Hasta marzo del 2019 se extendió el contrato de la directora ejecutiva, quedando como gran desafío la obtención de recursos por parte del mundo privado. Por otra parte, la nueva imagen y logo quedará bajo revisión, por lo que no se descarta que en el futuro próximo se vuelva a cambiar.
En marzo del 2017 Francisca Peró asumió como directora ejecutiva del ahora Teatro Biobío. Un desafío para nada menor, teniendo en cuenta toda la carga histórica y las diversas expectativas, desde los diferentes sectores de las artes y la cultura de la zona y la Región, hacia el anhelado espacio.
Un cargo que tenía duración de un año, según lo establecido por las bases del concurso y que sería revisado por el directorio de la Corporación Cultural del Teatro Biobío. Lo cual ocurrió hace unos días atrás y que ratificó a Peró, por un año más, en dicho puesto. “El pasado jueves 15 de marzo al mediodía, se realizó la reunión ordinaria del directorio de la corporación del teatro y entre los puntos de la tabla, efectivamente, se encontraba la situación contractual acordada con la directora que fue un contrato de un año a plazo fijo, evaluación y de ser positiva generar un nuevo contrato”, comentó Mario Cabrera, presidente de la Corporación Cultural Teatro Biobío.
A lo que completó que “la evaluación del período fue positiva, eso sí, con muchos desafíos pendientes y que nos pareció corresponden resolver con el edificio funcionando. Por lo mismo, el directorio determinó renovar el contrato de la directora ejecutiva por un año más hasta marzo de 2019”.
Cabrera destacó que durante este período se alcanzaron diversas metas entorno a la gestión de la directora, aunque igual quedaron algunas pendientes, pero que son logrables con el tiempo. “El desafío de establecer redes, de convocar a los artistas y compañías, de formar equipo, de generar recursos propios, de amplificar el teatro en las cuatro provincias, de convenios, auspicios y alianzas. Muchos de ellos se lograron en distintos niveles y otros no. Está pendiente, realmente, hacer del teatro un teatro para la Región, que no se logra de un día para otro. Para lograr aquello el equipo ejecutivo debe estar en sintonía con todos los alcaldes y gestores culturales de la Región, no sólo de la provincia de Concepción”, dijo.
En esta misma línea, y entre las cosas vitales que hay que obtener, está el conseguir apoyo por parte de la empresa privada, es decir, si bien se tienen los recursos bases para funcionar, faltan aportes desde el mundo privado. “Nosotros como directorio, hicimos todos los esfuerzos y gestiones para tener el piso del financiamiento del teatro y se consiguió. Dos tercios de esos recursos permiten pasar el primer año con los gastos fijos y operacionales sin sobresaltos. La gerencia del teatro tenía el desafío de conseguir el otro tercio del mundo privado que permitiera levantar una programación propia más allá de los convenios y circulación subvencionadas para la parrilla. En ese punto creemos como directorio, que hay una debilidad. Ahora la directora ejecutiva cuenta con la dotación completa de profesionales que le permitirá alcanzar ese objetivo no logrado”, explicó el presidente del directorio de la Corporación Cultural Teatro Biobío.
Palabras a las que la propia directora ejecutiva añadió que “los recursos en el mundo privado se consiguen a través de distintas vías, una es por medio del arriendo de los espacios con que cuenta el teatro para actividades que no son artísticas, como puede ser, por ejemplo, un encuentro de odontólogos. Esto sería en horario diurno y que no chocharía con la programación del espacio. Y por supuesto también están los auspicios y la Ley de Donaciones Culturales. Estamos enfocado con mi equipo de trabajo este 2018 en fortalecer el apoyo privado. Cada teatro opera con lógicas distintas y veremos cuál es la que nos sale más efectiva”.
Otra de las cosas que llamó la atención al abrir y poner en marcha el espacio, es su cambio de nombre e imagen, pasando de ser Teatro Regional del Bío Bío a sólo Teatro Biobío. Una decisión que según Cabrera fue tomada de manera unilateral por el área de marketing y comunicación, lo cual debe ser revisado y analizado también por el directorio de la corporación.
“El cambio de logo y nombre obedeció a una decisión comunicacional y de marketing del equipo ejecutivo. El directorio no fue consultado y es una decisión que pasa por este cuerpo directivo, por lo tanto, vamos a revisar esta situación. Estamos en rodaje y es normal que ocurran estos desajustes en la partida, pero el cambio de nombre es una cosa delicada, es lo que proyectamos semánticamente, y si el teatro es de la Región hay que saber decirlo, y hasta el momento el nombre original: ‘Teatro Regional del Bío Bío’ es el nombre que lo está señalando con más claridad. Si encontramos una mejor forma de expresarlo, será el directorio quien lo decida”, recalcó.
En este sentido Peró dijo que “creo que estamos en un proceso con el directorio en que todos estamos aprendiendo, en que las tomas de decisiones y las fronteras sobre qué deciden ellos y qué nosotros se deben ir afinando. Así que si hay observaciones y el logo vuelve a cambiar, cambiará. Estamos en marcha blanca”.