el tema de la valoración femenina: es una mujer que ha optado por dirigir su vida y un hombre dirigido por un sistema machista. Es una historia, como muchas otras anónimas, de mujeres silenciadas, que urge ser contada, y muchas mujeres reaccionan con la obra, empatizan con sus convicciones, en la lucha de querer ser libre en un sistema que quiere encasillarla. Muchas mujeres quedan más motivadas y empoderadas luego de verla, y eso es muy gratificante, pues se ve que tenemos las mismas motivaciones a nivel social”.

Una visión similar a la que percibe en el tema de las oportunidades igualitarias entre hombres y mujeres en el teatro, “o eso espero, que lo que importe sea la creación. Aunque algunos hombres no se dan cuenta de los clanes artísticos excluyentes que forman, este sector es bastante parejo en opciones. El desafío es la equidad no sólo de género, sino que también social, hay que promover la participación, que nos importe cómo vivimos y cómo viven los demás. Hay que sentir empatía y respeto por el otro”.

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