Cultura y Espectáculos

La transdisciplina mínima de ProyectoD

Por: Esteban Andaur 15 de Diciembre 2017
Fotografía: Gentileza Colectivo de arte penquista Plataforma Mínima.

El evento transdisciplinario se mostrará por última vez al público penquista mañana, en Casa 916 a las 20 hrs. Reúne danza y video, y fue financiado vía crowdfunding.

Las paredes son blancas. Un sonido gutural y electrónico, envuelve de a poco la habitación. Una mujer con buzo está sobre en el suelo, quieta, despertando al son la música; su pelo, cubriendo su rostro por completo. Yo bebo champaña mientras la observo curioso e intimidado, rodeado de más espectadores. Un fuerte foco de luz roja ilumina el espacio cuadrado, y al reflejarse en las paredes blancas, emerge un universo rosado del cual la bailarina y nosotros formamos parte: presenciamos una transformación al ritmo de una danza existencial, que le pasa a ella, pero no la podemos ayudar, y de esa forma, asimismo, nos pasa a nosotros.

ProyectoD (2017), elaborado por el colectivo de arte penquista Plataforma Mínima y financiado por crowdfunding a través de la página web idea.me, es una obra de arte transdisciplinaria, que se define mejor como la quintaesencia del colectivo, que mezcla danza, performance, instalación y artes visuales. Viendo el minimalismo corpóreo y vivo durante la primera función en noviembre (donde el catering fue <<mínimo>> y elegante), uno también es víctima de la perturbación por la que atraviesa la bailarina Lorna Riveros.

El objetivo es que la visualidad (el color rosado) y la sonoridad (la música electrónica y minimalista) sean adaptables a espacios no convencionales, para transportar la obra a diferentes lugares y tener el mismo efecto. Pero el efecto del estreno en mí fue impactante. Como el espacio era compacto y el color tan absoluto en su alcance, la bailarina consigue despertar en nosotros una inusitada compasión y una angustia que no se va tan rápido de la garganta. Son emociones que uno puede asir fácilmente con una mano, tan concretas, tan pop, que funcionan formular preguntas a través del movimiento críptico y tormentoso del cuerpo de Riveros.

Una película sin cámaras

Desde luego, mi posición era estática y sólo podía ver una dimensión de su movimiento, entendiéndolo como una sola perspectiva. Pero la danza es perturbadora, y no sólo pensé en lo que estaría atravesando la bailarina, sino en qué pensaría la gente del público, cada uno con una perspectiva diferente.

Imaginé cada una de sus miradas, algunas más angulosas que otras, unas más cercanas, otras no tanto, y la concatenación de todas éstas formó una película única en mi cabeza. Si lo piensas, la transdisciplina mínima de ProyectoD puede ser, al final considerada de una manera bastante cinematográfica. ¿Y por qué no? ¿Por qué no habría una película así?

ProyectoD dura 30 minutos, pero parece más largo, debido al nivel de compromiso que el show produce en el espectador. Te deja fatigado, estrujado, y en un estado de introspección almibarada. Es como un trance de pop art.

El viaje femenino

Ya en el color, uno advierte una iconografía femenina, sutil más categórica. Incluso narcisista. ProyectoD es una contemplación de los estados primitivos de la mujer, y su conversión a un estado de sometimiento tanto espiritual como físico.

La libertad de la mujer (claramente, sin nombre) interpretada por Riveros, expresada mediante convulsiones y contorsiones y arrastres, es domada por alguna fuerza extrasensorial que hace de sus movimientos, pese a que ella se resista, en gestos más gráciles y pulcros. ¿Está creciendo, evolucionando? ¿O estará negando su esencia, su verdad?

De pronto vemos una luz blanca muy potente al otro extremo de la habitación, en oposición directa al foco rojo, y la mujer es seducida a acercarse a éste. Mientras tanto, en la pared frente al público aparece un video donde comienza a dibujarse una cartografía extraña, como una especie de ecografía manuscrita, y nuestros sentidos son inundados de preguntas y estímulos inefables. ¿Acaso está naciendo sin un parto? ¿Es la montaña un vientre?

La música hace rato ha comenzado a ser más intensa en su ritmo. ¿Cuándo se acabará todo? ¿Cuándo ella descansará? Por piedad, uno quiere que de una vez colapse en la pista de baile.

Las sensaciones son únicas, la puesta en escena, deliciosa; y la interpretación de Riveros es como una danza del inconsciente. ProyectoD, título enigmático y quizá metanarrativo, nos invita a participar de la locura del cuerpo, bella y atávica.

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