El drama familiar ha encantado al público alrededor del mundo. Basado en un popular best-seller, el filme contiene un excelente elenco y un mensaje sensible y urgente para los niños de hoy.
Hay una tendencia en los últimos años de adaptar al cine novelas juveniles sobre enfermedades graves. Ésas películas han tenido mucho éxito de taquilla, y aunque la mayoría no sean, exactamente, obras maestras, no hay señales de que dicha tendencia se vaya acabar en el futuro cercano.
Extraordinario (2017), basada en la novela La lección de August (2012) de R.J. Palacio, la primera de la serie Wonder, también se inscribe dentro de esas adaptaciones. Pero el protagonista es un niño de 11 años, por lo que la historia es más infantil, aunque igual incluye a adolescentes. Y lo central de la historia no es el romance, sino el matonaje escolar.
Es debido a esto que el filme sobresale del resto, al igual que su protagonista, August Pullman, o Auggie, lo hace del resto de sus compañeros de curso. Extraordinario es el tipo de drama que es un poco muy sentimental a veces, y por supuesto los fans de la novela, que deben ser muchos, la han convertido en un éxito. Pero me asombra que la película, en el tiempo que lleva en cartelera, haya conseguido traspasar las expectativas de taquilla, y ya no es el éxito modesto que se predijo que sería. La película ha causado impacto en el público, y todos están hablando de ella.
Auggie Pullman sufre del síndrome de Treacher Collins, que produce malformaciones en el cráneo y rostro, y concomitantes impedimentos auditivos y respiratorios, por ejemplo. Auggie ha sido sometido a numerosas cirugías toda su vida, y nunca ha ido al colegio. En su lugar, su madre lo ha educado y bastante bien: Auggie sabe escribir muy bien y es un as para las ciencias. Pero su madre quiere que empiece a ir al colegio, para que tenga amigos y se inserte en el mundo real.
Es esta obligación parental que hace que el niño salga de la burbuja acogedora de su hogar al mundo real. En cuanto a lo académico, Auggie no tendrá problemas; pero ¿podrá resistir en el exterior o será tan fuerte como para transformarlo?
Es en el colegio donde los peores temores de Auggie surgen: el rechazo, la traición de un amigo, las habladurías, etc. Extraordinario no interpreta el bullying como una excusa fácil para entretener, generando tensión en el espectador. Nos muestra la experiencia directa de Auggie, y cómo esto repercute en sus padres, su hermana, y todos a su alrededor. El uso de la música es muy inteligente, y funciona por la partitura elegante de Marcelo Zarvos y la sensible dirección de Stephen Chbosky, él mismo un novelista. En los momentos dramáticos, no escuchamos música, permitiendo el director que el realismo de las escenas nos envuelva y creamos en cada palabra y gesto de los personajes.
Por ende, el filme es valiente en seguir cada etapa del proceso de adaptación de Auggie a la vida escolar, además de abordar la perspectiva de su mejor amigo, su hermana y la mejor amiga de ésta. El guion no es desordenado, sino que demuestra su infinito amor y la compasión que los realizadores sienten por los personajes. La escritura puede parecer más o menos antojadiza, y a veces lo es (hay puntos en la trama que no son cerrados); mas éste es un filme de un pesado contenido humanista. Es tan perceptivo de las emociones de sus personajes, de sus excentricidades, sus errores y virtudes…, en fin, esta película ama tanto a sus personajes, que posee una inesperada complejidad psicológica. Por lo mismo, Extraordinario entrega mensajes importantes para los niños, y los espectadores más grandes tendrán mucho que disfrutar y aprender también.
De hecho, Extraordinario pudo haberse llamado Valiente y habríamos tenido la misma película, sin confundirse con el filme de Pixar. De alguna forma, Auggie debió reconocer que salir al mundo era algo que debía vivir y que no podía esperar más, si no, habría sido para peor. Estando al cuidado de sus padres por tanto tiempo, no tenía opció n, y, sin embargo, es algo que necesita que uno reúna mucha fuerza espiritual, y volver a hacerlo todos los días. En realidad, él es Extraordinario.
¿Necesitaba Auggie estar preparado para la violencia que viviría en el colegio? No. La película no toma esto a la ligera, y sugiere un argumento con sutileza, pero que es contundente a medida que los personajes lo viven, y es que si un niño ejerce bullying en contra de otro, es porque fue criado de esa manera. El rechazo social comienza en la familia, porque les enseñan a los niños que ser diferente está mal, y no es así. Ser diferente es normal, y enseñándoles eso a los niños podemos construir un mundo mejor.
Lo cual me lleva a otro elemento de la historia que también me sorprendió, y es la conducta de Auggie. Cualquier otro niño en su situación habría asumido la agresividad del resto como propia, y a comunicarse con gestos y palabras violentas, interpretándolos como el trato natural entre niños, para sobrevivir. Auggie, en cambio, ha recibido tanto amor por parte de su familia, que no acepta la violencia, y su estoicismo es tanto una declaración de principios personal como un diagnóstico social del filme. De nuevo, este niño tiene que ser muy especial.
El trabajo de maquillaje protésico en la película es excelente. Jacob Tremblay, reconocido por robarse la película como el hijo de Brie Larson en La habitación (2015), luce completamente transformado, y no podemos diferenciar al actor del personaje. La prótesis del rostro de Auggie parece piel real, incluyendo una prótesis dental y lentes de contacto, para que nadie diga <<oh, es el niño de La habitación con maquillaje>>. Quizá algunos digan que su piel se ve muy estirada para pasar por piel real, pero el personaje ha tenido muchas cirugías, y ahí puede haber una razón verosímil.
Asimismo, tal realismo es más impresionante tomando en cuenta que los niños en EE.UU. no pueden trabajar tantas horas que un actor adulto en un rodaje, por lo tanto, el maquillaje de Tremblay debía demorar poco en realizarse; de hecho, demoraba dos horas en estar listo para las cámaras.
Debo mencionar también que me sentí muy cómodo con Extraordinario, pues el personaje es fan de la saga de Star Wars, al igual que este crítico. En la película, y por diferentes propósitos dramáticos, vemos referencias a El Mago de Oz (1939), inspiración de La guerra de las galaxias (1977), como también referencias a las clásicas cintas de terror A Nightmare on Elm Street (1984) y Scream (1996), ambas de Wes Craven. Sólo puedo decir que tanto Chbosky como Auggie tienen un gusto exquisito en cine, y Auggie ya es mi mejor amigo.