En vías de convertirse en una corporación o fundación, este entramado de creadoras tiene como gran bandera de lucha el resguardar y salvaguardar los oficios artesanales que han sido traspasados por generaciones. Hacer la vinculación con el mundo académico es uno de sus objetos a mediano plazo.
Creada el 2014 bajo el alero del Ministerio de Agricultura, la Red de Artesanía Rural Patrimonial del Bío Bío ha desarrollado una labor silenciosa y fundamental, en pro del rescate y conservación de saberes de carácter históricos. La llamada “artesanía ancestral” que está en una especie de peligro de extinción y que se hace absolutamente necesaria de perpetuar.
“Al llevar más o menos cuatro años de vida, nos dimos cuenta como red que nuestros objetivos eran otros y que debían apuntar a este gran cometido. De ahí también que nos adjudicamos un proyecto del Gobierno Regional, de impacto en todo el Bío Bío, para relacionar a las gestoras y artesanas con el mundo más académico”, comentó Andrea Bascuñan Fernández, coordinadora de la Red de Artesanía Rural Patrimonial.
Es así como, durante la semana, se reunieron en la Escuela de Arte de la UdeC varias de las integrantes de este conglomerado, precisamente, con el fin de estrechar lazos y generar vínculos que ayuden a la continuidad de los oficios artesanales que se han transmitido de generación en generación. “Una de las cosas que notamos al hacer el diagnóstico como red fue que la academia en general en nuestra Región, está muy distante de las expresiones identitarias y de la artesanía. Por ende, y en línea con el proyecto, la UdeC nos acogió para realizar un segundo taller y que también nos sirve de base para organizar lo que será la Feria de Artesanía Patrimonial, la que realizaremos el 9 y 10 de mayo en Plaza de los Tribunales”, añadió Bascuñan.
A lo que añadió que “esta es la primera vez que nos situamos aquí, que los estudiantes y también docentes vean lo que hacemos como una oportunidad de realizar pasantías a alguna comunidad o gestoras de la artesanía ancestral. Perpetuar y legitimar los oficios que están en algunos casos en vías de desaparecer, de legitimar la relación academia y artesanía. Por ejemplo, en la en la Pontificia Universidad Católica de Chile, en su Escuela de Diseño existe el Departamento de Artesanía, en cambio acá estamos como aún tanteando terreno. Los estudiantes están haciendo tesis en esta área, por lo que hace falta que exista una relación de mutuo enriquecimiento”.
En palabras de la coordinadora de la red, artesanía de tipo patrimonial es “aquella que está involucrada y gestada desde sus raíces ancestrales. Una muestra de ello son la asociación relmu witral, que son 120 tejedoras lafquenches de Tirúa. En general, cada una de las personas que configuran la red, la mayoría posee conocimientos ancestrales”.
Otro de los fines a los que mira la feria en mayo, y que es el principio fundamental de esta agrupación, es la salvaguarda de conocimientos y saberes artesanales de los antepasados, ya que “la gente en su mayoría no los conoce. Se nos están muriendo la gente que los sabe realizar como, por ejemplo, los canastos hechos por hombres del Alto Bío Bío, que en estos momentos sólo existen dos que conocen su elaboración. Es importante recalcar que más allá de que el público en este tipo de instancias -ferias- adquiera productos y conozca lo que realizan los artesanos, entienda que de cierta forma ayudan a prolongar estos saberes”, señaló Bascuñan.
Actualmente, esta red está compuesta por 12 organizaciones formalmente constituidas más 30 grupos de personas de carácter natural, sin personalidad jurídica. La suma de estos, formales e informales, es de cerca de 350 integrantes, que impactan en sus respectivas comunidades a más de 1.500 personas. Una cadena virtuosa que está regularizando su situación, ya que “acorde a la política 2017-2022 planteada por el ahora Ministerio de las Culturas, debemos constituirnos bajo la figura de fundación o corporación, dando un mayor realce a nuestro trabajo y a lo que apuntamos”, cerró la coordinadora.