Siempre el número tres será importante y estimulante. Ahora lo es con una trilogía de poetas: Carlos Cociña, Juan Herrera y Gloria Sepúlveda. Tres generaciones de autores de esta región que se reúnen en una lectura que representa una parte del actual pulso creativo en el imaginario literario regional y nacional. La lectura se realizará este miércoles 25, a las 17 horas, en el Auditorio de la Facultad de Humanidades y Arte de la Universidad de Concepción. La entrada es liberada.

El doctor en literatura y editor Eduardo Aguayo, uno de los organizadores de la cita, explica que “la lectura es parte de las actividades de difusión asociadas a un proyecto del Fondo del Libro actualmente en curso, gracias al cual publicaremos la primera serie de la colección ‘Eclíptica’, de poetas del Biobío. La idea, argumenta Aguayo, es publicar autores ligados a la vida cultural de la región del Biobío que no han sido editados en el último tiempo, fortaleciendo su presencia entre el público lector actual y aportando, de paso, al desarrollo de la industria editorial independiente en la zona”. La primera serie de textos está compuesta por “Escombros Americanos”, de Ítalo Nocetti; “Ciudades de agua”, de Marta Contreras, y “Cuaderna oscura”, de Juan Herrera, obra de que cuenta además con una nota introductoria de Carlos Cociña, autor recientemente premiado por el Círculo de Críticos de Arte de Chile por su libro “La casa devastada”.

Carlos Cociña, (1950) cuyo libro “Aguas servidas” es clave en la poesía de los años 80, señaló que “me entusiasma leer en una mesa en que participen otros escritores, más si son de mi territorio de origen e imaginario, y más el leer junto a Juan Herrera, a quien conozco, y a Gloria Sepúlveda, que creo no he coincidido con ella, pero sí he visto en Youtube”.

Por su parte, Juan Herrera (1971) con su texto “Superfashion (1996), autor de la generación de los noventa, indicó que “esta lectura viene a confirmar la existencia de una conciencia que el patrimonio cultural de Concepción se esboza a través de las relaciones entre generaciones de escritores y artistas, más allá de los esfuerzos individuales o colectivos de algún grupo en particular”.

Finalmente, Gloria Sepúlveda (1985) sostuvo que “veo que los recitales de poesía y otras instancias que buscan generar una ‘salida al aire’ del arte escrito son una manera de resistir la máquina veloz que nos absorbe en la cotidianeidad, congregando a los poetas y a la comunidad en un acto de suma generosidad. Escuchar no es fácil y leer tampoco.”